lunes, 28 de julio de 2008

Fanatismo partidista y democracia

Por: Guillermo Peña Capellán

El fanatismo político partidista es lo que predomina en el Sistema Político Dominicano. Un fanatismo sin parangón que no permite fortalecer las instituciones y la democracia.

La ciudadanía no cuestiona ni sanciona políticamente el accionar de los y las dirigentes de los partidos políticos.

El fanatismo es “la pasión exacerbada e irracional hacia algo, sin que el fanático o el grupo de fanáticos toleren su cuestionamiento o estudio del mismo”.

La palabra fanático proviene del sustantivo fanum o phanum que significa templo, en consecuencia, fanático significa “perteneciente al templo” o "persona asidua al templo"; y hubo un tiempo en que llegó a significar “protector del templo”. Posteriormente, adquirió el sentido de intemperancia desmedida en la defensa de la religión. Hoy le pudiéramos agregar en defensa de un partido político.

Eric Hoffer, ciego hasta los quince años de edad, en su obra sociopolítica “The True Believer” expresó que “El fanático no es realmente aquel que se identifica con extremo rigor a los principios. No abraza una causa primordialmente por su justicia o santidad, sino por la desesperada necesidad que tiene de aferrarse a algo.”

La ignorancia genera fanatismo porque mientras menos se sabe sobre algo, con mucho menos seguridad se actúa. Aristóteles expreso alguna vez que “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.

Soy de los que piensa que todos los extremos son malos. Ubicarse en el centro para escuchar las diferentes campanas es lo más racional, lógico y prudente para buscar soluciones a los diversos problemas de nuestra incipiente democracia.

Cuenta una anécdota que una joven estaba corriendo en el pasillo de su casa y se movió mucho hacia la derecha y choco con la pared, lo mismo hizo hacia la izquierda y también chocó, luego decidió caminar por el centro para evitar los choques y así se evitó chocar tantas veces.

Ahora bien, no quiero decir con esto que debemos huir a la toma de decisiones y dejar de tomar posturas políticas o éticas para pretender ser imparciales, sino tratar los temas con cierto grado de objetividad y criticidad. Pensar antes de actuar.

Aceptar dogmas religiosos y líneas políticas partidistas como absolutamente ciertas e indiscutibles, es negar la libertad de pensamiento y difusión de las ideas.

El fanatismo, tanto religioso como político ha sido causante fundamental de las grandes guerras mundiales. Siempre es preferible el respeto a le ley para llegar al consenso. Sin lugar a dudas, hay aspectos generales que nos unen, el problema es que acentuamos las diferencias.

“Soy del partido x desde chiquitico, lo llevo en la sangre” dijo José Guzmán, mostrando con orgullo que pertenece a un partido por tradición, no por conciencia ideológica ni por realizaciones del mismo a favor de la ciudadanía.

Las religiones y los partidos políticos exigen a sus miembros un respeto ciego a sus mitos, creencias y dogmas, con ello se promueve el fanatismo, y así no es posible la unión, sino la imposición o conversión. ¡Trabajemos por la unidad, pero que viva la diferencia!...
Imagen: onlyexpression.blogspot.com

viernes, 25 de julio de 2008

¿Qué nos pasa a los/as dominicanos/as?

Por: Millizen Uribe

Aunque el asunto me inquietaba desde hacía mucho tiempo, no fue hasta ver como una dominicana que participaba en un sondeo de opinión de un noticiario internacional respondía con un marcado acento argentino, a pesar de haber dicho que sólo llevaba dos meses en Buenos Aires, cuando por fin decidí escribir sobre este tema.

Y es que diferentes vivencias provocaban que esta cuestión me fuese carcomiendo. Una de ellas fue mi primera visita a Venezuela, de donde, además de una gigante cachapa de queso y el intenso frío de Mérida, nunca olvidaré ese marcado aire patriótico que se respiraba en toda su extensión.

Era increíble como al caminar por cada parque y pasar por cada calle se veían letreros (inclusive grafitis) venerando a Simón Bolívar, el gran libertador. Asimismo, los jóvenes con que conversábamos, incluyendo uno que otro niño, daban muestras de conocer cada capitulo de la historia venezolana.

Otra vivencia más reciente fue mi viaje a Costa Rica, donde conocí a Garvarino, un muchacho “tico” a quien le brillaban los ojos cada vez que me explicaba algo de su cultura, de su gente. El mismo brillo que años anteriores había visto en Doña Mella, una señora que conocí en Haití y que, independientemente de lo crítica que fue con la clase política de su país, dejo entrever en las respuestas a mis preguntas lo orgullosa que se sentía de sus antepasados y de su Haití.

Pero ejemplos de esta categoría brillan por su ausencia en la República Dominicana, donde a decir de muchos Juan Pablo Duarte no es más que “un buen pendejo” y donde a los invasores, lejos de reclamarle el mancillar la soberanía, se le rinde pleitesía y se le insta a volver pronto. Aquí, donde a cualquier prenda sólo le vasta haber llegado en avión para ser considerada como “mucho mejor”.

Donde para muchos un Mc Donalds le da tres patadas a un arrocito blanco con habichuelas y carne, a pesar de tener muchos menos nutrientes. Aquí donde, según algunos, el merengue no es nada y el rock y el reguetón lo son todo.

Y es que pareciera que esta media isla no se quiere así misma, reniega de sus verdaderos antepasados y cada mañana madruga y se suma a una inmensa fila tras el sueño de fugarse a tierras extranjeras.

Y es que esta media isla necesita amor propio. Amerita quererse mulata, tropical y vivaracha. Necesita conocer y honrar su historia. Levantar su autoestima y encontrar las razones para luchar por un mejor futuro.

Y es que ya no quiero oír a la señora venezolana que al escucharme hablar con mis amigas mientras el metro se movía y todos los demás permanecían en silencio me pregunto: ¿eres dominicana chama? , y ante el sorpresivo sí, ¿cómo usted lo sabe? Me respondió: Por su lindo acento, lástima que desde que pasan una semana aquí lo pierden.

jueves, 24 de julio de 2008

Pipí para la ciudadanía consciente


Por: Crystal Fiallo

Atónita, sorprendida, estupefacta, furiosa, confundida, rabiosa y sobre todo impotente; así me sentí el pasado martes 15 de julio luego de enterarme por Clave Digital del altercado frente a la Secretaría de Estado de Educación: un atropello cometido contra ciudadanos/as que ejercían sus derechos civiles y políticos de una manera pacífica y comprometida.

Todo comenzó porque estos estudiantes querían entregar un acto de intimación ficticio a la Dama de Hierro (¿o será de Yerro?) como manera de simular una citación a un juicio ciudadano, que lo habían denominado: “Juicio Político”, con el fin de enfrentar a la funcionaria de dicha Secretaría por las irregularidades presentadas el programa de Nuria Piera en días pasados.

Esos estudiantes, como tú, como yo, como usted, como ella, como él, fueron apedreados y empapados con orina almacenada por un grupo de inescrupulosos (sin duda alguna pagados para tales fines) que llevaban puestas camisetas del Che para confundir a los protestantes de que eran un grupo de apoyo a la iniciativa (cualquierizando la figura de un verdadero héroe).

¡Que barbaridad!! ¿Estará la dama de “Yerro” consciente de lo que pasó frente a frente a su ministerio? ¿Tendrán que ver sus secuaces con este atropello a la libertad de expresión y la integridad física? ¿En el 2008 todavía se ejecutan esas prácticas coercitivas? ¿Con pipí?

No se puede negar que, para la fecha, las marchas al Congreso ya no van acompañadas de bombas, los articulistas disidentes de los distintos periódicos no son incluidos en una lista negra, las protestas candentes rara vez terminan con algún número de muertos.

Pero sí, señoras y señores, todavía hay quienes creen que reprimir a la sociedad civil por acciones como estas, es la mejor solución para la “gobernabilidad”, al igual que el clientelismo.

La Lic. Alejandrina Germán también formó parte de grupos de resistencia: ella sabe lo que es eso, y el valor que tiene para una generación de jóvenes que emerge de este desastre institucional en busca de merecidas respuestas.

Siempre repito el refrán: el que nada debe, nada teme. Si es cierto que ninguna de las acusaciones es cierta, pues hay que enfrentar al contrincante acusador; al igual que, si usted no tuvo nada que ver con estos macanazos arbitrarios (pregúntenle a los policías presentes ese día: ellos fueron testigos pacíficos) entonces busque culpables; pero es necesaria una respuesta. ASÍ NO, ASÍ NO.

¡Ese fue un juego sucio e injusto! Tengo mis reservas respecto al juicio que se estaba orquestando en contra de la ministra, pues las argumentaciones e ilaciones estaban un tanto contaminadas por pasión y fanatismo (pero con eterna fidelidad a la patria, sin duda), pero ¿y ahora? Juicio versus golpes a amigos, vecinos, ciudadanos; Juicio versus pipí; Juicio versus heridas y humillación a seres humanos. Entiendo que ahora deben hacer un juicio para encontrar los culpables y que esto no se quede así.

Recomiendo a la Secretaría de Estado de Educación que presente una rueda de prensa en la cual no se laven las manos, sino que expliquen la película de terror de la mañana del martes 15 de julio del 2008.

viernes, 18 de julio de 2008

Victor Hugo y la Directiva

Por: José Carlos Nazario

La Comisión Europea ha afirmado que se ha malinterpretado a nivel internacional la llamada directiva de retorno. Mediante la misma se regula, con el fin de armonizar entre los diversos países que componen la Unión Europea, la expatriación de los inmigrantes ilegales.

En nuestro país, dichas declaraciones fueron ratificadas por la embajadora de Francia. El llamado a que “se tranquilicen”, porque “la Directiva” no obliga a cada uno de los veintisiete países a devolver a los inmigrantes, sino que establece un marco de acción homogéneo, se hace escuchar en todos los foros internacionales.

Nuestra inquietud va más allá de la acción (condenable) de repatriar, que debe ser vista desde la óptica de los Derechos Humanos. La visión de una Europa regresando hasta el punto de permitir, en la señalada legislación, que los países puedan retener a los inmigrantes a la espera de expulsión, hasta un máximo de dieciocho meses, me lleva a recordar una de mis lecturas más entusiasta.

En 1830, el poeta, novelista y dramaturgo francés Víctor Hugo, escribía su mundialmente conocida Notre Dame de Paris. La novela se desarrolla alrededor de la catedral del mismo nombre, antigua y simbólica.

En el drama, conocido por la mayoría, se plantea el romance entre una gitana y un soldado. Las pasiones nacionalistas, que siempre nacen del odio y llevan a la desgracia, controlaban el ambiente de la época.

Allí, en una realidad comparable a la que generará para los inmigrantes la disposición de la Unión Europea, se verificaban las condiciones de miseria en que convivían los indocumentados. “Somos unos extranjeros/ unos hombres sin papeles/ Unos hombres y mujeres/ sin domicilio./

Oh Notre Dame/ no nos abandones/ asilo, asilo,/ nosotros somos más de mil/ a las puertas de la ciudad/ y bien pronto seremos/ diez mil y después cien mil/ seremos millones y te pediremos, Notre Dame, asilo, asilo./ Somos nosotros/ los de los pies desnudos”.

Un año y medio de violación de los Derechos Humanos no es, tampoco, algo para alarmarse. A los países latinoamericanos y a sus inmigrantes, la gran mayoría llegados a suelo europeo engañados por mafias (de allá) que les venden un sueño, que no se desesperen, “que se tranquilicen”.

Eso nos dicen quienes sangraron nuestras arcas junto a sus hijos del norte, quienes nos dejaron un fardo, pesadísimo, de desventura y corrupción y que ahora, como entonces, no desean en su suelo la molestosa huella de “nosotros, los de los pies desnudos”.

miércoles, 16 de julio de 2008

¿El buen vecino?


Por: Millizen Uribe

Para el indigente que vive debajo del puente contar con un buen vecino que de vez en cuando se acuerde de él y le pase un plato de comida su vecino es de gran ayuda.

Para el indigente que no tiene que comer y su vecino rico le consigue un empleo y, por ende, una fuente de ingreso fijo, su vecino es una salvación.

Para un país pobre que carece de petróleo que otro que si tenga se lo fíe es de gran ayuda.

Para un país pobre, que no tiene petróleo, el desarrollo de una política para su uso correcto y la búsqueda de recursos alternativos es la salvación.

Y es que ya lo dice la sabia expresión tradicional: “no es dar el pescado, sino enseñar a pescar”.

Es por esto que como nación nuestra solución al alza del petróleo no debe descansar en el acuerdo de Petrocaribe, pues aunque definitivamente agradezcamos al presidente Hugo Chávez y al pueblo venezolano por la solidaridad que manifiestan a través de este acuerdo, debemos de estar conscientes de que esta no es la respuesta a la crisis petrolera.

Y es que después de todo hemos de tener presente que Petrocaribe es un acuerdo mediante el cual se le conceden al país facilidades de pago para el petróleo que se importa de Venezuela.

Facilidades que, después de su V Cumbre Extraordinaria, contempla que cuando el precio del petróleo supere los US $ 100, pagar el 40% del monto de la factura dentro de 90 días y el otro 60 % dentro de 25 años, con un interés de sólo un 1% .

También que cuando el precio del petróleo supere los US $ 200, pagar el 30% en 90 días y el 70% financiarlo a largo plazo.

Sin embargo, no obstante estas facilidades, las cuales reconocemos y agradecemos para no pecar de injustos e ingratos, debemos de tener muy claro que esto es un préstamo, no un regalo y que tarde o temprano, ya sea nosotros, nuestros hijos o nuestros nietos tendrán que pagarlo.

De ahí la importancia de que como país pensemos, a corto plazo, en medidas eficaces para ahorrar combustible y energía y por ende petróleo, y, a largo plazo, ver formas alternativas para la obtención de combustible y de energía.

Además, debemos desde ya ir contemplando de qué forma pagaremos el préstamo de Petrocaribe, pues otra de las facilidades que ofrece este acuerdo es que el pago de la deuda puede hacerse con bienes y servicios, por lo que poner la tierra a parir para pagar podría ser una buena idea.

Pero otra cosa que debemos ir examinando en un plazo todavía más corto es ¿en qué está invirtiendo el gobierno el dinero que se está ahorrando de Petrocaribe? Esto porque si a este no se le da el uso correcto las intenciones del buen vecino, por más buena que sean, se quedarán en eso, en buenas intenciones.

lunes, 14 de julio de 2008

Educación ciudadana contra la corrupción

Por: Guillermo Peña Capellán

El camino de los principios no puede estar del lado de quienes han contribuido al mantenimiento de la corrupción. La ilegalidad y la mala praxis no se defienden, se combaten, no se justifican, se enfrentan.

Es imposible llevar a la práctica un ideal cuando las personas que dirigen la sociedad son las mismas que practicaban y practican hoy la corrupción que criticamos, es necesario cambiarlas.

Hay que romper esas estructuras cimentadas en el poder de corruptos y corruptores, y combatirlas con sanciones económicas y penales.

Educación ciudadana para reducir corrupción se construye sobre la base de una cultura ética, que fomente el ejercicio de la ciudadanía: Exigir derechos y cumplir deberes.

El juicio político es un precedente positivo que alienta la transparencia, pero es importante educar también mediante sentencias ejemplares contra la corrupción, con ello se desmotiva la impunidad.

La dádiva y el clientelismo político fomentan el robo. La corrupción se enfrenta eliminando éstas prácticas que se nos enseñan como necesarias para triunfar en política y vivir en sociedad.

No podemos seguir tapando con préstamos millonarios el mal manejo de los fondos públicos que han dejado las crisis gubernamentales.

“Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”, exclamó Juan Pablo Duarte.

Sin lugar a dudas, a los dominicanos y dominicanas nos preocupa este grave problema. Cantidades de no ha lugar y las argumentaciones de insuficiencias de pruebas, constituyen una debilidad tanto en el Ministerio Público como en el Poder Judicial.

La rendición de cuentas, el acceso a la información pública, la transparencia y el compromiso de educar para ejercer la ciudadanía son puntos neurálgicos para reducir corrupción.

La problemática de la corrupción ya no es por inexistencia de normas, sino por falta de voluntad política para llevar los casos ante la justicia.

viernes, 11 de julio de 2008

Barbitúrico social


Por: José Carlos Nazario

Tras Trujillo, nuestro país ha experimentado cambios importantes. No podemos negar que hoy nos encontramos mucho mejor que hace cuarenta años.

Ahora, la profundidad de los cambios es mínima y la imposibilidad de establecer parámetros que lleven el estado de cosas a un clima institucional que permita el funcionamiento autónomo del Estado, sin dependencias caudillescas, ha sido notable. El saldo histórico de esta realidad es, sin duda, una amplia deuda social.

Las clases políticas han querido ser el motor del cuerpo social, siendo esto, una aberración. La política debe ser movida por la sociedad y no lo contrario.

Por esto, hoy el Estado es un espacio para el ascenso económico de una minoría, ajena a la observancia de todas las reglas establecidas.

Catalizada, presionada y cuestionada por los ciudadanos, la clase gobernante haría el trabajo correspondiente y permitiría la construcción de un Estado social y democrático de Derecho, logrando el funcionamiento automático y efectivo de sus instituciones para bien de la sociedad.

Sin embargo, nuestra población, intoxicada durante el trujillato y el balaguerato, sufre aún la resaca de los barbitúricos aplicados por la represión y el despotismo. Ojalá despertemos pronto de la pesadilla impuesta en aquellos años.

miércoles, 9 de julio de 2008

¿Se vendrán abajo las religiones o se adaptarán a los nuevos tiempos?


Por: Sonia Tejada

Es común en nuestros días ver como a las iglesias de diferentes denominaciones se les presentan desafíos.La iglesia episcopal o anglicana de Inglaterra acaba de votar para permitir la ordenación de mujeres obispos. La católica todavía sufre el debilitamiento causado por los escándalos de abuso sexual a menores de mano de algunos de sus prelados; y como si eso fuera poco, enfrenta un constante éxodo de feligreses.

Esta semana apareció un artículo en The New York Times que daba cuentas de una tablilla milenaria que sugiera que, tal vez, la resurrección de Jesús no fuera un hecho aislado, sino una práctica común entre los judíos de la época. De comprobarse esta teoría, las repercusiones para la doctrina cristiana serían insumables. La iglesia anda alborotada por lo que parece será una incontenible oleada de legalización, y aceptación del matrimonio entre homosexuales en Estados Unidos. Veremos que deciden los votantes de California en noviembre, cuando se les de la oportunidad de opinar al respecto.

Creo que a la iglesia se le acercan tiempos aún más difíciles; sin embargo, para algunos creyentes, como mi abuelita, el que la iglesia se tambalee, es parte del proceso hacia el encuentro con Jesús, "Mi hija todo eso estaba pronosticado. Estamos viviendo los últimos días."
Grafica vía JOELX

Indiferencia política y juventud


Por: Guillermo Peña Capellán
(Dedicado a Juan Bolívar Díaz)

La actitud de indiferencia a la política por gran parte de juventud es una preocupación mundial. A muchos le importa poco lo que dicen y hacen los políticos, incluso se consideran apolíticos.

El apolítico es una persona que manifiesta indiferencia o desinterés sobre la política, generalmente no vota, ni participa en la actividad política. El diccionario de la Real Academia Española lo define como ajeno a la política.

Prefiero sumarme a quienes piensan que nadie es apolítico, sino que pudiera ser apartidista. Y es que el hecho de estar en desacuerdo con la forma en que se ejerce la política, o en cómo los partidos políticos tradicionales hacen política, es precisamente una postura política, constituye un rechazo a lo establecido.

El problema es que ese rechazo que tiene gran parte de la juventud no se ha convertido en una fuerza política con vocación de poder, y el reciente resultado electoral parece indicar que la juventud dominicana permanecerá indiferente por un tiempo que no sabemos su duración.

Por eso no es casual que en las pasadas elecciones presidenciales, una gran parte de ella votara por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y otra optara por la abstención.

A pesar de que existen jóvenes indiferentes a la política, los y las dirigentes de partidos políticos siguen con anticuadas retóricas, no asumiendo la autocrítica para replantear nuevas formas de hacer política y así lograr sumar a este acrecentado sector.

Ahora bien, es pertinente determinar cuáles son las causas de esta actitud indiferente de la juventud hacia la política. ¿No será una de ellas porque el accionar de los políticos se divorcia de sus discursos? ¿La apatía no es motivada por la exclusión de la juventud en la toma de decisiones políticas? ¿No estarán cansados de las mentiras y engaños de quienes dicen representarlos y piensan resolver su problema personal como puedan? Responda usted estimado lector éstas preguntas.

De mi parte planteo que urge reivindicar la política. “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y digna después de la filosofía de ocupar las inteligencias nobles”, afirmó una vez nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.

La política se sustenta en ideas, propuestas y acciones para obtener o mantener el poder con el fin satisfacer necesidades ciudadanas, porque el poder pertenece a éstos.

Para hacer política no es necesario estar en un partido político. Se hace política también en una junta de vecinos, fundación, asociación u Organización No Gubernamental (ONG), cuando se reclaman derechos y obligaciones.

Con indiferencia política no lograremos la libertad que anhelamos, sino todo lo contrario, contribuimos a que todo permanezca igual o peor, le abrimos la puerta a una nueva dictadura política.

Una vez dijo Platón que “el castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos"

La juventud que es indiferente a la política pierde un espacio en la sociedad. Es ineludible tomar conciencia del concepto de ciudadanía para que los jóvenes dejemos ser representantes del pasivismo.

Tengo miedo

Por: Millizen Uribe Moreno

Uno de los capítulos que siempre recuerdo de mi clase de historia de octavo grado de primaria fue el del crack de 1929, que trata sobre una de las mayores crisis que sufrió la economía estadounidense tras la caída de la Bolsa de Valores de Nueva York. Recuerdo el pánico que sentí ante la posibilidad de vivir un episodio como ese.

Precisamente eso es lo que siento en estos momentos cuando el aumento de los precios del combustible y de los alimentos evidencian que, de manera general, en el mundo, y, de forma particular, en el país, se avecina una gran crisis que mi generación nunca ha vivido.

Y me da miedo porque siento que como nación no estamos preparados para afrontar estas dificultades, pues si analizamos que la economía dominicana depende, en gran medida, de sectores tan vulnerables como el turismo y las telecomunicaciones, es muy posible que ante el desplome de la economía mundial los ingresos fiscales provenientes de estas áreas se vean dramáticamente reducidos. Además, ante el descuido, cosa que nunca entenderé, del sector agrícola y del campo, es obvio que también en esta área las repercusiones de la crisis serían fatales.

A este panorama, y para aumentar mi preocupación, se suma le hecho de que mientras los gobiernos de países como España y los mismos Estados Unidos se dirigen a su población y le dan a conocer el conjunto de medidas que están tomando para paliar la crisis, aquí, en esta media isla, el gobierno no dice, ni hace nada, por lo que mi miedo se incrementa.

Pero reflexionó pues sé que en materia de austeridad, una de las soluciones obligadas ante la crisis, el gobierno está descalificado para hablar, ya que cuando propuso la famosa Ley No. 497-06 sobre austeridad en el sector público el mismo la violentó.

Mas, en este tema como en otros, considero necesario una activa participación de la ciudadanía, por eso en vez de sentarnos a esperar que el gobierno se decida a hacer algo, hay un conjunto de acciones que podemos ir ejecutando. Acciones como calcular bien la ruta y si varios miembros de la familia van por el mismo lugar usar un solo vehículo.

Además, no desperdiciar alimentos, economizar energía eléctrica y agua, en fin…sustituir la cultura del dispendio, tan presente en hogares dominicanos de clase media y alta, por la cultura de la austeridad.

Ya, respecto al gobierno, cuando este se decida a hacer algo debe considerar medidas como poner a producir la tierra, sobre todo alimentos de corto ciclo que se producen rápido, disminuir la carga excesiva de impuestos a productos de primera necesidad y aumentar los salarios.

Sin embargo, algo elemental para que las demás medidas surtan efecto es que los dirigentes del gobierno dominicano, los funcionarios públicos, reduzcan sus niveles de acumulación y que así haya dinero disponible para cosas tan necesarias como enfrentar la crisis que se avecina.

lunes, 7 de julio de 2008

Mi generación: ¿desinteresada?


Por: Crystal Fiallo

Las generaciones de los años 40, 50, 60 y 70 hablan de mi generación como un grupo de jóvenes desinteresados/as, poco comprometidos/as, contaminados por la cultura light, distraídos por todo el “entertainment” y la globalización y, me atrevo a decir que hasta nos llaman irresponsables. Se preocupan porque somos el parto de una generación de resistencia, lucha y rebeldía, y los mismos rechazan todo ese modus operandi.

Al Sr. Juan Bolívar Díaz, periodista reconocido del programa Uno + Uno, le afecta mucho esta mutación generacional. Él explica que la juventud de hoy sólo busca partir hacia otros países, ya sea por la vía de visas legales o aguas ilegales (yola). Esas palabras las escuché en un testimonio que le dedicó a un amigo que recién se introdujo al mundo de la literatura, haciendo énfasis en que debe haber más jóvenes como él.

¡Que frustración tan grande! ¡Que impotencia! Ustedes que tanto lucharon contra los violadores de la democracia, con los asesinos de pensamientos, con los matadores de sueños, con los verdugos de la igualdad. Me imagino que deben preguntarse muchas veces: ¿qué hicimos mal? ¿Por qué nuestros hijos/as o los jóvenes de hoy en día no se involucran en luchas, no sienten ese compromiso, no buscan “la verdad” frente a todas estas mentiras?

Ya basta de martillar su esperanza de esa forma; no es tan mal como parece y hay muchas razones que explican esa falta de complicidad entre una generación y la otra, como son:

- El liderazgo de esa época materializaba lo que muchos, pocos, mayorías o minorías, odiaban o amaban: Balaguer, Bosch, Majluta, Peña Gómez.
- La institucionalidad era mínima.
- La fragilidad social y política les daban temas para luchar día a día.
- La sociedad civil no estaba tan fragmentada como lo está hoy en día.
- Las prácticas para violentar los derechos eran crudas y absurdas.
- Las divisiones de pensamiento se enmarcaban en 4 partidos fuertes y estables.
- El transfuguismo en los partidos políticos no eran una opción porque cada agrupación se mantenía firme en sus convicciones. Ahora es una práctica del circo político que nos dirige, que debilitó nuestra partidocracia y la credibilidad del elector.
- América Latina y el Caribe estaban luchando por las mismas ideas y se sentía la resistencia en los ecos del viento que soplaba por todo el Atlántico, el Pacífico y el Mar Caribe.
- La distracción era mínima: no tenían las herramientas tecnológicas que hoy son la razón de que el ocio no exista; de que las tardes en hamacas o mecedoras no sean los escenarios perfectos para devorar un libro de Cortázar; de que el Malecón no sea coautor de los paseos de los domingos.
- La música que invadía la radio nacional e internacional estaba totalmente influenciada por la política y la defensa de los derechos humanos, y no eran tantos como ahora. Imagínense, ahora hasta tenemos: Latin American Idol, American Idol, Asian Idol, European Idol, y a lo mejor un Caribbean Idol.
- La moda era una forma de rebeldía y a la vez era fashion.
- Etcétera, etcétera…

Muchos dirán que los problemas son los mismos pero no es así. El hecho de que podamos exigir, reclamar y amenazar por nuestros derechos en voz alta, es una razón suficiente para diferenciarnos de sus generaciones. Ejemplo de esto es el juicio político a la Cámara de Cuentas, el aumento de sueldo de los Diputados, y el tema de la leche y la Secretaría de Estado de Educación. Por otro lado, no tenemos de donde sostenernos: no tenemos un Che Guevara, un Ghandi, un Lennon, una ideología en pro de la colectividad y el bien social; no tenemos un dictador asesino a quien apuñalar con nuestras manifestaciones; sí tenemos poca transparencia, injusticias (esas nunca acabarán), enfrentamientos, pero todo esto podemos denunciarlo; ustedes no podían.

No crean que les digo que las irregularidades que hoy en día golpean la nación no deben de ser aplastadas por la opinión y accionar de la sociedad; lo que trato de explicar es que la intensidad, las formas, los fines, el objeto ha variado y para colmo nos han dado un Chat, un Iphone o una video conferencia para que miremos hacia otros países y concentremos nuestros intereses de manera más global.

No es una generación versus otra; no es que la generación nuestra es el anticristo, ni que la de ustedes es la salvadora. Es otro contexto. Me atrevo a decir que hemos sido más valientes porque hemos sobrevivido a toda esta vanidad, superficialidad y vacío que no lo llenamos con ninguna comida chatarra. Hemos sobrevivido a la ausencia de bloques unificados que dividían el mundo y te daban una razón por la cual luchar.

Hemos perdurado en el tiempo gracias a las libertades que ustedes nos entregaron; algunos nos hemos comprometido más que otros; los demás son el producto de una generación que busca una identidad en un mundo donde las opciones son infinitas gracias a ustedes.

Como decía Marina, aprendimos inglés, porque a diferencia de ustedes, entendimos que ese idioma nos abría las puertas a oportunidades. Comenzamos a ver a los imperios como aliados, porque sus habitantes no son los culpables de sus antecesores. Decidimos cuidar más nuestra salud, porque aprendimos de aquellos caídos que no recibieron información a tiempo.

Pero más importante aún, cambiamos las armas por palabras y ahora simplemente no nos cabe en la cabeza que para que haya libertades, acceso a información, y respeto a la diversidad de opinión, necesitemos más que palabras, voluntad ciudadana y compromiso con la patria.

No queremos una Igrid Betancourt que tenga que vivir un secuestro de años; ni unas Mirabal que sean asesinadas para celebrar el día de la no violencia o para matar a un dictador. Tampoco quisiéramos a un Manolo, a un Orlando o un Narcisazo que mueran para abrirnos las puertas a la democracia, porque, ¿alguna vez se han sentado a pensar lo que sienten o sintieron los hijos e hijas de cada uno de ellos/as? ¿La falta que le hizo Minerva a Minou cuando atravesaba la adolescencia?

Mi generación quiere que la sociedad funcione apoyándose de otros modelos que han superado esas deficiencias; que haya diálogos, que se elimine la corrupción, que haya más oportunidades de empleo; quieren ser buenos y buenas ciudadanos/as desde sus hogares, desde sus espacios de trabajo; sin tener que perder a un amigo o a una amiga, o un padre o una madre.

Como en todas las generaciones, mi generación tiene personas buenas, malas, mediocres, intelectuales, rebeldes y dispuestas. No busquemos culpables; analicemos el contexto y veamos en qué fallamos o estamos fallando. No todo está perdido. Creo que el aliento para seguir adelante (no pa’lante) lo necesitamos todos y todas, aunque nos cueste admitirlo. ¡Unamos generaciones y hagamos resistencia juntos!.

Circo Beat

Por: José Carlos Nazario

El impresionante músico y cantautor argentino, Fito Páez, estuvo en nuestro país presentando una sesión de su arte que hechizó a los privilegiados presentes. Interpretó varios de sus éxitos acompañado por un piano y su destreza.

La energía y profundidad de sus composiciones demostró lo que nunca ha estado en sombras. El rosarino deslumbró, con sus letras y su gran talento musical, el paladar de todos los presentes.

En su presentación no podía estar ausente su gran éxito Circo Beat, contenido en su álbum del mismo título. En él nos mostró una fotografía pertinente de una realidad que no conoce pero que vivimos en toda Latinoamérica. En su desfile de fieras y fenómenos aludía, sin darse cuenta, las peripecias que nos mantienen en vilo y a la vez entretienen el hambre y la terrible situación de calamidades por la que pasan muchos dominicanos y dominicanas.

Ora las elecciones, ora la Cámara de Cuentas, ora la Reforma… “y los monos están devastando este lugar.”

viernes, 4 de julio de 2008

La necesidad de escribir o un vicio milenario


Por: Sonia Tejada

Los que tenemos el vicio de escribir no conocemos una forma alterna de vivir. Nos la pasamos construyendo mundos lejanos, ajenos, en vez de vivir en el mundo real y concreto de los demás. Somos seres ensimismados, siempre adentrados en un estado de trance. Soñamos despiertos, vemos lo extraordinario donde los demás ven lo ordinario.

Sin embargo, hay días que nos preguntamos si vale la pena, ¿para qué? ¿Cuál es la razón por la que sentimos esa necesidad de plasmar en papel o en blogs lo que pensamos y sentimos. Hay días que queremos dejarlo todo: blogs, cuentos, poemas, novelas, y ser normales como los demás. En esas estaba esta mañana cuando una voz insípida, portadora de un mensaje de unas manos de poeta, surgió de mi computadora.

Tengo la dicha de soñar despierto cada vez que quiero.Tengo de pequeñas cosas los bolsillos llenos.Y lucho cada día por llegar a ser un poco más.Y a veces me pregunto si en verdad valdrá la pena dejar la vida entera en un papel, no sé, no sé. (bis). Tengo la dicha de poder cantar todo lo que siento aunque a veces hay verdades que se quedan dentro.Cada primavera que se va, me muero un poco más.

Y a veces me pregunto si en verdad valdrá la pena dejar la vida entera en un papel, no sé, no sé. (bis)

...Me sonreí, disfruté del mensaje, dejé que su suave ondas me acariciarán el oído, y me sentí miembro de un clan milenario. Recordé mi niñez, cuando mi padre hacía de Perales un asiduo artista invitado. Al tiempo que volví a escribir. Escribí este post para ustedes, aunque nunca me queda claro que escriba para ustedes. Creo que lo hago por mí y para mí.

jueves, 3 de julio de 2008

La violencia de género crece

Por: Guillermo Peña Capellán

La violencia de género sigue en aumento en República Dominicana. Los esfuerzos realizados por las autoridades para reducir este grave problema social -creando espacios de charlas sensibilizadoras de violencia intrafamiliar, fiscalías barriales y unidades de prevención o atención a las víctimas- no han sido suficientes.

La Fiscalía del Distrito Nacional recibió durante el 2007 más de 11 mil denuncias de violencia de género, el 86% correspondió a denuncias contra el hombre y el 14% contra la mujer.

En las Fiscalías Barriales y en la Unidad de Atención y Prevención de la violencia, las denuncias presentadas de violencia de género, en el periodo enero-diciembre del 2007 fueron 10,236 de violencia contra la mujer y 1,629 denuncias de violencia contra el hombre, para un total de 11,865 casos.

El informe realizado por el Departamento de Estadísticas de la Fiscalía del Distrito Nacional, destaca que la violencia de género aumentó con relación al 2006, en más de 1000 casos.

Los datos demuestran que la familia dominicana está en crisis. El hombre dominicano sigue siendo conservador y machista.

Peor aún es que, la mujer dominicana sigue soportando los abusos guardando silencio por temor a ser reprimida de nueva vez, por no ser correspondida con la manutención de sus hijos, por no estar informada donde puede recibir ayuda, o en el peor de los casos, por sentir desconfianza en las autoridades competentes.

En los sectores marginados la mujer esta hastiada de tantos golpes físicos y morales, de las actitudes cobardes de hombres que reflejan su baja autoestima y su bajo nivel de conciencia, con su ira irracional contra sus familiares mas cercanos.

Así lo demuestra el dato de que en la Fiscalía Barrial de Cristo Rey-Ensanche La Fe fue la que reportó el mayor número de casos de violencia, con un 13%, seguida por la de Los Guandules con un 8% y el otro 50% provino de las 11 Fiscalías Barriales restantes.

Si extendemos aquellos datos a las denuncias que no se reportan en los barrios y a los abusos morales y físicos que sufren también las mujeres de sectores más acomodados, (las cuales normalmente callan), se puede afirmar que la violencia intrafamiliar es la raíz de la descomposición social.

Es urgente invertir más recursos en educación preventiva contra la violencia intrafamiliar, la sanción penal por violencia de género debe ser ejemplar. Parece que el problema se nos va de las manos...

miércoles, 2 de julio de 2008

Esa vieja deuda del Estado...

Por: José Carlos Nazario

Llevan años exigiendo que se vindiquen sus derechos. Solicitando que les devuelvan las tierras que Trujillo les regaló a sus ancestros.

Prensa, autoridades y demás actores les amparan e impulsan. Ellos tienen el dinero para decir, y que sea escuchado, que los bienes que les facilitó el oscuro régimen, en su calidad de testaferros, les deben ser devueltos.

Sin embargo, y nos da pena, muchos no pueden decir lo mismo sobre lo que les quitaran esbirros y torturadores que hoy se pasean ostentando su lujo y su rostro, sin ningún reparo.

Son una pieza más de los coletazos de un monstruo que tiene casi cincuenta años agonizando y que no se acaba de morir.

A los dolientes hijos, huérfanos de asesinados y desaparecidos, es a quienes la historia debe resarcir. A esos y no a refinados truhanes es a quienes el Estado debe honrar con una Ley de Memoria Histórica que excave en fosas comunes, que reconozca las víctimas y erija museos y espacios de recordación. Para que no nos hagan cuentos.

El encono de los parlamentarios haitianos

Por: Harold Aybar

El bloque de parlametarios progresistas, que cuenta con 52 de los 99 miembros de la cámara baja, los diputados Cholzer Chancy, Delouis Félix, Pierre Fequier Julián, Lucas Saint Ville y Ema Lindor, criticaron que el presidente dominicano haya utilizado los foros internacionales para pedir ayuda económica para Haití.

Y es que en la pasada cumbre de Organizaciones de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) celebrada recientemente en Roma, Italia. En la cual se aprobaron unos US$10 millones para Haití. Pero los miembros del bloque progresista calificaron como inaceptable esta acción y aclararon que nadie le ha solicitado a Fernández que pida en nombre de Haití.

Lo que el bloque de parlamentarios progresistas no entienden que en el fondo esa ayuda también es para la República Dominicana, quien es que lleva la carga más pesada de la situación que vive Haití? De quienes es que están abarrotados los centros asistenciales de salud de nuestra frontera? O acaso no es verdad que a diario la miseria haitiana se vuelca para nuestro país, a tal punto que han desplazado hasta los pedigüeños dominicanos. Entonces, si en Haití se construyen hospitales, se reorganiza institucionalmente y se crea desarrollo, los beneficiados directamente somos nosotros también, al igual que ellos.

“Lo que es inaceptable es que un gobierno extranjero pida dinero en nombre de Haití, porque la realidad es que cada quien tienes sus propios problemas” dijo Chancy. Que ciertas son sus palabras honorable legislador, ahora bien, porque no lo asumen, el asunto es que ustedes tienen orgullo pendejo, prohíban entonces que sus nacionales crucen la frontera, el país más generoso con ustedes lo ha sido nuestro país, que hemos sido la cantera de empleos para ustedes y no lo agradecen, den gracias a Dios que somos sus vecinos y no España o Alemania, y más aun que pedimos para ustedes y miren como nos pagan.

Por otra parte, agregan los parlamentarios, que el pueblo haitiano escribió su nombre bien alto en la historia de la humanidad, ya que incluso ayudó a otros países hermanos a conquistar su libertad entre éstos mencionaron a Bolivia, Venezuela, Cuba y Estados Unidos. Los que les falto mencionar que en su proceso independentista, estupidamente destruyeron lo que entendían los hacía esclavos, toda la industria del azúcar, en vez de únicamente desplazar a quienes en realidad los hacían esclavos, estupidez ésta que todavía hoy por hoy la están pagando.

Fernández ha hecho igual llamado en otros foros internacionales. Su antecesor Hipólito Mejia también solicito en varias ocasiones la colaboración de la comunidad internacional para Haití.