martes, 24 de marzo de 2015

De brincar charcos a comer chicharrón

Por: Pedro Almonte

Allá por el año 1973 cuando el Profesor Juan Emilio Bosch Gaviño fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fruto de que éste y un grupo de compañeros abandonaron el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), también fundado por Bosch en el año 1939, desde sus inicios el PLD fue concebido como una organización para completar la obra de Juan Pablo Duarte, que no era otra cosa que: "lograr una patria libre, soberana e independiente, en la cual impere la justicia social y el respeto a la dignidad humana".

Para cumplir dicho propósito Juan Bosch creó una estructura basada en la vocación para servir al pueblo, una disciplina inquebrantable, la unificación de criterios y el centralismo democrático ,esencia que todavía en los tiempos actuales se mantiene principalmente en el todopoderoso comité político. Cabe mencionar que dicho partido, se creó para dar respuesta a la coyuntura política que imperaba en esos tiempos y como los tiempos han cambiado el partido del profesor también hizo lo propio; dejó atrás aquel partido de “cuadros” y preparación política para convertirse en un partido de “masas” trayendo esto como consecuencia, el desvirtuar los ideales para los que fue creado, convirtiéndose así en una maquinaria electoral, en la cual, grupos se baten en la arena en busca del poder político.

En dicha lucha, finalmente sobresalen dos nombres: El Presidente Constitucional de la Republica Lic. Danilo Medina y el Dr. Leonel Fernández, los cuales aprendieron muy bien aquello de la unificación de criterios y el centralismo democrático, saben muy bien que el PLD sólo gana si ellos se unen y se complementan.

Recordar el histórico lema “Servir al partido para servir al pueblo” pareciera ya letra muerta, por lo que prevaleció en sus tres primeros gobiernos (1996-2004-2008); capitalización de empresas públicas con el argumento de que estaban al borde del colapso y que se necesitaba una mejor gestión administrativa-financiera ,en la que el sector privado  seria el ideal para esta encomienda, cosa que el tiempo demostró que fue un craso error ; concesiones mal sanas en detrimento del Estado Dominicano , aumento de la desigualdad social y aumento de la pobreza ; entonces : ¿Dónde quedó lo de  lograr una patria libre, soberana e independiente, en la cual impere la Justicia social y el respeto a la dignidad humana, que fueron los criterios básicos para los que fue fundado el PLD?.

Desde el año 2012 con su más reciente gobierno, el PLD ha tratado de revindicar los postulados que dieron al traste a su creación: privilegiar su acción política a favor de los grupos más desposeídos y vulnerables de la sociedad.

En lo personal, me creo más el brincar charcos instalado en  la avenida México, que comer chicharrón en campaña.

domingo, 15 de marzo de 2015

La república pendiente


Por: Millizen Uribe

El pasado viernes se cumplieron 171 años de la proclamación de la Independencia Nacional. Como es sabido, este hecho estuvo inspirado por una visión de país que desarrolló Juan Pablo Duarte, nuestro Padre de la Patria, y los trinitarios.

No obstante, lamentablemente, a más de siglo y medio todavía no se ha logrado el país que Duarte y los trinitarios soñaron y por el que lucharon.

El  proyecto de nación de Duarte partía de la determinación de crear un país libre y soberano e independiente. Sin embargo, en esta tierra la libertad, la soberanía y la independencia no solo se ven afectadas por potencias extranjeras que imponen sus intereses en base a su poderío económico, sino también por los males sociales que imperan.

Nuestro país es uno de los más desiguales del continente y del mundo. Se registra crecimiento económico pero la pobreza afecta a casi la mitad de la población.

El acceso con calidad a derechos fundamentales y servicios básicos, como alimentación, salud, educación, vivienda y servicios como agua potable, energía eléctrica y transporte, no está garantizado para la mayoría. La inequidad también es observable en el tema de los ingresos y el salario.

Duarte quería dotar a esta tierra de un alto sentido de justicia, pero hoy día la injusticia social y los privilegios obtenidos ilícitamente por una minoría dirigente reinan en el país.

Duarte soñó con un país en el que todos los dominicanos estén sujetos a la Constitución y a las leyes, tanto los gobernantes como los gobernados. Empero, República Dominicana carece de vocación de cumplimiento de las leyes y algunas se aplican de manera selectiva "sólo para los más chiquitos". A esto se suma que la institucionalidad es frágil.

En parte, la nación duartiana no se ha logrado porque la clase política tradicional no emula la praxis política del Padre de la Patria. En el camino hacia su objetivo, Duarte dio muestras de un liderazgo fomentado en valores.

Vigor moral, alto sentido de libertad y justicia, convicciones democráticas firmes muestran que fue político capaz de dirigir sin autoritarismo, personalismo o protagonismo.

Tampoco tuvo afán por cultivar dinero o poder, Duarte actuó  con entrega y sacrificio, y, por el contrario, llegó a sacrificar vida y bienes.

Es por eso que no debemos conformarnos con celebrar un aniversario más de la proclamación de la Independencia Nacional, sino recordar que el país que Duarte soñó todavía no se ha concretizado y asumir entonces el reto de forjar la República pendiente.

En el mismo Duarte hallamos los valores necesarios para la transformación individual y colectiva, que nos pueden llevar a la construcción de esa república pendiente, una políticamente democrática, socialmente justa y económicamente equitativa, tal cual la soñó el patricio.

Los bajos salarios en República Dominicana

Por: Guillermo Peña Capellán

El salario mínimo que se paga en Rep. Dominicana es menor que el de otros países pobres o de igual ingreso en Latinoamérica.

Según el estudio, "Algunas consideraciones sobre la Informalidad y el Ingreso en el Mercado Laboral de la República Dominicana“, publicado por el Banco Central, la institución bancaria establece que, el salario mínimo más alto del país es de RD$10,164
pesos mensuales, o su equivalente (231 dólares)

Sorprende que el salario mínimo más alto del país es menor que el de Haití, que es de 238 dólares. Y cuando lo comparamos con otros países pobres o de igual ingreso, también son más elevados los salarios mínimos de países latinoamericanos. En Nicaragua, por ejemplo, es de 252 dólares, en Honduras 471 dólares, en Bolivia 243 dólares, en Guatemala 295 dólares, en Paraguay 592 dólares y en El Salvador 319 dólares.

La informalidad crece precisamente porque los salarios no dan ni para cubrir la canasta familiar que, a mayo de 2014 rondaba por los RD$27,887.64 pesos mensuales o su equivalente (636 dólares)

Los economistas de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS) han calculado que el salario dominicano, desde julio de 2013 a 2014 ha perdido RD$4,550 pesos de capacidad de compra y por ello demandan ante el Comité Nacional de Salarios (CNS) un aumento salarial de 30 por ciento.

El Director de Presupuesto y viceministro de Hacienda dijo en estos días que: “El salario mínimo de R. D. ha disminuido en los últimos 20 años. Mientras en la mayoría de los países de la región la masa trabajadora tiene ingresos que cubren sus necesidades y le alcanza para adquirir un carro y otras cosas, en Rep. Dominicana se tiene que recurrir al pluriempleo”.

La mayoría de los dominicanos tienen que hacer magia para sobrevivir con el salario que obtienen. Los ingresos no dan para cubrir las necesidades básicas. Los bajos salarios no ayudan al desarrollo.

Es una excusa sin fundamento hablar de salarios competitivos para atraer inversión extranjera. Lo que se logra con salarios bajos es promover mano de obra barata y eso no ayuda al desarrollo sostenible del país, ni a mejorar la calidad de vida de la gente.

Es sorprendente como los dominicanos nos dejamos entretener tanto con temas triviales como una cuenta de Twitter de Quirino o Leonel comiendo chicharrón en Villa Mella, y no nos ocupamos en demandar un aumento salarial.

El principal escollo para que el país salga de la pobreza y la desigualdad es la baja remuneración. Los bajos salarios mínimos perpetúan la miseria y enflaquecen la calidad de vida de los más pobres y de la clase media.

No hay justificación alguna para impedir que se aumenten los salarios. La consigna nacional debe ser: ¡Suban los salarios ya!

El antihéroe



Por: Pedro René Almonte Mejía 

El termino antihéroe es utilizado usualmente para definir personajes de novela con características antitéticas al llamado a ser admirado por sus hazañas y virtudes (el héroe).  Los antihéroes muchas veces salen de la ficción, son exportados desde las páginas de un libro de fantasía, otras tantas los antihéroes son de carne y hueso, y aquí en República Dominicana hay uno en específico.

El antihéroe, personaje desprovisto de cualidades como: honor, belleza, integridad, moral, pasa a ser el protagonista de la novela, pero ¿por qué? en ocasiones el antihéroe desplaza al héroe y esa figura que los demás necesitan admirar se nutre del personaje equivocado por la ausencia de héroes; porque al fin y al cabo todo el mundo necesita a quien admirar, sólo que algunos deciden admirar al personaje equivocado.

El antihéroe  no tiene patrón de comportamiento determinado, sigue su propio guión, por ejemplo nuestro antihéroe ha sido capaz de servirse del sistema que tenemos para enriquecerse, corromper, embaucar y agenciarse apoyo de lo más alto de nuestra sociedad y aunque todos lo niegan, andan muchos preocupados y atormentados porque el antihéroe sabe mucho y aparentemente no tiene ningún inconveniente en decir lo que sabe. El antihéroe supo servir y servirse de la clase dominante. 

Dijo Carlos Marx: Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época”; dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante.

De modo que cuando nos faltaron los héroes, los dominicanos colocamos en su lugar al antihéroe.“Cuando una sociedad carece de héroes, el antihéroe pone la letra, pone la música y pone la mesa”.