viernes, 29 de mayo de 2009

Tengo miedo...

Por: Crystal Fiallo

El miedo: una emoción que te recuerda tu grado de ‘humanidad’. Un torbellino interior que acelera tus latidos y que se mezcla con la desesperación, algunas veces con llanto, con sudor, fuerte jadeo y ganas de correr. Pero, ¿qué pasa cuando todos los miedos se mezclan entre sí y no puedes separar uno del otro? ¿Será lo que muchos llaman “una crisis existencial” producto de las distintas etapas de vida que los seres humanos atraviesan? ¿O será incertidumbre? Quizás ¿un vacío espiritual, emocional, mental?

Complicarse buscando una respuesta no es una opción, pues dice un dicho que la vida es sencillamente complicada y complicadamente sencilla (eso explica muchas cosas). A mi me dio la gana de agarrar mis miedos y sacarlos a la luz. No hago esto para vencer mis miedos, o para expulsarlos de mi ser: lo hago con la preocupación de que hemos olvidado que sentir miedo y confusión es de humanos.

Enfrentar los miedos es el lema de todo líder, pero vencerlos es el discurso de la Sra. Reflexión. Hoy siento que más dominicanos/as, a raíz de los procesos de reforma del Estado que se llevan a cabo en estos últimos años, han desarrollado miedo a creer y a perder el mismo miedo.

Quiero compartir mis miedos para despertar los tuyos, los suyos, los de ellas y los de ellos; atrapar la razón que mantiene vivos esos miedos y recordar que estamos hechas/as de puros sentimientos y tejido humano.

Tengo miedo de equivocarme, de hablar cuando no me toca, de olvidar fechas históricas importantes o ubicaciones de países en mi globo terráqueo.

Temo no llenar las expectativas de aquellas generaciones que nos abrieron camino para nuestra llegada; temo que ellos y ellas sean tan intolerantes que, contrario a incentivarme, más bien me alejen con sus críticas y con sus varas con las que miden a todos/as los de mi generación sin pensar qué nos afecta, qué nos falta, qué nos pasa.

Tengo miedo de que Silvio deje de cantar, de que Fidel decida decir adiós, de que Chávez se haga amigo del imperio…

Tengo miedo de que los países del medio oriente sigan siendo sacos de arena para golpear, que África siga gritando y nadie la escuche y que el cono sur se haga eco de ese llanto y se ahogue.Me da pánico que la lucha de las minorías continúe para siempre; me horroriza comprar un carro pero más aún montarme en carro público y colaborar con la red de “los dueños del país”.

Me aterra seguir hablando lo mismo durante décadas; que Juan Luis Guerra deje la música, que Victor Victor deje de sonreír, que Tony Almond se corte sus trenzas o que “El Jefe” vuelva.

Me da desasosiego pensar que Casa de Teatro deje de existir o que Evo Morales olvide sus raíces. Me enloquece creer que el capitalismo llegó para quedarse y que la globalización se “chupará” los países más pobres.

Tengo miedo de que me critiquen, de que me griten, de que me cuestionen, de decidir por la sociedad civil o por el gobierno; me da miedo no llorar, no amar, no sentir… Le tengo un chin de miedo a la nueva Carta Magna… ¿en qué parará eso?Me asusta perder la sensibilidad, tomar decisiones serias, hablar en público, dejar de escribir, perder la esperanza, perder los dientes o ser decapitada.

Me espanto cuando el gobierno nos da la espalda como pueblo; odio ver la cara de las clases sociales cuando se paran una frente a la otra; me da terror ver que los valores se derrumban; me da miedo abortar, ser violada, no tener nacionalidad, viajar en yola o tener un primo contagiado de AH 1N1.

Mientras escribo, de fondo escucho a Aventura que canta una canción en contra de la interrupción del embarazo, seguida de la canción de su autoría: “hoy es noche de sexo”: ¡eso da miedo!Horror, terror, espanto, susto pensar que no tengo a nadie que de la cara por la muerte, por nosotras las mujeres, jóvenes, niñas o por los inmigrantes de las alcantarillas del mundo…

Tengo miedo de perder el miedo y de nunca perderlo.

Transfuguismo político y democracia


Por: Guillermo Peña Capellán
En República Dominicana el transfuguismo político es una práctica de antaño que, le ha hecho mucho daño a nuestra débil e incipiente democracia.

Y es que muchos de los politiqueros que hoy se consideran anti-trujillistas; ayer fueron trujillistas acérrimos a la tiranía. Basta con ver los vídeos El Poder del Jefe I, II y III de René Fortunato para constatar sus nombres.

Algunos cedieron aceptando cargos públicos ante la presión y el miedo, varios lo hicieron por conveniencia económica y otros por necesidad. Sin embargo, los más valientes lucharon en las calles con balas de dignidad, se plantaron en las aulas con armas ideológicas o simplemente tomaron la angustiosa decisión de exiliarse para no ser cómplices de la tiranía.

Un destacado amigo catorcista me dijo que el país se dividió en trujillistas-balagueristas, trujillistas de la unión cívica y anti-trujilistas, y de éstos últimos quedaron pocos porque fueron asesinados por el régimen despótico de Trujillo y los gobiernos represivos de Balaguer. Según el diccionario de la Real Academia Española, tránsfuga “es una persona que pasa de una ideología o colectividad a otra”.

En la política dominicana ocurre con mucha frecuencia que, muchos dirigentes relevantes de los partidos políticos mayoritarios y minoritarios gozan de un puesto electivo o gubernamental, a cambio de apoyo político.

Lo cierto es que ningún partido político escapa al transfuguismo. En el Partido Reformista Social Cristiano PRSC podemos mencionar 3 ejemplos, Ángel Lockward y Héctor Rodríguez Pimentel quienes pasaron de ser socialcristianos a de centro-izquierda, o sea, del PRSC al Partido de la Liberación Dominicana PLD; y el más reciente Víctor Gómez Casanova, quien pasó de ser socialcristiano a socialdemócrata, es decir del PRSC al Partido Revolucionario Dominicano PRD.

También en el Partido Revolucionario Dominicano PRD podemos citar 3 ejemplos, Johnny Ventura, Felipa Gómez y José Ramón Fernández (Bigote), quienes pasaron del PRD al PLD.

De los partidos minoritarios citemos 2, José Gonzalez Espinosa del Partido de los Trabajadores Dominicanos PTD, y Elías Wessin y Chávez del Partido Quiqueyano Demócrata Cristiano PQDC, quienes han apoyado tanto al PRD como al PLD.Los principios democráticos se contraponen al transfuguismo político. Proponemos desde este espacio una iniciativa legislativa que sancione a los tránsfugas.

Ya la concepción patrimonialista del politiquero dominicano está llegando a extremos inimaginables. Creen que el Estado es una fuente de acumular riquezas personales.

Con esto lo que se logra es desvirtuar la representatividad política y perjudicar el buen funcionamiento de las instituciones estatales. ¿Hasta cuándo permitiremos que esto siga ocurriendo ciudadanos?

Más espejitos por oro


Por: Millizen Uribe
Las madres se respetan, incluyendo a la Madre Naturaleza. Esta es una de las enseñanzas básicas que recibimos en nuestros primeros años de formación, tanto escolar como humana.

Sin embargo, en estos últimos años hemos observado como en nuestro país la tendencia de irrespeto hacia el medio ambiente se ha arreciado.

Primero peligró el malecón, con el capricho del proyecto “Novo Mundo XXI”, conocido popularmente como “la isla artificial”, y con el que se pretendía “tomar un millón de metros cuadrados del mar Caribe, en la porción que se extiende desde la avenida Winston Churchill por la parte Sur, hasta el rompeolas que está frente al obelisco en la esquina formada por las calles Ángel Guerrero y George Washington en la zona de Ciudad Nueva” para construir una lujosa y costosa isla artificial destinado al uso de los más pocos. Después fue la resistencia al cierre de las granceras, un proceso que empezó con una resolución emitida durante la gestión de Max Puig en la Secretaría de Medio Ambiente pero que encontró aguante en algunos sectores.
Ahora es el caso de Los Haitises. Este Parque Nacional, una de las reservas biológicas más importantes del país, pues constituyen un sistema de captación, almacenamiento, conservación y distribución de agua, está siendo amenazado por la intención de instalar una fábrica de cemento que aprovecharía al mismo tiempo los recursos mineros de la corteza terrestre en la zona.
De acuerdo con los informes, la Secretaría de Medio Ambiente le ha concedido el permiso a la empresa interesada bajo el argumento de que de que “el área de concesión esta fuera de los límites del Parque”.

No hay que ser un técnico en medio ambiente para darse cuenta de que cualquier intención de explotar la corteza terrestre de esta zona afecta a toda esa bella cadena de plantas, ríos, manglares y montañas que se cierne sobre este parque.

Una vez más la patria nos llama. Nos extiende el llamado de una de sus hijas predilectas: la naturaleza.

Y una vez más los quisqueyanos valientes debemos alzarnos en la defensa de la madre naturaleza, parte importante de ese legado histórico y monumental que nos dejaron los padres y las madres de la patria.

Y es que aceptar esta obra con el argumento de que proveerá de unos cuantos empleos a algunos campesinos de esta zona sería volver a canjear espejitos por oros, pues en tiempos que la escasez del agua es una de las amenazas principales para los años venideros, una media isla en el mundo sacrifica su biodiversidad por unos cuantos pedazos de cementos.

La cementera...¿Y el medio ambiente?

Por: Guillermo Peña Capellán

Un grupo de jóvenes preocupados por el desarrollo sostenible de nuestro medio ambiente y la preservación de los recursos naturales del país; han levantado un campamento de vigilancia ambiental, con el fin de que se anule la concesión de la planta de cemento en la zona de reserva ecológica del Parque Nacional Los Haitises.

El campamento inició el sábado 16 de mayo, y por ahora tiene pautado finalizar el domingo 24 de mayo. En el mismo se realizarán diversas actividades culturales y de intercambio de conocimientos con los campesinos moradores de la zona.

La idea es lograr la movilización social pacífica de la gente, con el objetivo de revocar la medida a favor del Grupo Aceros Estrella, a quien supuestamente el gobierno le debe dinero.

Sobran los argumentos para que la cementera no se sitúe en dicha zona. Primero, los técnicos de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA) informaron que no era viable ni sostenible la cementera en dicho lugar. Segundo, la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y el Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias de la República Dominicana se han pronunciando contra la misma por entender que, “una cementera en la formación del Carso de los Haitises genera impactos negativos sobre la captación, almacenamiento, flujo, y calidad de las aguas que implican la misma”. Y tercero, viola la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales 64-00, porque el recurso natural mas preciado, el Agua, peligra por la contaminación que provocarían los efectos de la planta de cemento.
Quien este interesado en formar parte del campamento puede escribir al correo electrónico ecolucha@gmail.com y entrar a la página Web http://www.ecolucha.blogspot.com/ para tener más información sobre los efectos negativos que ocasionaría instalar la cementera en Los Haitises.

martes, 12 de mayo de 2009

¿Feria del libro?


Por: Millizen Uribe

En cualquier país del mundo una Feria del Libro es un espacio en el que escritores y lectores conversan acerca de sus obras y en el que el público puede adquirir libros a un precio más asequible que de costumbre. Sin embargo, en Santo Domingo, la ciudad de ese país ubicado en el mismo trayecto del sol, la feria del libro es muchas otras cosas antes que eso.

Y es que año tras año vemos como la comida, la artesanía, los mata tiempo, y la “politiquería” le roban el protagonismo al libro.

Son muchas las personas que acuden a la feria a hacer cualquier cosa, menos a comprar o a conversar de libros. Es frecuente encontrarse con adolescentes que van a enamorarse, a socializar y hasta a “vitrinearse”, adultos que van a disipar la mente o a “sacar los muchachos a pasear”, estudiantes que van obligados a modo de tarea y pequeñines que aunque no entienden nada de la Feria del Libro son llevados por sus maestros y expuestos a largas caminatas y a horas de sol.

Pero además, ese pequeño y muy selecto grupo de personas que asiste a esta feria a comprar libros se encuentra con la problemática de que en algunas ocasiones los libros no están tan baratos como esperan, pues muchas librerías aprovechan este evento para “hacer su agosto” y venden los libros más caros que de costumbre.

¿Y qué decir de los stands o pabellones? Aquí más que la creatividad se impone el derroche y el lujo. Muchas de las instituciones oficiales invierten parte del presupuesto público en construir lujosos stands.

Además que la presencia de instituciones de este tipo en una feria del libro obedece al mero objetivo de promoción política y esa no debe ser la esencia de este evento.

Precisamente la esencia es lo que se pierde en esta feria, por eso en las áreas de comida, de artesanía y de espectáculos se puede observar una gran concentración de personas. En cambio, en actividades puntuales como las puestas en circulación de libros, en los talleres, en las conferencias y en los conversatorios el público siempre es muy reducido.

Lamentablemente esta XII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2009 reforzó el panorama descrito. Libros caros, mucha comida y mucha artesanía, poca lectura y pocos libros, también son las características principales en esta versión.

Y aunque en honor a la verdad hemos de reconocer que hay mucho más organización, una participación más amplía de expositores nacionales e internacionales y mucho más diversidad en el programa, sin un público con cultura de lectura, esto pierde trascendencia.

Pero, quizás en materia de feria la “doceava y no la tercera sea la vencida” y en esta ocasión los dominicanos y dominicanas aprendamos que visitar una feria del libro es acudir a un manantial donde podemos saciar nuestra sed de lectura, conversar frente a frente con nuestros escritores favoritos, discutir y opinar de temas a través de paneles, charlas y conferencias, y abrir nuestras mentes para que las ideas fluyan, sobre todo esas referentes a la construcción de una mejor nación.

La juventud en la constitución


Por: Guillermo Peña Capellán

Es motivo de orgullo, júbilo y esperanza para el Colectivo Latinoamericano de Jóvenes y Toy Jarto pero creo en mi país, que las y los asambleístas tomaran en cuenta la propuesta que le hiciéramos el histórico día 19 de Marzo, a la Comisión Permanente de Juventud de la Cámara de Diputados, de incluir los derechos de participación social y política de la juventud en la reforma constitucional.

Por primera vez en la historia dominicana las y los jóvenes estamos presentes en la constitución. Con ello se reconoce a miles de jóvenes transformadores que lucharon y luchan hoy por un país más democrático y de oportunidades para todo/as.

El nuevo artículo consagra que: “El Estado garantizará el derecho de los jóvenes y promoverá su efectivo ejercicio, a través de políticas y programas que aseguren y mantengan de modo permanente su participación e inclusión en todos los ámbitos de la vida nacional. Se reconoce además su valor como actores estratégicos en el desarrollo de la nación.”

Y es que si bien, en sentido general esta constitución tiene enormes retrocesos porque viola derechos humanos fundamentales, sería mezquino no reconocer que este nuevo artículo es un avance para la juventud dominicana.

Es plausible la conducta de los legisladores que presentaron ante la Asamblea Nacional la propuesta. Nos alegra sobremanera que no se hicieran indiferentes ante los reclamos de la juventud, porque es precisamente este sector quien los lleva o saca de sus curules.

Aunque estamos conscientes de que el reto ahora es que este artículo se cumpla a cabalidad. Positivo es el simple hecho de que ahora tenemos en nuestra constitución, una nueva herramienta legal, que se suma a la Ley General de Juventud 49-2000, para seguir exigiendo nuestros derechos como grupo social predominante.

Porque lo cortés no quita lo valiente. Sinceramente agradecemos a quienes nos apoyaron y le recordamos que este logro de la juventud dominicana es un punto de partida para seguir la difícil tarea de construir el país que nos merecemos.

lunes, 11 de mayo de 2009

No todos los cuartos se cogen

Por: H. Galván

Conozco Los Haitises desde chamaquito. Los cuentos de indígenas vivos, de caritas enterradas, de ciguapas caminando pa’lante con lo pie’ pa’ tra, de cuervos y de manatíes, se entremezclaban en mis primeros años con la imagen mañanera del viejo Anselmo, que siempre llegaba con los pantalones “aremanga´os” y mojados en un cayuco de velas y remos por la playa alfombrada con almendras de frente a mi casa, la mar.

El viejo Anselmo, parco al hablar, sonriente por naturaleza, ahorrador y de buen vivir, siempre se nos acercaba con los bolsillos llenos de mentas de guardia, las cuales esperábamos ansiosos los niños del barrio. Era propietario de una finca en Los “Haitiles” (como le dicen por allá) y, por lo que conversé con él, sembraba batata y yautía.

Un buen día, Don Anselmo, el vecino de al frente, murió. Dejó aquel sombrero pueblerino que nunca se apeó, dejó su cayuco en la arena, pero sobretodo, dejó varias casas, fincas, y un dinero en el banco que nunca nadie cobró, y que sólo ha quedado como un de los tantos rumores de Sabana de la Mar.

En el medio de todo, también recuerdo el rumor del burro quemado por Candelier. Nosotros, los muchachos del barrio, salíamos siempre a recibir en trulla a los helicópteros, que como tornados, aterrizaban cerca del muelle entre el gentío de curiosos y buscavidas. En los colmados y esquinas sólo se oía el nombre de un tal Candelier, que estaba desalojando a los campesinos, y se escuchaban los helicópteros volando y, a correr se a dicho.

Yo no lo sabía, pero ese era el proceso de desalojo compulsivo de miles de campesinos que fueron expulsados del Parque Nacional, para supuestamente defenderlo. Ya de esta historia sólo quedan retazos en mi mente, ruidos, imágenes fugaces y voces, pedazos de sueños que no he perdido, no me pregunten por qué. Pero de Los Haitises y sus mogotes, queda toda una imagen de belleza impoluta, que no puedo (ni pueden) borrar.

Es por eso que aún me siento aun aturdido al saber de los aprestos de un grupo de empresarios voraces de Santiago de instalar, a fuerza del dinero, una Cementera en sus fronteras y contornos.

Es por eso, que todavía no entiendo el porqué Jaime David Fernández Mirabal, desoyendo a los técnicos de la propia Secretaría Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA) que él dirige, ha autorizado la instalación de la Cementera de los Estrellas en la Zona de Amortiguamiento del Parque Nacional Los Haitises.

No hay ninguna razón para que se instale allí, que no sean el capricho o la ambición desmedida de empresarios sin conciencia social y ambiental y el soborno y la corrupción de los politicastros dominicanos.

Una Cementera no es un relajo. No es una bodega campesina, ni una mina de arena de construcción. Una cementera es una de las plantas de la minería más contaminantes e impactantes sobre el entorno. Los Haitises y su zona de amortiguamiento no son un lugar para ella, no lo soportarían la caoba, ni el mangle rojo, pero mucho menos los guaraguaos, las jutías, las garzas reales o los reycongos.

No nos oponemos al desarrollo minero, mucho menos al industrial. Favorecemos la competencia y ojalá que esta planta (ubicada en otro lugar) venga a abaratar los altos costos de los insumos de la construcción. Pero nada, absolutamente nada, vale más que el Parque Nacional los Haitises y su reserva de biodiversidad y recursos hídricos.

Lo que los técnicos de la SEMARENA plantean en su informe es contundente. Este proyecto es inviable; sencillamente absurdo.

Da una inmensa vergüenza y consternación ver al Secretario Jaime David actuar como abogado del diablo, defender sin razón intereses espurios de un Consorcio Minero y apoyar un crimen de lesa humanidad, como lo es afectar el Parque Nacional Los Haitises.

Yo no se a quién le tocó cobrar el dinero que pagan comúnmente los empresarios de este país, durante las campañas para agenciarse obras como éstas. No creo que haya sido Jaime David, pero lo que se, lo que sí estoy seguro, es que, fuere quien fuere, tendrá que devolverlo.

El pueblo dominicano no va a permitir que instalen esa maldita cementera en ese lugar, que busquen otro.

Recuerden siempre, no todo el dinero se coge.

El fracaso de Bosch


Por: Millizen Uribe

La sensación más grata que puede experimentar un maestro es que sus alumnos aprendan de él. Un líder que sus discípulos le sigan. Un escritor que sus admiradores lo lean. Un político que sus decisiones tengan trascendencia.

La sensación más desgraciada que puede experimentar un maestro es que sus alumnos no aprendan de él. Un líder que sus discípulos no le sigan. Un escritor que sus admiradores no lo lean y un político que sus decisiones no tengan ni la más mínima trascendencia.

Precisamente en este último estado debe estar el espíritu, la esencia y/o los restos del profesor Juan Bosch al observar el desacertado rumbo por el que los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, una de sus más grandes obras, llevan a la nación dominicana.

Y es que aunque en la teoría los dirigentes políticos y los ejecutivos del actual gobierno se autodefinen “seguidores del maestro” y se disputan entre sí los lazos de cercanía a Bosch, en la práctica lucen bastante distantes.Sus “seguidores” en vez de defender y emular la constitución que Bosch promulgó, esa del año 1963 y que es tan famosa, conocida como una de la más liberal y avanzada de nuestra historia, prefieren crear otra, inclusive más conservadora y retrograda que la de su principal adversario: Joaquín Balaguer.

Sus “discípulos” son los que ahora explotan y maltratan el pueblo dominicano que él tanto amó.Sus “admiradores” sólo lo “recuerdan” a través de fechas o de ferias, mas no de actos. Mientras Bosch se mostró respetuoso de todas las creencias y abanderado del laicismo del Estado, sus “partidarios” ceden a la mínima presión de los jerarcas religiosos.

Y aunque por sus aportes políticos y literarios, pero sobretodo por esa inmensa sensibilidad humana que le caracterizó, Juan Bosch merece descansar en paz, no es extraño suponer que por lo menos de vez en cuando un pensamiento interrumpa su descanso eterno: ¡Que fracaso!

La historia les juzgará asambleístas



Por: Guillermo Peña Capellán

En abril del año 2009 se realizó la XXXVIII reforma constitucional, promovida por el presidente Leonel Fernández Reyna, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El argumento principal para efectuar esta nueva reforma fue, que era necesaria una “revolución democrática “la cual garantizara el fortalecimiento del Estado de Derecho.

A pesar de que el programa de gobierno 2004-2008 del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) establecía que, la Asamblea Constituyente era el mecanismo idóneo para realizar la reforma constitucional.

El supuesto “congreso para el progreso” desconoció su programa de gobierno acogiéndose servilmente a la voluntad de la Iglesia Católica.

De igual modo fue la complicidad del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), de supuesta ideología socialdemócrata, quien no jugó su papel opositor, plegándose sin cuestionamientos a una reforma constitucional conservadora, que renegaba de sus orígenes históricos.

En aquella reforma fue cuando se aprobó el Art. 30, que versaba sobre la prohibición de todo tipo de aborto, incluyendo en caso de que corriera riesgo la vida de la madre, por violación sexual o incesto.

Sin embargo, no faltaron quienes con dignidad se opusieron a este retroceso constitucional. Ello/as fueron; Minou Tavarez Mirabal, Víctor Terrero, Lety Vásquez, Karen Ricardo, Manuel Jiménez, Juana Vicente, Gilberto Serulle, Miguel Bejarán, Domingo Colón, Juan Comprés, Isabel de la Cruz, José Ramón de la Rosa, Juan Encarnación, Rubén Maldonado, Alfredo Martínez, Demóstenes Martínez, Abraham Martínez, Gmaliel Montas, Hilda Moronta, Franklin Peña Villalona, Mirtha Elena Pérez, Asif Nazario Rizek, Martha Rodríguez, Gustavo Sánchez, Celso Segura, Santiago Vilorio, Agne Berenice Contreras, Pedro Aguirre, Rafael Librado Castillo, Josefa Castillo, Salomón García y Noé Marmolejos.

Más o menos así dirá la historia que escribiremos nosotro/as, la nueva generación. No os preocupéis asambleístas. Rescataremos la valentía de quienes pensaron en el país, pero sobre todo realizaremos una nueva constitución que tome en cuenta nuestros antecedentes, para hacer la constitución democrática que espero por tantos años la sociedad dominicana.