martes, 30 de septiembre de 2008

Los y las jóvenes “estamos aquí”




Por: Guillermo Peña Capellán

“Estamos aquí”; ese fue el gran slogan del I Congreso Nacional de Juventudes del Colectivo Latinoamericano de Jóvenes, celebrado los días 20 y 21 del mes en curso, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Plaza Bartolomé De las Casas, respectivamente.

Este lema pretende demostrar que la mayoría de los y las jóvenes estamos aquí; trabajando, estudiando, aportando ideas y superándonos día a día para construir el país que anhelamos.

Antes de detallar lo acontecido en dicho congreso, es necesario saber cómo surge el Colectivo Latinoamericano de Jóvenes.

En el año 2007, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, inició en 17 países de América Latina, el proyecto “Colectivo Latinoamericano de Jóvenes Promotores en Juventud” con el apoyo de la Fundación Kellog.

El colectivo dominicano nace a partir del Taller Nacional de Juventud en el que participaron diferentes grupos juveniles, tales como, Jóvenes Unidos por un Estado Sano (JUES), Colectivo Plaga, La Multitud, Red por la Integración y Desarrollo Juvenil de la provincia de Monte Plata (REDIDJ), Movimiento Instituto Teresiana (MIT-Joven), Circoopan, Jóvenes por Siempre, Los pandémicos de Herrera, Forjando Patria (FP), Movimiento Erranticista, Red Nacional de Jóvenes, Visión Mundial, entre otros.

A pesar del aguacero, el reducido presupuesto y todos los imprevistos; se realizó el I Congreso Nacional de Juventudes “Estamos aquí”.

Allí fueron presentados y comentados los resultados de cinco investigaciones realizadas por jóvenes dominicanos y haitianos, las cuales fueron compiladas en el libro “Jóvenes en el Saber” lema del Congreso de Jóvenes Investigadores de Latinoamérica sobre juventud, que será celebrado en Chile.

Las investigaciones son: Propuesta participativa de implementación de la Ley General de Juventud de la República Dominicana: una ley secreta. A cargo del economista Hecmilio Galván. Conocimientos, creencias, actitudes y prácticas de jóvenes que viven con el VIH y su condición de salud en relación a los medicamentos antirretrovirales. Presentada por José Jairo Valenzuela, y “Acceso y uso de Internet en los y las jóvenes de República Dominicana” una mirada a la brecha digital y social. A cargo de quien le escribe.

Por otro lado, el tema Violencia urbana en Cité Soleil y Jalousie fue presentado por Dimitri Jean, y El uso del preservativo en jóvenes de Puerto Príncipe; según edad, género, escolaridad y religión, estuvo a cargo de Bernardin Amazan.

Cientos de jóvenes dominicanos/a y varios jóvenes haitianos/as participamos unidos al día siguiente en las actividades artísticas y culturales celebradas en la Plaza Bartolomé de las Casas.

Con música, teatro, danza, pintura, zancos y otras expresiones artísticas la juventud presente disfrutó de un día diferente, demostrando una vez más la capacidad que se tiene de aprovechar las ofertas de crecimiento académico, político, social y cultural.

Las actividades de pintura empezaron desde temprano a cargo del joven pintor Renato Encarnación junto a otros 10 pintores; las de zancos las coordinó Guillermo Liriano; teatro, Isabel Spencer, mientras que en danza y música fueron responsables el grupo Alemar Capoeira, DJ Efrén Ricardo Camargo, la banda musical Son Abril y el cantautor Janio Lora.

Actividades como éstas nos demuestran que los y las jóvenes estamos aquí promoviendo la diversidad y enfrentando nuestras realidades, para así construir una nueva República Dominicana, la que merecemos.

Wilton, el ciudadano

Por: José Carlos Nazario

En estos días el senador Wilton Guerrero ha demostrado ser un hombre responsable. Ha manifestado su arrojo, como en su momento ha ocurrido con muchos hombres y mujeres en nuestro país.

En esta ocasión sin embargo, se le ha querido asumir como un vengador justiciero que interpela sin miramientos prácticas que por diversas razones son motivo de alarma. Esta búsqueda por parte diversos líderes de opinión de presentarlo como un superhombre puede parir frutos podridos.

El tema de la droga, por su carácter complejo, su factura violenta, pero sobre todo, su condición de medio de ascenso económico de sectores, para muchos, de incómoda ralea, es bastante sensible en nuestro país.

Otras voces han tomado este discurso, en tiempos pasados, con fines de ensombrecer reputaciones y ganar prestigio sin mérito alguno, asumiéndose como héroes. No sucede de la misma manera con asuntos de la misma gravedad.

Tristemente, temas de importancia capital, son simplemente obviados por la opinión pública, sin más. No hemos escuchado, en ese sentido, la voz de ningún notable levantarse contra la evidencia de fraude, que desde todos los sectores tradicionales se exhibe a la hora de practicar el clientelismo político.

Esta aberración, como la que denuncia el Senador de Peravia, es tan común en su pueblo como en cada provincia del territorio nacional. Nadie habla del lavado de activos como motor del crecimiento económico acelerado en los últimos años y su incidencia en que dicho crecimiento no toque fondo y se traduzca en desarrollo y bienestar social.

Nadie dice nada ante la pantomima que nos han montado en torno a los condenados del caso Baninter.

De ninguna manera cuestionamos la legitimidad y el derecho del valiente legislador a denunciar las cuestiones que considere. Para nosotros es un honor compartir la calidad de ciudadano con un hombre de su talante.

Ahora bien, la respuesta a su conducta es más preocupante que positiva para la salud de nuestra república. El solo hecho de que hoy día, según él mismo ha asegurado, su cabeza tenga precio, nos permite comprobar el saldo de esa actitud. Erigir héroes en sociedades que son o aspiran a ser democráticas, no es otra cosa que una muestra de fractura. Los titanes, en los regímenes republicanos deben ser relegados al plano de las leyendas.

Lo que queremos decir es que nos oponemos a que ese Guerrero senador corra la misma suerte de su colega, olvidado por casi todos, Darío Gómez y su causa sea enterrada junto a la inercia de su cuerpo. No. El heroísmo tiene serios y nocivos efectos.

Hace poco escuché al antiguo dirigente reformista Víctor Gómez Bergés decir, que las sociedades como la nuestra, con gran debilidad institucional, deben respetar y poner en buen sitial a sus figuras notables.

Consideramos que su proposición es equivocada. Crear y fortalecer instituciones, promover cultura institucional y derribar los altares cimentados en grandes hombres, para que cada ciudadano y ciudadana se convierta en un pequeño héroe en ejercicio de sus facultades, es nuestra propuesta. Para esto, se hace necesario, más que preservar a los “respetables”, cuestionarlos, asumir que cada uno actúa, como Wilton, como un simple ciudadano.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Mi tercer amor


Por: Millizen Uribe

Fue cuando cursaba el tercero de bachiller que tomé la decisión definitiva: estudiaría periodismo. La noticia no cayó muy bien entre uno que otro familiar o amigo que me confesaron soñaban verme convertida en toda una ingeniera industrial o tal vez en una abogada (“carrera que te iría muy bien porque te encanta discutir”).

Hubo otros que no se alarmaron confiados en que al terminar el bachiller el periodismo se integraría a esa lista de “carreras con las que Míllizen alguna vez soñó”.

Mas, al momento de concluir el cuarto de bachillerato y tomar el acostumbrado test -para ver qué carrera seleccionar y comprobar que los resultados se correspondían con mis deseos- ya mami se sumó públicamente a la lista de personas que clamaban: ¡considera otra profesión!

Pero ni lo poco lucrativa, ni lo mal pagada y ni siquiera lo peligrosa (“¡niña todavía recuerdo el asesinato de Orlando Martínez1”, decía mi abuela) que pudiese resultar el ejercicio periodístico me hicieron cambiar de decisión.

Conciente del gran poder que tenía la prensa, soñaba con llegar a los medios de comunicación y utilizar su influencia para ayudar a los más necesitados (si así tan cursi como suena).

Fue así como duré tres años y medio estudiándola y ya llevó unos 4 ó 5 años ejerciéndola. ¿Qué si me arrepiento de mi decisión?


Pues para nada. Todo lo contrario, cada día me enamoró más de ella, y si hoy la identifico como mi tercer amor es sólo porque mi familia y mis deseos de cambio social están por encima de todo.

Sin embargo, definitivamente que la sensación de tener una página en blanco frente a mí y al posar mis dedos sobre el teclado del computador ver como, minutos u horas después, la misma página se va llenando de mí, de mis ideas, de mis temores, de mis quejas y propuestas es una de las sensaciones más deliciosas de mi vida.

¡Claro está que amor no quita conocimiento!, por eso estoy más que conciente de todas las debilidades del periodismo, sobre todo del dominicano: falta de ética, poca creatividad… y una que otra vez, lo sufro, lo padezco y hasta me aburro.

Pero recapacitó y una vez más pienso en esa carrera que nos permite darle voz a los más necesitados y entonces me redescubro enamorada de mi profesión.

Y como este es un amor real, que conoce de defectos y virtudes, está conciente que como parte de esa nueva generación de periodistas debemos abogar por revolucionar este ejercicio profesional.

Por eso aunque no pude estar presente en la marcha que los colegas hicieron hacia la fiscalía en apoyo al periodista Vianco Martínez, quiero desde este rinconcito expresar mi solidaridad con él, al tiempo que entiendo esta acción como uno de los miles de pasos que debemos dar en ese largo, pero muy necesario camino que nos dirige a la dignificación del periodismo dominicano, una tarea difícil pero que unidos podemos lograrla.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alternativa democrática o nostalgia trujillista

Por: José Carlos Nazario

La falta de liderazgo político en los sectores tradicionales y la debilidad que muestra la oposición ha permitido, como hemos dicho en diversas ocasiones, la creación de un espacio de desarrollo para nuevos liderazgos alternativos.

En las pasadas elecciones fuimos testigos de como el ojo mediático enfocó figuras de novedad que, aunque no lograron traducir el entusiasmo en votos, dieron un paso al frente en la diferenciación de sus proposiciones con los siempre presentes partidos rémora o bisagra. Hace poco recibimos la noticia de que una nueva fuerza se suma a la oferta.

Esta vez, otro militar retirado que abraza la promesa, tan exitosa para Hugo Chávez, de la democracia participativa e integral.

El discurso, como el del coronel golpista, nos parece precioso. Repleto de verdades y proyecciones, sin duda, necesarias para nuestro país. Pero al parecer, y las dos opciones de origen castrense que buscan abrirse paso, parecen demostrarlo, se trata de la forma.

Si percibimos las imágenes de los diversos actos donde nuestros hombres de armas en política se proyectan, podemos identificar el fondo: los adláteres de estos líderes en potencia nos dan una muestra de la ralea de los componentes.

Personajes que no han mostrado su devoción por la democracia que predican sus nuevos caudillos, ostentan cargos importantes en las estructuras partidarias. Son avistados y obviados por la mala memoria popular, importantes personeros de “la era” (que afortunadamente ya no es) y personas de reconocida simpatía por ese período oscuro que se ensañó con el Estado y los ciudadanos desde 1930 hasta 1961.

Habría que preguntar de qué se trata realmente. Si la propuesta, encantadora para muchos, de un hombre de mano dura en el poder es compatible con la democracia participativa, entonces, todos los teóricos de la última se equivocan.

Los ciudadanos y no los embotados escogidos del destino, tienen en sus manos el futuro de nuestro país. En momentos de crisis siempre hay espacio para cambios de rumbo que nos lleven a mejores días, pero también para experimentos lamentables. Abramos los ojos.

¿Qué comience la función?

Por: Millizen Uribe

Sólo porque esta columna de opinión me evoca mucha intimidad me atreveré a confesar que hay un tema en el que no soy muy nacionalista que digamos. Ese tema es el cine. Aquí yo, que me considero fiel amante de mi país y que disfruto apoyando todo “lo local”, en lo que se refiere a la cinematografía tengo mis reservas.

Y es que el cine dominicano todavía no me convence. Esto debido a que más que cine, en la mayoría de los casos lo que se hace en el país es llevar las comedias de la televisión a las salas de los cines. Comedias que más que risa, lo que provocan es sufrimiento.

Y es que ¿cómo reírme al ver como se trata el tema del “sankypankismo”? exponiendo entre risas al mundo entero el deseo de estafar al turista que, según la película, tienen los dominicanos.
¿Cómo reírme al ver como a través de una película se reproducen las desigualdades de género ridiculizando los roles y estigmatizando a una mujer independiente como “un macho de mujer”? Reitero que esto más que risa me provoca llanto.

Además, me preocupa el hecho de que en vez de darle oportunidad a las actrices y a los actores dominicanos, los que hayan estudiado actuación, se vive buscando “talento de fuera”, muchas veces basándose más en su apariencia, que en la calidad de su trabajo.

Y el tema me inquieta porque este tipo de películas revelan mucho la autopercepción de nosotros como pueblo, como país. Claro está que no creo que ni en este tema, ni en ningún otro, este todo perdido. De hecho, hay películas como “La cárcel de la Victoria”, “Yuniol” y la más reciente, “Ladrones a Domicilio”, con las que me identifico más por la forma seria de abordar las problemáticas que tratan.

Y no es que descalifique el recurso de la comedia, pero creo que su uso en temas tan delicados debe hacerse con mucho cuidado so pena de no relajar situaciones demasiado graves. No obstante, reconozco que el país apenas empieza a transitar el largo camino de la carrera cinematográfica, y precisamente por esto entiendo que este es el mejor momento de hacer las correcciones de lugar.

Y es que el cine es un recurso demasiado valioso, por lo que no deberíamos de subestimarlo como una importante herramienta para representar y pedir los cambios necesarios en el drama social dominicano.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Lenguaje no sexista; una reacción ante lo excluyente

Por: Harold Aybar

Uno de los hechos esenciales de la vida en sociedad, es el de comunicar, y esa necesidad crea formas alternas de comunicación.

La palabra tiene la virtud de provocar sentimientos, reacciones, adecuaciones, y también exclusiones como es el uso del lenguaje sexista.

Se está frente a la necesidad de cambios lingüísticos en consonancia con la realidad, eso sería poner la ciencia del lenguaje al servicio de la exaltación de la condición humana.

Tal es el caso de las mujeres exigiendo los derechos más elementales dentro de los que se halla la eliminación del lenguaje sexista.

La génesis de esta exigencia se remonta a los movimientos reivindicativos nacionales e internacionales por los derechos de la mujer y de las convenciones y pactos internacionales que refuerzan esas demandas.

En el idioma castellano se identifican formas diversas de subvaloración y de omisión de la condición femenina lo cual además de ser violatorio a los derechos humanos, es una inobservancia respecto de los avances y los aportes que en todos los ordenes han tenido las mujeres en todos el mundo, por lo cual es una razón de lucha en países de Europa, América Latina, Centro América y El Caribe.

Por la formación del género gramatical de muchas palabras, y por la función de los artículos definidos e indefinidos es gramaticalmente correcto usar “los y las“ “todas y todos”. Por lo mismo, no es igual el niño que la niña, pues son nombres comunes que por terminar en “o” el primero, y en “a” el segundo, es masculino y femenino respectivamente.

Si decimos “los estudiantes” estando presentes varones y hembras ¿dónde está la concordancia de género que debe establecer el artículo?

El lenguaje no sexista, ya no es asunto de feministas, es un hecho social que se expande. He escuchado al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, decir “amigos y amigas” “ellos y ellas” y en varios programas de televisión se distingue muy bien al público al tratarlos de ellos y ellas.

Estas y otras consideraciones son tratadas más a fondo, en el documento titulado, Las Plagas del Español Dominicano, el citado documento hace referencia a tres asuntos considerados como dañinos para el buen decir:

– La plaga de género.
– El empleo de vocablos extranjerizantes.
– El recurso de expresiones malsonantes que hieren la sensibilidad del buen hablante.

De la autoría del Doctor Bruno Rosario Candelier, presidente de la Academia Dominicana de la Lengua y el más reciente Premio Nacional de Literatura.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Lo que nos dice el clima

Por: Millizen Uribe

Con sus vientos huracanados de 120 km/h Gustav vino a recordarnos el mensaje que justamente el año pasado nos dieron las tormentas Olga y Noel.

Un mensaje que consiste en una voz de alarma que dice: ¡dominicanos tienen que avanzar!

Olga, Noel y Gustav han sido una especie de astilla que insiste en romper la burbuja del supuesto desarrollo y progreso que gritan las voces presidenciales, y que se supone confirman algunos numeritos de agencias internacionales y una que otra secretaría local.

Sin embargo, es un desarrollo que se queda en las cúpulas, en las oficinas donde se emiten esas estadísticas y en el pago de sueldos y viáticos a sus realizadores. En las jeepetas, trajes, viajes y almuerzos en lujosos restaurantes que realizan los funcionarios públicos.

Es un progreso que no llega al ciudadano común. Precisamente esto es lo que una vez más se ha evidenciado con el paso del huracán Gustav, el cual nos ha recordado nuestra vulnerabilidad ante la naturaleza, vulnerabilidad que si bien es cierto que es natural, no es menos cierto que las deficiencias institucionales la acentúan.

Así, el hecho de que la mayoría de los dominicanos vivan en casuchas de madera y zinc, mucha de ellas situadas a orillas de ríos, en medio del mismo fango, y que miles de familias dominicanas estén en condiciones de hacinamiento empeora las consecuencias del impacto de los desastres naturales sobre el país.

Es por esto que un país ubicado en el trayecto del sol, pero también en el de los huracanes, debería de considerar ya mismo tomar medidas que trasciendan la coyuntura y que sean de carácter permanente.

Y en la causa de este tema como en otros aparece como eje transversal la pobreza y las desigualdades sociales, económicas y políticas que acarrea.

Porque es que más allá de la construcción de torres lujosas y de fastuosos metros cuando un huracán viene y una madre y seis de sus hijos pierden la vida consecuencia de un derrumbe, es más que el momento adecuado para cuestionar el crecimiento económico, el desarrollo y la seguridad ciudadana.

Por eso antes de que Hanna, Ike, y otros fenómenos naturales vengan a, una vez más, restregarnos en la cara nuestra miseria, quizás sea hora de que en los planes de gobierno la eliminación de la pobreza y por ende la construcción de viviendas dignas constituya el objetivo principal de la nación dominicana, y por ende de sus gobernantes.

Conducción ecológica


Por: Guillermo Peña Capellán

Por una conducción más ecológica, es el nombre de la campaña internacional que organiza Make Cars Green http://www.makecarsgreen.com/ El objetivo de esta organización es “ayudar a reducir el impacto de los vehículos en el medio ambiente y ayudar a los conductores a pensar verde antes de empezar la conducción".La declaración de la Federación Internacional de Automóviles (FIA) sobre calidad del aire, el cambio climático y el ahorro de combustible para la automoción, es el sustento teórico de esta campaña. La campaña se enfoca en diez cosas concretas que podemos hacer para ahorrar combustible, éstas son:
Comprar verde
Compruebe el rendimiento ambiental (niveles de emisión/ahorro de combustible antes de comprar un carro. Comprar autos de acuerdo a su necesidad si es una persona que vive sola compre un vehiculo pequeño.

Planifique su viaje
Planificar la ruta evita retrasos y desvíos. 10 min. de conducción innecesaria significan una reducción del 14% de la eficiencia en el uso de combustible. Simple lógica, mientras más vueltas demos mayor combustible consumimos.

Compruebe la presión de los neumáticos con frecuencia
Conducir con gomas cuya presión es 50kPA (0,5kg/cm2) menor a la recomendada reduce la eficiencia en el consumo de combustible en un 2% y 4% en áreas urbanas y suburbanas respectivamente.

Reduzca las cargas y evite la necesidad de portaequipajes
El uso excesivo de carga en el techo incrementa la resistencia aerodinámica. Portar mucha carga puede incrementar en un 20% el consumo de combustible. Otros dispositivos, como los sistemas de sonidos también aumentan el consumo.

No caliente el motor antes de ponerse en marcha
Los carros de hoy no necesitan que se caliente el motor, excepto en climas muy fríos y en esos casos basta con avanzar lentamente para calentarlo.

Utilice el aire acondicionado cuando sea necesario
Utilizar el aire acondicionado cuando la temperatura exterior es de 25 grados Celsius, reduce la eficiencia en el uso del combustible en un 12%.

Acelere suavemente y mantenga una velocidad constante
Póngase en marcha suavemente (20km/h) en 5 segundos, para un incremento del 11% en el ahorro de combustible. Es oportuno mantener cierta distancia con el automóvil del frente para evitar desacelerar y acelerar varias veces. Con eso el rendimiento del combustible se reflejara en un 2% y 6% en áreas urbanas y suburbanas, respectivamente.

Utilice el freno del motor
El uso del frenado del motor reduce el desgaste de los frenos. Si suelta el acelerador cuando se da cuenta de que debe frenar se detiene el suministro de combustible, con lo que el rendimiento de este aumenta un 2%.

No deje el motor marchando en vacío
Si mantiene el auto inactivo durante más de 1 min., se usa más combustible del que se necesita para volver a arrancar el motor.

Contrarreste las emisiones de CO2
Es inevitable generar CO2 cuando se usa un medio de transporte; si conduce, puede contribuir a reducir el CO2 que genera compensando sus emisiones. Con su proyecto de captura de carbono, iniciado hace más de 10 años en México, la FIA es pionera en materia de compensación.

Sin lugar a dudas, comprando verde, planificando rutas, comprobando la presión de las gomas, reduciendo el exceso de cargas y equipajes, no calentando el motor, utilizando el aire acondicionado cuando sea necesario, acelerando suave y no frenando bruscamente; colaboramos de manera significativa a ahorrar combustible. Yo comencé a aplicar las medidas. ¿Y tú?...

Rompecabezas que no encaja…


Por: Crystal Fiallo

Varios días sin escribir. He sentido un vacío inmenso de inspiración. El unicornio de Silvio también se me ha perdido en estos días. No es que me he quedado sin palabras, es que el país se ha quedado sin noticias porque todo se repite y se repite.

Durante mi ausencia me han acompañado las lluvias torrenciales, la inestabilidad del oro negro, los nombramientos del gobierno central, la cantidad de sustancias controladas halladas por todos los rincones de la isla, el cierre de los juegos olímpicos, los derrumbes en las zonas más marginadas, el color marrón del mar visto desde del malecón, el inicio de un gobierno que todavía no comprende lo que es un Proyecto de Nación, y los supuestos vientos de cambio en EEUU que la gran mayoría anhela.

El otro día pasaba un motorista por al lado de un carro público y por mi retrovisor pude ver como del carro se extendió una pequeña mano, no golpeada por los años ni el trabajo, de un niño que tocaba la espalda de ese conductor de dos ruedas mientras este pasaba por al lado de su ventana.

En sus ojos imaginé las ganas de entender como todos esos vehículos y conductores marchaban al mismo tiempo sin que nada los detuviera.

Tan simple como una caricia en la espalda para obtener respuestas me dijo lo mucho que República Dominicana ha cambiado. Hay quienes pueden hablar de ese cambio con mucha más propiedad que yo, no solo por la edad, sino por lo mucho que han sido golpeados por esas alteraciones.

Estamos sobreviviendo el día a día. Ya no nos detenemos a observar, admirar, tocar los pequeños detalles que nos ha regalado la madre naturaleza. Olvidamos que un país es una enorme casa y no un mapa dividido en miles de parcelas, circunscripciones, municipios o provincias.

Es un sinsabor. Estoy saboreando los logros de mi nación y apenas me saben a una pizca de verdura. Todo es “yo, yo, yo y yo”. Siempre he disfrutado los momentos y resultados que benefician a una gran masa; ahora sonrío con los pequeños momentos que construyo desde mi espacio. ¿Es que acaso armonizar esfuerzos para construir verdaderos cambios es una utopía?

Unos trabajan por allí, otros por allá, y al final los productos no encajan pues las piezas no fueron pensadas para terminar juntas.

Nuestro Plan de Desarrollo es un enorme rompecabezas donde la mayoría de las piezas no se ajustan entre si pues no fueron cortadas con la misma cuchilla. Colocamos curitas a los problemas y entendemos que hemos conseguido la mejor de las soluciones.

Es necesario que para que la Administración Pública de un país funcione no solo vaya acorde con las necesidades de la ciudadanía administrada, sino también acorde con los objetivos trazados de cada una de las instituciones que adornan este sector. De no ser así, no podemos arribar a un Plan Integral de Desarrollo Nacional.

Un resultado como ese se obtiene combatiendo la corrupción (rechazo del egoísmo y ambición por parte de la ciudadanía en su totalidad), eliminando las banderas y colores partidarios, sensibilizando a los nuestros, respetar la cosa pública, retomar los valores patrios.

También es necesario comprometer, en la Administración Públicas, personas que crean en todo lo antes propuesto para así generar admiración y credibilidad ciudadana para con sus líderes y gerentes estatales. Eso únicamente se consigue, nombrando personas con calidad para irse a los “puños” con el descrédito y la corrupción.

No es continente para viejos


Por: José Carlos Nazario

Según el diario El País, de España, analistas estadísticos proyectan un panorama oscuro para Europa debido a su incapacidad para sostener en el tiempo las pensiones. Al parecer, los que hoy nos echan de sus tierras se verán obligados a gritarnos que volvamos.

La conquista más importante del Estado de bienestar europeo, el sistema de seguridad social, se verá frenada debido, paradójicamente, a la buena salud de los ciudadanos. Según los estudios, para 2060 habrá sólo dos personas en edad de trabajar por cada mayor de 65 años.

Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea, establece que el envejecimiento de la población es uno de los principales retos del organismo, tomando en cuenta que a partir del 2015 los fallecimientos superarán los nacimientos en 27 Estados de Europa.

A esto se suma la probada renuencia de los jóvenes de la actualidad a tener descendencia, con lo cual se completa un cuadro sombrío.

Esta situación nos hace pensar en una Europa que, sin inmigrantes, tal y como lo quiere la mayoría política en el Parlamento Europeo, no podría ofrecer calidad de vida a sus ancianos en el futuro, debido a que no habrá fuerza de trabajo suficiente para sostener la economía.

Las ejecutorias de los gobiernos conservadores europeos, como la situación social que desincentiva la procreación, terminarán condenado a que el viejo continente (lleno de viejos), como dice la renombrada película de los hermanos Coen, no sea para viejos. Entonces, nos suplicarán a los sudacas, marroquíes y demás expulsados que vayamos en su auxilio.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Si por discursos fuera...


Por: Millizen Uribe

Si por discursos fuera, hoy estaría convencida de que definitivamente el país marcha “pa lante”.

Si las palabras que los funcionarios públicos dicen se ajustarán a la realidad, hoy no me inquietaría la salud, la educación, la alimentación y la seguridad ciudadana del pueblo dominicano.

Si las promesas que los gobernantes hacen se cumplieran hoy sabría que es cierto que: “Aquellos lúgubres días de legítima preocupación sobre el destino de la nación, se convirtieron en los cimientos para dar origen al más largo periodo de estabilidad política democrática conocida en la historia de la República”. Creería que es aquí en la República Dominicana, no en fantasilandia, donde “reina un ambiente de paz, de armonía y de renovada esperanza hacia la construcción de un mejor futuro”.

Me creería eso de que la actual crisis mundial alimenticia “podría representar la gran oportunidad que durante años se estuvo soñando para volver a impulsar el desarrollo del sector agropecuario nacional”.

Apostaría “al imperativo fortalecimiento del sistema educativo nacional a través de un aumento progresivo y sostenido de la inversión en educación”.

Confiaría que “uno de los objetivos esenciales del nuevo período gubernamental es el de prolongar y mantener la calidad de vida” y que para eso “cambiaran el paradigma o modelo de funcionamiento del sector salud”.

Ya no tendría tanto miedo de cuando mis familiares y amigos salen a la calle, pues creería en el “compromiso que hizo el gobierno dominicano de aplicar con energía todas las medidas requeridas para impedir la producción, distribución, tráfico y consumo de drogas ilícitas en nuestro territorio nacional; de frenar la utilización del sistema económico y financiero para el lavado de activos y de reprimir toda acción delictiva que ponga en riesgo la seguridad de la ciudadanía”.

Si por discurso fuera, no me inquietaría la abundancia de antivalores que imperan hoy en la sociedad dominicana ya que “el gobierno desarrollará una Revolución Moral que instaure como principio el criterio de que no puede haber mayor riqueza en el mundo que el sentido del honor y la satisfacción del deber cumplido”.

Sabría que ya no me indignaría más por los constantes casos de corrupción pues “el gobierno ejecutará una política de tolerancia cero frente a la corrupción y una Revolución Democrática que consiste en la construcción de un Estado moderno, transparente, con equidad de género y eficiente, al servicio de los ciudadanos”.

Pero como “un gigante del pensamiento universal, Aristóteles, con su clásica sabiduría, llegó a sentenciar que: “Somos lo que hacemos cada día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”, yo prefiero guiarme por los hechos no por las palabras.

Por eso, después de haberlo tenido como Presidente de la República durante 8 años, observar cómo se maneja y conocer de sus excelentes dotes retóricas, prefiero leer su práctica, más que su discurso y así en vez de hacer el papel de ingenua tararear la canción de Llos Guaraguao:

¡Se acercan las eleccionesotra vez, otra vez!¡si gana la misma genteta´mos jodío otra vez! ¡Otra vez… otra vez!

Ladrones a domicilio

Por: José Carlos Nazario

Siempre he recibido, de amigos y no tan amigos, esa crítica tan transitada en este tiempo. Siempre he pecado de “enemigo de la patria” por no mostrar entusiasmo ante los arranques de nacionalismo, rancio y sinsentido, que a todo dominicano le guiña el ojo en cada esquina; en cada tez negruzca que cruza inofensiva, en cada ondeo de bandera.

Cediendo a mis críticos, por segunda vez (la primera fue Yúniol), violé el juramento que hice a la salida del cine, tras tragarme “Lilís”, de no volver a ver una película dominicana. Venció, nuevamente, la curiosidad a mi negativa ante “el deber apoyar el talento dominicano”.

El domingo fui a ver “Ladrones a domicilio” con pocas esperanzas de salir conforme. El título me dejaba el amargo sabor de la trágica comedia a que nos han acostumbrado. Predispuesto, aguanté la media hora de comerciales que antecede a la película para luego llenarme de asombro.

El título, como en Yúniol, no es más que un señuelo, para que el público, habituado, mordiera el anzuelo.

La cinta presenta, con maestría narrativa, aunque con algunas fallas de edición, las verdades y ficciones que componen nuestro drama social. La tan tocada realidad de los viajes ilegales se entremezcla con una fotografía de la industria del delito en nuestro país.

En una película que desenmascara la complicidad de los diversos sectores en el sucio juego de los poderes, Angel Muñíz se atreve, como nadie nunca, a enfrentar sectores políticos, económicos y sociales que durante años nos han vendido una historia falsa, enterrando la realidad de sus maquinaciones.

La película “Ladrones a domicilio” desenmascara, con arte y altura, actores importantes que siempre han manejado las fichas del ajedrez diario controlando el curso de los hechos con fines aberrantes.

Hay que ver esa muestra valiosa del “talento dominicano”, no tiene desperdicio.