Por: Crystal Fiallo
Mientras el Presidente Fernández planeaba como decirle a la República Dominicana que su economía no estaba tan blindada como nos pintó, me diagnosticaron apendicitis y tuve que someterme a cirugía al otro día de ingresar al hospital Royal County Sussex, Brighton, Inglaterra.
Que antojadiza mi apéndice: venir a querer salir de mi cuerpo en este preciso momento donde me adapto a un país totalmente distinto a mi media isla. Aunque debo decir que conocer el sistema de salud británico fue una experiencia bastante enriquecedora y sin desperdicios. Una intervención quirúrgica lejos de casa difícilmente trae buenas cosas, pero eso sí, me regaló tiempo para descubrir lo que a continuación les cuento.
Los días de reposo me llevaron a ponerme al día con mis lecturas y a explorar la biblioteca del Instituto de Estudios de Desarrollo, Institute of Development Studies (IDS), y buscar datos de desarrollo de mi isla preciosa. Dicha biblioteca es una de las más grandes e importantes en el tema de desarrollo. No pude creer lo que vi, lo que leí. Encontré la recopilación de boletines para la edición “Plan educativo” de los años 90, así como también pequeñas publicaciones sobre Turismo e incidencia en los recursos costeros, Ciencia y Sociedad, Género y Sociedad, Presente y futuro de los bosques y agua dominicana, Mobilidad social y educación, entre otros temas.
Estos boletines recopilan ponencias, artículos, estudios y análisis sobre la situación del sistema educativo a nivel básico y superior en la República Dominicana. Temas tales como: la educación desde una perspectiva de género, igualdad de oportunidades y movilidad social en el sistema educativo dominicano, los medios de comunicación en dicho sistema, economía y educación, entre otros.
Pero lo sorprendente no fueron los temas: lo asombroso fue ver quiénes eran los autores: Magaly Pineda, Ligia Amada, Juan Bolívar Díaz, Carlos Pimentel, José Antinoe Fiallo, Alberto Fiallo, Miriam Díaz, Arismedy Díaz, Manuel Cocco, José Luis Alemán (RIP), Ginny Taulé, Amparo Chantada, Miguel Sang Ben, Rocío Hernández, Issa Conde e Issa Contreras, Virtudes Álvarez, Ivelisse Prats, Jorge Cela, Agustín Navarro, Melanio Paredes, Guillermo Basilis, Tomas González, entre otros. ¿Suenan familiar estos nombres? Debo confesar que sentí un poco de miedo. Darme cuenta de que “casi” las mismas personas de hoy son las mismas personas del ayer; saber que los mismos problemas planteados allí son los mismos que atravesamos hoy en día; leer que las soluciones han estado escritas desde Hostos es una realidad que me aterra.
Estos/as ciudadanos/as son los que durante décadas lucharon por la democracia, la institucionalidad, desarrollo sostenible, y aún permanecen fieles a esas luchas. Me encantaría saber qué sienten todos y cada uno de ellos el día de hoy. ¿Avances? ¿Esperanza? ¿Sostenibilidad? ¿Sera ese el destino de mi generación? ¿Seguiremos gritándole al vacio? ¿Cuánto más tendremos que esperar para poner en ejecución un verdadero Plan de Desarrollo? ¿Existe suficiente literatura al respecto? Hay una crisis, es cierto, pero nunca es tarde para tomar decisiones para las futuras generaciones que siempre son las más impactadas.
Los Fiallo hablaron en su propuesta de una “vinculación formativa con las comunidades territoriales y con las necesidades productivas de cada espacio” generando así un “desarrollo autocentrado y popular”. Estas soluciones siguen adecuándose a nuestro contexto.
Las feministas tocaron en esas publicaciones el tema de la “educación no sexista”, también aplicable a nuestro panorama. Son respuestas que han estado allí y que difícilmente se ha encontrado voluntad, ciudadana y política, para ponerlas en ejecución. Mientras las 3 cicatrices de mi panza sanan les dejo este articulo de reflexión para que entonces reconsideren (cualquiera puede reconsiderar, desde Diandino, hasta el Presidente) la imagen que tienen de las nuevas generaciones. No queremos decir, hacer, sufrir o gritar lo mismo. Quisiéramos ser parte de una generación que evalúe el resultado de la implementación de las propuestas de todos y los que faltaron en la lista antes mencionada.
Mientras el Presidente Fernández planeaba como decirle a la República Dominicana que su economía no estaba tan blindada como nos pintó, me diagnosticaron apendicitis y tuve que someterme a cirugía al otro día de ingresar al hospital Royal County Sussex, Brighton, Inglaterra.
Que antojadiza mi apéndice: venir a querer salir de mi cuerpo en este preciso momento donde me adapto a un país totalmente distinto a mi media isla. Aunque debo decir que conocer el sistema de salud británico fue una experiencia bastante enriquecedora y sin desperdicios. Una intervención quirúrgica lejos de casa difícilmente trae buenas cosas, pero eso sí, me regaló tiempo para descubrir lo que a continuación les cuento.
Los días de reposo me llevaron a ponerme al día con mis lecturas y a explorar la biblioteca del Instituto de Estudios de Desarrollo, Institute of Development Studies (IDS), y buscar datos de desarrollo de mi isla preciosa. Dicha biblioteca es una de las más grandes e importantes en el tema de desarrollo. No pude creer lo que vi, lo que leí. Encontré la recopilación de boletines para la edición “Plan educativo” de los años 90, así como también pequeñas publicaciones sobre Turismo e incidencia en los recursos costeros, Ciencia y Sociedad, Género y Sociedad, Presente y futuro de los bosques y agua dominicana, Mobilidad social y educación, entre otros temas.
Estos boletines recopilan ponencias, artículos, estudios y análisis sobre la situación del sistema educativo a nivel básico y superior en la República Dominicana. Temas tales como: la educación desde una perspectiva de género, igualdad de oportunidades y movilidad social en el sistema educativo dominicano, los medios de comunicación en dicho sistema, economía y educación, entre otros.
Pero lo sorprendente no fueron los temas: lo asombroso fue ver quiénes eran los autores: Magaly Pineda, Ligia Amada, Juan Bolívar Díaz, Carlos Pimentel, José Antinoe Fiallo, Alberto Fiallo, Miriam Díaz, Arismedy Díaz, Manuel Cocco, José Luis Alemán (RIP), Ginny Taulé, Amparo Chantada, Miguel Sang Ben, Rocío Hernández, Issa Conde e Issa Contreras, Virtudes Álvarez, Ivelisse Prats, Jorge Cela, Agustín Navarro, Melanio Paredes, Guillermo Basilis, Tomas González, entre otros. ¿Suenan familiar estos nombres? Debo confesar que sentí un poco de miedo. Darme cuenta de que “casi” las mismas personas de hoy son las mismas personas del ayer; saber que los mismos problemas planteados allí son los mismos que atravesamos hoy en día; leer que las soluciones han estado escritas desde Hostos es una realidad que me aterra.
Estos/as ciudadanos/as son los que durante décadas lucharon por la democracia, la institucionalidad, desarrollo sostenible, y aún permanecen fieles a esas luchas. Me encantaría saber qué sienten todos y cada uno de ellos el día de hoy. ¿Avances? ¿Esperanza? ¿Sostenibilidad? ¿Sera ese el destino de mi generación? ¿Seguiremos gritándole al vacio? ¿Cuánto más tendremos que esperar para poner en ejecución un verdadero Plan de Desarrollo? ¿Existe suficiente literatura al respecto? Hay una crisis, es cierto, pero nunca es tarde para tomar decisiones para las futuras generaciones que siempre son las más impactadas.
Los Fiallo hablaron en su propuesta de una “vinculación formativa con las comunidades territoriales y con las necesidades productivas de cada espacio” generando así un “desarrollo autocentrado y popular”. Estas soluciones siguen adecuándose a nuestro contexto.
Las feministas tocaron en esas publicaciones el tema de la “educación no sexista”, también aplicable a nuestro panorama. Son respuestas que han estado allí y que difícilmente se ha encontrado voluntad, ciudadana y política, para ponerlas en ejecución. Mientras las 3 cicatrices de mi panza sanan les dejo este articulo de reflexión para que entonces reconsideren (cualquiera puede reconsiderar, desde Diandino, hasta el Presidente) la imagen que tienen de las nuevas generaciones. No queremos decir, hacer, sufrir o gritar lo mismo. Quisiéramos ser parte de una generación que evalúe el resultado de la implementación de las propuestas de todos y los que faltaron en la lista antes mencionada.
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