jueves, 23 de octubre de 2008

Conservadurismo en la nueva Constitución


Por: José Carlos Nazario

La nueva propuesta de Constitución, como hemos escrito, contempla en su contenido luces y sombras. En dicho texto, se enumeran derechos de factura progresista en su máxima expresión, así como también, se enuncian limitaciones que podríamos considerar absurdas en una sociedad del siglo XXI.

Esta realidad, podemos suponer, es fruto de la diversidad de posiciones de los redactores del proyecto. Sin embargo, hemos querido señalar los puntos que entendemos más desacertados, si asumimos, como de hecho lo hacemos, que estamos ante la Constitución más liberal que ha conocido el Estado dominicano en toda su historia, comparable, incluso con la impulsada por el profesor Juan Bosch en la década de los 60’s.

En primer sentido, el Estado anuncia la Carta, que supone una serie de prerrogativas contrarias a ese sentido, invocando el nombre de Dios. La pieza se presenta contradictoria, según el enfoque de que no todo dominicano profesa la misma fe, o quizás no tenga. A seguidas, en el artículo primero, la Constitución establece el pluralismo, como uno de los principios que han de regir la convivencia e inspirar el ordenamiento jurídico.

Invocar el nombre de deidades en una Ley de leyes que debe regir y representar a la totalidad de los dominicanos, creyentes o no, es, desde el punto de vista de la filosofía política normativa, un acto de exclusión.

En la sección IV del Capítulo III, que trata del Régimen de Seguridad y Desarrollo Fronterizo, se refieren asuntos sobre la protección de los “valores, tradiciones y cultura que (supuestamente) identifican la dominicanidad”.

Estos puntos son una muestra rancia de rechazo a la diversidad de culturas y creencias que siempre ha existido y existirá en nuestro suelo. En franco ejercicio de una óptica atrasada, se quiere presentar, falsamente y dándole rango constitucional, que existen tales referentes de pensamiento único entre los dominicanos, lo cual es, si profundizamos una percepción miope de la realidad, más aún cuando se reconoce, como dijimos antes, la pluralidad como uno de los fundamentos del Estado.

Por la misma senda del retroceso enfila el espíritu de la sección I del capítulo IV, que trata la Nacionalidad. Se establece el jus sanguini, asumiendo además, el marco legislativo, constitucional, enfocando casos particulares, como es el de los indocumentados de origen haitiano, que implícita y específicamente son aludidos en los literales b y d del artículo 16.

Al menos, la propuesta desautoriza un fallo desproporcionado y antojadizo que sobre la temática se produjo en tiempos pasados; zanjando además, anticipada y absurdamente, la discusión sobre el tema de los dominico-haitianos y generando una minoría sin personalidad jurídica ni derechos que, como hemos dicho, a la larga, terminará constituyéndose en un peligro para la paz social.

El artículo 30, por otra parte, señala que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”. Consideramos una aberración que se otorgue rango constitucional a este punto que, como todos sabemos, es un debate pendiente. En las condiciones sociales de nuestro país, con la impronta del machismo y la marginalidad y en pleno siglo XXI, se asume como mandato constitucional la condena a muerte de miles de mujeres que sí son sujetos de derecho, obligándoles a asumir el aborto desprotegido y clandestino.

El artículo 44 del proyecto, por otra parte, mantiene la premisa desfasada y absurda de la Constitución vigente de que “El matrimonio de un hombre y una mujer es el fundamento legal de la familia.” En una sociedad donde la unión libre es la norma y en la que padres y madres solteras llevan adelante sus familias con todos los elementos que la constituyen, nos parece injusto y desacertado afirmar lo establecido.

De igual manera se cierra el paso, manteniendo este concepto, a la posibilidad de reconocer derechos a los homosexuales por la vía legal.

Con estos señalamientos del articulado hemos intentado ubicar algunas de las visiones más conservadoras que presenta el proyecto de nueva Constitución. Como contraste, el texto nos genera cuestiones de largo alcance en materia de libertades, derechos y deberes avanzadísimos, que ojalá no queden siendo, como dijo La Salle y secundó Balaguer, un simple pedazo de papel.

Es tarea nuestra convertir la Constitución que parirá este proceso en un portaestandarte de nuestro proyecto futuro y en una limitante para aquellos que busquen entorpecer nuestro avance hacia el porvenir. Tenemos abiertas las vías mediante la participación en las vistas públicas. Manos a la obra.

Conformismo silente I


Por: Guillermo Peña Capellán

La historia dominicana recoge innúmeros episodios de lucha por la democracia. Hoy por hoy, los aires de libertad que respiramos son gracias a que ayer miles de jóvenes se pronunciaron o perdieron sus vidas peleando en las calles por nobles ideales.

En la actualidad, esas luchas por demandas sociales han mermado debido al conformismo silente de los dominicanos. Y lo peor es que, el crítico o activista social comprometido, que se escapa de ese círculo vicioso; es altamente condenado por la paradójica necedad de reclamar lo que en derecho le pertenece.

El conformismo dominicano se percibe en el día a día con frases cómo: “eso no es na´”, “deja eso así”, “es que somos así, no vamos a cambiar nunca”, “hay que agradecer a Dios por lo que tenemos”, “este país no lo arregla nadie”, “todos roban”, “vota por el menos malo”, “no te quejes tanto, tú protestas por todo”, “antes estábamos peor”, “no hay nada que hacer ya”; entre otras.

A mayor conformismo, mayor pobreza. Sin lugar a dudas, seguiremos teniendo bajos índices de calidad de vida a menos que, reclamemos todos y todas, mayor inversión en los servicios básicos y esenciales.

En el libro “El pensamiento sistémico: los orígenes del social-conformismo” del autor Marcos Roitman Rosenmann, se analiza por qué las sociedades de hoy son tan conformistas.

El conformismo social, explica el autor "es la adopción de conductas inhibitorias de la conciencia en el proceso de construcción de la realidad, es un rechazo hacia cualquier tipo de actitud que conlleve enfrentamiento o contradicción con el poder legalmente constituido".

Asumir la actitud irresponsable de quedarnos callados ante las injusticias y dejar de protestar para “no tener problemas con el gobierno”, es parte intrínseca del problema, no de la solución.

En el año 1972, Herbert Kelman planteó tres formas de conformidad: “complacencia (conformarse públicamente pero conservando en privado las ideas propias), identificación (conformarse, en público y privado, mientras se es miembro de un grupo, pero no cuando se deja al grupo) e internalización (conformarse pública y privadamente, tanto cuando se es miembro de un grupo como cuando se deja el grupo)”

Me preocupa que la gente responda “estoy acostumbrado” cuando se le pregunta cómo está. Esto refleja que, muchas personas ya están cansadas de luchar y han optado por resignarse.

Alguien dijo una vez que, “Nada ocurre sin ser antes un sueño”. Una sola muestra de la certeza de esta frase es que muchas personas decían que, Barack Obama nunca ganaría las primarias estadounidenses por su condición racial.

En la República Dominicana tenemos dos caminos, o rompemos con el conformismo o aceptamos que nunca cambiaremos. ¿Cuál escoges tú?...

jueves, 16 de octubre de 2008

6 de Octubre de 1897; nacimiento de los apagones


Por: Harold Aybar

La electricidad y el alumbrado público llegaron a la ciudad de Santo Domingo el 27 de febrero de 1896 durante el régimen del dictador Heureaux. Desde ese momento los dominicanos comenzaron a disfrutar del servicio de la energía eléctrica, tanto para uso doméstico, comercial, como para el alumbrado de las principales vías. Según datos de la época la ciudad capital no alcanzaba los 30 mil habitantes.

La llegada de tan importante servicio público, como todos los logros del régimen de Heureaux, fue posible gracias a un préstamo que contrajo el Estado con varios agiotistas que permitió solventar la instalación de la primera planta eléctrica mediante un contrato con la empresa norteamericana: "The Edison Spanish Colonial Light Co". A un costo de 24 mil dólares, suma grandiosa para la época.

El día que fue inaugurado el servicio eléctrico en Santo Domingo, fue de regocijo general imagínense ustedes un país que ha vivido en tinieblas, aquél 27 de febrero de 1896 fue sumamente festivo, carnavalesco, con el fondo alegre de varias bandas musicales, y el momento en que se inició el advenimiento de la luz fue saludado por varios cañonazos disparados desde la fortaleza Ozama.

Y como la felicidad de un pobre dura poco, en efecto así fue, las altas sumas que cobraba la compañía por el servicio, luego la imposición de nuevos impuestos para cubrir el préstamo que permitió su instalación y acto seguido la renuncia del ayuntamiento de la ciudad a la administración de la planta, situación ésta que parece ser el primer eslabón de lo que parece ser una cadena interminable, pues al momento de usted leer este artículo aun existen los apagones. Una crónica del periódico Lístin Diario del 6 de octubre del 1897 señala: comenzaron los apagones. Anoche la ciudad estuvo a oscuras y según parece se debe a que están limpiando las calderas de la planta eléctrica. De manera que es seguro que estaremos dos o tres días sin luz.

Es consabido por todos que los apagones continuaron multiplicándose día tras día poniendo en entre dicho la modernidad, finalmente la primera planta que se instaló en la capital cuya población a pesar de pagar el servicio vivía permanentemente padeciendo de apagones, se fundió y tuvo que ser sustituida. Y a pesar de la mala experiencia capitalina la cuestión del alumbrado público se convirtió en una demanda febril de toda la población del país.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Día de luto, no de fiesta


Por: Millizen Uribe

Así debería ser declarado el 12 de octubre, pues su denominación como día de la raza se queda corta ya que la ausencia de las palabras exterminio e indígena dejan la idea incompleta por demás. Por eso, y con fines de dejar clara y bien sentada la memoria histórica, se hace preciso recordar que un día como este más que el encuentro de dos culturas marcó el inicio del exterminio de una.

Y es que ¿Cómo ignorar que Cristóbal Colón vino a estas tierras con el objetivo de aumentar sus riquezas y las de la corona española?

¿Cómo celebrar una llegada que más tarde se tradujo en explotación, torturas, vejaciones y, finalmente, casi el exterminio total de la raza indígena que habitaba las tierras de América?

¿Cómo celebrar el irrespeto, el menosprecio de la cultura indígena y la imposición de una lengua, una raza y una religión ajena a ellos?

Es precisamente por estas razones que nunca voy a entender ¿por qué en este país hay un faro a colón, y no uno a Duarte?

¿Por qué recibimos cada 12 de octubre con alegría y no con tristeza?

¿Por qué los textos de los libros de historia de primaria continúan diciendo que Colón descubrió América, algo que los maestros repiten sin el mínimo nivel de criticidad?

Y planteo estas preguntas sin fines de desempolvar odios y resentimientos históricos, sino más bien para conocer, y en otros casos recordar la verdad, que ella nos haga libres y nos impida cambiar nuestro oro por esos espejitos que todavía hoy día traen manos foráneas.

Y es que la llegada de ideas, proyectos de islas artificiales y tratados comerciales del exterior dan la impresión de que en muchos países extranjeros impera la idea de que “aquí hay indios”.

martes, 14 de octubre de 2008

De foros y forúnculos


Por: José Carlos Nazario

En días pasados la FINJUS y Agripino Núñez Collado convocaron para tres foros con el objetivo de discutir el tema constitucional. En un principio vimos con cierto recelo dicho llamado, pues venía de los mismos sectores que, vendiéndose como los principales propulsores de los cambios institucionales, suplantan las instituciones para imponer la democracia de aposento. No creemos que sea coincidencia, que en los momentos críticos de la vida pública, a la hora de concertar, siempre salgan gananciosas las posturas más conservadoras. Tras la invitación se produjo el pronunciamiento de los presidentes de ambas Cámaras del Congreso, señalando que cualquier cónclave ajeno al Legislativo supone usurpación de funciones.

No llegamos a tan radical postura. Sin embargo, consideramos interesante evaluar la convocatoria “pública” para participar en los recintos de la academia pontificia discutiendo la Constitución de todos.

Verificar si realmente se trata de una invitación a una discusión abierta, o si, por el contrario, como confirman algunos, requiere invitación, sería bastante pertinente. Sucede que nos han querido acostumbrar a que la democracia se profundiza con la suma de los “costelitos” que convocan amigos de intereses non sanctos.

Nada más ajeno a la realidad. Nada más lejos de la participación ciudadana que el hecho de que aquellos, que perciben, en un mes, más de lo que el dominicano promedio gana en todo el año, se reúnan a decidir nuestro futuro.

Lo lamentable es que los sectores alternativos que, por su triste oposición a todo, no se han interesado en el estudio de las propuestas constitucionales, no hayan exigido que se discuta una Carta Magna que no nos será ajena, “en cada colmadón”, en cada esquina.

Hagamos valer nuestra opinión, hagamos escuchar nuestra voz, sabiendo que las vistas públicas son el mejor escenario para hacerlo. Discutamos todos, en la escuela, la universidad, el trabajo, en casa, la junta de vecinos, en el gremio, el sindicato, en todas partes. Pero no nos dejemos envolver. Al parecer, nos quieren confundir foro con forúnculo, quizás lleguemos a creer que consenso es igual a complicidad.

Estimada Quisqueya la bella…


Por: Crystal Fiallo

Te ofrezco mi más caluroso saludo desde unos cuantos kilómetros lejos de tus costas. Decidí emprender un viaje de más de 10 horas para explorar nuevos horizontes académicos en busca de respuestas a tus problemas.

Al parecer, quedarme dentro de ti no es suficiente para nadie, más que para mi patriotismo empedernido. He tenido que salir de tus hermosas mantas verdes y sonrisas gratis para obtener lo que hoy, al parecer, es una visa para alcanzar mejores puestos de trabajo: una maestría.

Me encuentro en Inglaterra. Quería darte todos los detalles, aunque te pido disculpas porque sé que actualmente estás lidiando con bastantes problemas como para prestarle atención a esta emigrante caprichosa. Sé que el tema de los médicos, el GLP, los caramelos diabólicos, la droga, tus cambios climáticos, entre otras cositas, te tienen bastante entretenida por lo que no te voy a quitar mucho tiempo.

Quería informarte que estoy estudiando el tema de desarrollo para ir a trabajar, si así nos lo permiten las autoridades, en el plan de desarrollo que necesitas para ser sanada. Sé, Quisqueya, que has esperado mucho por eso, pero a lo mejor tenemos suerte y el grupito de ciudadanos/as que creemos en ti podemos hacer algo para mejorar tus penas y curar tus heridas.

También quería que te enteraras que he confirmado mi eterno “aficie” por ti. Sé que algunas veces escribo cosas que pueden herir tus brisas o tus rayos de sol, pero siempre lo hago por una buena causa.

Ahora que estoy lejos reitero, confirmo, afirmo, insisto, garantizo, aseguro, que te amo como a nada en el mundo. Esas raíces que me atan a ti llegan hasta el otro lado del charco. Es un cordón umbilical que me mantiene viva.

Sé que muchas personas, residentes en el exterior, que lean esta carta dirigida a ti, sentirán un estrujón en el alma, y recordarán ese vacío que sintieron el día que llegaron a un suelo desconocido. Pues a ustedes les digo que ese vacío se llama identidad, ese vació es cultura, es “raíces”; ese vacío es el verdadero símbolo de la dominicanidad. No busquemos nuestra identidad en cervezas, reinas, atletas o sopitas: nuestra nacionalidad está dentro de nosotros, sin importar distancias.

Hoy estoy lejos de ti porque todo se ha vuelto una intensa competencia en el ámbito académico, laboral, profesional, y no puedo quedarme atrás. Además, salir de vez en cuando de tu cuerpo me recuerda y enseña soluciones simples para problemas básicos que países como este, con personas comunes y corrientes, encontraron y avanzaron.

Ando en busca de tu cura. No te desesperes. No llores más y trata de relajarte, eres demasiado bella para estar sufriendo por hombres estúpidos que no te valoran y no te ofrecen lo que te mereces. A levantar la cabeza, que el futuro nos espera.Te ama, siempre tuya,

Crystal la isleña…

jueves, 9 de octubre de 2008

Justos por pecadores


Por: Millizen Uribe

Indignación, rabia, dolor fueron los sentimientos que experimenté el jueves pasado al observar como las autoridades, esas llamadas a garantizar la seguridad de los ciudadanos, utilizaban la fuerza para violentar el derecho a la libertad de expresión y de manifestación que garantiza nuestra constitución en su artículo 8.

Y es que la imagen no podía ser más deprimente: el presidente del Colegio Médico Dominicano, Waldo Ariel Suero, cargado por un grupo de oficiales, quienes le obligaban a poner fin a una huelga de hambre que con todo derecho inició un grupo de galeno.

Sí, esto es precisamente lo que hacían los médicos: exigir su derecho a un aumento salarial. Y uno podrá discutir los medios y la forma empleados por los galenos, y quizás pensar que ante el desgaste de las huelgas convendría buscar formas de protestar más creativas. Pero creánme, en este país colocado en el trayecto del sol y de los dictadores eso no es suficiente, sino recuerden lo que nos pasó a los jóvenes cuando realizamos La Otra Feria (Gobierno reprime disidencia; impide celebración de 'La Otra Feria: la Verdadera República Dominicana. Periódico Clave Digital. http://www.clavedigital.com/Portada/Articulo.asp?Id_Articulo=8073

Por eso considero que este hecho es preocupante y alarmante, ya que evidencia una vez más la persistente presencia de Rafael Leonidas Trujillo en la idiosincrasia de los gobernantes dominicanos.

Sin embargo, más preocupante que la actitud del jefe de Estado que permanece callado, del Jefe de la Policía Nacional que justifica el atropello y de los oficiales que cometieron el hecho, es la actitud del pueblo dominicano, que ante acciones como esta permanece silente y los pocos que hablan es para justificar la agresión por la supuesta "necedad" de los médicos.

Así, sostienen argumentos como: "hay muchos médicos que no trabajan y tratan mal a los pacientes". Pero recordemos que en todas las áreas hay malos profesionales y que los justos no deben pagar por los pecadores, por lo que considero que lo que se debe procurar es que los médicos que incumplen cumplan.

Además, recordemos que el costo de la vida en República Dominicana se ha incrementado en un nivel que no se corresponde con la tasa de los salarios no sólo de los médicos, sino de ninguno de los profesionales.

Es por esto que entiendo que el reclamo de los médicos es válido y que los demás sectores profesionales estamos en el deber de apoyarlos y de tener presente la famosa frase atribuida a Berton Brech (pero que algunos dicen es de Martin Niemöller):

"Primero vinieron a por los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron a por los judíos, y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron a por los católicos, y yo no hablé porque era protestante.
Después vinieron a por mí, y para entonces, ya no quedaba nadie que hablara por mí".

lunes, 6 de octubre de 2008

Constituyente:promesa pendiente


Por: Guillermo Peña Capellán

La sociedad dominicana ha sido engañada por sus representantes políticos con reformas a la medida del gobierno de turno.

Recordemos el proyecto elaborado en el 2001. En el mismo, los partidos políticos mayoritarios y una amplia representación de la sociedad civil acordaron convocar una reforma por asamblea revisora para instituir la asamblea constituyente como mecanismo para redactar una nueva constitución.

Este documento establecía que la asamblea constituyente estaría integrada por 155 miembros postulados por los partidos políticos, 5 de ellos en representación de los que no alcanzaren suficientes votos y 31 por bloques de organizaciones sociales. Esfuerzo perdido, palabra incumplida, promesa pendiente.

También recordemos, el “Pacto para la Reforma Constitucional”, suscrito en el Palacio Nacional en Septiembre del 2001 por los 3 partidos mayoritarios, los cuales ratificaron el mecanismo de la constituyente por elección popular. Burlado ulteriormente por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Presidente Mejía para hacer una reforma fugaz en el 2002. Esfuerzo perdido, palabra incumplida, promesa pendiente.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) reniega sus explicaciones históricas de que una asamblea constituyente es una “genuina expresión de la democracia”; al cambiar sus argumentos contradicen igualmente su programa de gobierno 2004-2008. Ver: http://www.pld.org.do/02-documentos/programa2004.pdf

Además, el Presidente Fernández, en su último discurso de campaña electoral en el año 2004 se comprometió con una asamblea constituyente.

Los argumentos en contra de la asamblea constituyente son los siguientes:

1. La asamblea constituyente no está prevista en la constitución actual.

2. La asamblea constituyente es apropiada para cambios dramáticos o profundos en el orden democrático, para crear algo nuevo, y ese no es nuestro caso porque estamos en la etapa de la consolidación de la democracia y no en la construcción.

3. La constituyente no garantiza la participación de las mayorías.

Es cierto que la constituyente no está prevista en la constitución actual, en cambio la consulta popular tampoco lo estaba y la voluntad política logró que se utilizare.

El mecanismo de la asamblea revisora es muy sutil, conveniente sólo para el partido de gobierno. La historia nos ha demostrado que, no se toman en cuenta las consultas ni los acuerdos previos, como en efecto, sino el interés del partido que posee la mayoría.

La forma es tan importante como el fondo, porque la forma puede determinar lo que al final se aprobará. Recodemos la reforma del 2002, en la que a último momento se cambio el orden de lo que se reformaría y se terminó solamente reformando la nefasta reelección presidencial.

Los que defendemos la asamblea constituyente pensamos que sí es nuestro caso hacer un cambio profundo en el orden democrático, porque las reformas constitucionales anteriores solo han sido parches coyunturales de los partidos mayoritarios.

Es el mejor momento para realizar une verdadera revolución democrática que, implicará una nueva sociedad. Y si no es nuestro caso realizar un cambio dramático, entonces no es una revolución democrática la que se hará, sino una simple reforma.

Es cierto que la constituyente no garantiza 100% la participación de las mayorías. De ninguna manera afirmamos que la constituyente es el mecanismo perfecto, garantizador de un proceso democrático por completo. Sino que, este mecanismo es más transparente y con mayor grado de legitimidad.

Y es que legalmente puede estar todo establecido, pero si los mecanismos no son claros, hay incertidumbre y desconfianza.

Según la encuesta CLAVE-CIES, realizada el año pasado, el 64% de la población favoreció la asamblea constituyente. Solamente 31 de cada 100 dominicanos mayores de edad se inclinan por la asamblea revisora.

Asimismo, el 62% de los dominicanos y dominicanas se mostró a favor de la asamblea constituyente en la consulta popular.

Por todo lo expuesto, me sumo a una asamblea constituyente donde los partidos políticos estén representados en un 50 % y el otro 50 % restante por la sociedad civil, y finalmente un referéndum para confirmar los resultados. Sin lugar a dudas, ésta sería una fórmula más democrática y transparente.

“Egos revueltos”


Por: José Carlos Nazario

Continúa la cháchara dicharachera. Se exaltan los egos, como siempre, en un país que viene de una tradición autocrática carente de autocrítica. Personajes de distintos bandos discuten la necesidad de esto o de aquello, siempre resplandeciendo lo personal sobre lo institucional. La vida pública es eso, un gran plato de “egos revueltos”. Por un lado, nos instan a apoyar a Wilton Guerrero, por otro, se le descalifica. ¿Y lo que denuncia?

No nos damos cuenta; somos parte de un juego peligroso que termina arropando al más crítico, al más conceptualmente versado. Arrastrados hacia la unidad, bajo un discurso ausente de verdades, vamos como rebaño, detrás de cualquier pastor sin mirar la sangre que destilan sus colmillos de lobo. Sin alarmarnos.

La “Constitución del Presidente” pretende desterrar esta tradición que data de los tiempos de Santana. Sin embargo se requiere un esfuerzo de los dominicanos y dominicanas, para que dejemos de preguntar por Leonel Fernández cada vez que nos pica un mosquito, se suspende la energía eléctrica o matan a siete en Paya.

Hace falta que dejemos de llamar en apoyo a Huchi, a Nuria, a Wilton, para proclamar el respaldo a la libertad de expresión, al cumplimiento de las leyes. Superar el ‘yo’ es parte del desarrollo democrático de las naciones. Eliminar los egos inflamados y omniscientes es el primer paso.

La democracia moderna va más allá del derecho al voto. No podemos seguir bajo la misma cultura impuesta por los hateros en el siglo XIX y continuada por tantos déspotas ilustrados y sin lustre. Comencemos a empoderar, a superar ese ‘yo’ y agrupar el nosotros para convertirlo en futuro, como ciudadanos, frente a instituciones. Solo así lograremos hacer del pseudo-Estado dominicano una democracia genuina, que nos cuente (y no cuentos) a la hora de tomar decisiones.

viernes, 3 de octubre de 2008

Un optimismo muy peligroso


Por: Millizen Uribe Moreno
Para las matemáticas: datos, planteo, solución y respuesta. Para las naturales: definición del problema, formulación de hipótesis, experimentación, análisis de los resultados, formulación de teorías, etc.

Pero para todo primero el reconocimiento del problema, esto según los conocimientos elementales aprendidos en la primaria. Es por esto que no entiendo el empeño del excelentísimo señor Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, de insistir en que: “la economía dominicana está blindada frente a la crisis mundial”.

Y aunque se sabe que en el plano político su negativa está orientada a la creencia de que un ejercicio de sinceridad afectaría la imagen de su gobierno, en el plano humano sólo cabe el calificativo de irresponsabilidad para la insistencia en ese falso blindaje.

¿Cómo negar que sectores importantes dentro de la economía dominicana, a saber turismo y remesas, se verán disminuidos ante la crisis económica que afecta a los Estados Unidos? Esto porque como consecuencia, el pueblo estadounidense establecerá prioridades y viajar a la República Dominicana e invertir en propiedades en el país no será una de ellas. Igualmente el flujo de remesas que envían los dominicanos residentes en el exterior se verá afectado.

Y es que esa terrible dependencia de la economía dominicana hacia la economía estadounidense, que tantas veces hemos criticado, implica que si las cosas se ponen feas en la casa en “el patio trasero” se ponen mucho peor.

Por eso en vez de continuar la venta de ilusiones, es recomendable que el gobierno dominicano admita de una vez por todas la influencia de esta crisis en el país. Esto no para hacer un “mea culpa” y darse golpes en el pecho, sino para comenzar su mandato en base a la realidad económica, social y política que se vive en el mundo.

Así la austeridad, la disminución del gasto público, la concentración de recursos en alimentación, salud, educación y vivienda (y no los viajes, las jeepetas, las dietas, y las construcciones para pagar comisiones a los compañeritos de partidos) serán las prioridades.

Ahora bien, una posible insistencia en mantener la posición de que “todo está muy bien”, sólo podría entenderse desde el aspecto de que como se prevé un aumento del narcotráfico, y a este factor algunos sociólogos y periodistas atribuyen influencia en cierta bonanza de la economía dominicana, sea aquí donde resida la tranquilidad de que la sangre no llegará al río. Lejos de esto no se entiende el porque se insiste en un optimismo que, sobretodo para el país, resulta muy peligroso.

jueves, 2 de octubre de 2008

Democracia directa en la nueva Constitución


Por: José Carlos Nazario

En días pasados el Presidente de la República presentó el Proyecto de Reforma Constitucional que, fruto de las consultas en diversos sectores, preparó el grupo de juristas que fuera convocado por el Ejecutivo para los fines. Sin entrar en discusiones sobre el mecanismo de modificación, nos gustaría tratar algunos aspectos.

En dicho proyecto, como hemos podido comprobar, se establecen principios que podrían dar espacio a una interesante e importantísima apertura del Estado hacia la participación social y ciudadana. En tal sentido hemos querido señalar algunos puntos del articulado que representan un claro avance en la materia.

Según establece el artículo 2 de la nueva propuesta constitucional, “el pueblo ejerce la soberanía por medio de sus representantes o en forma directa (…)” Hablamos, pues, de la superación del mito del Estado-padre/protector.

En el artículo 6 se reconoce a la República Dominicana como un Estado Social y Democrático de Derecho, esta cuestión, tocada anteriormente por nosotros y anunciada por el Presidente Fernández, constituye una llave para la creación de nuevos mecanismos de democracia directa que nos lleven al perfeccionamiento social de la organización jurídico-política de la nación.

Yendo más lejos, la comisión de juristas propone, en el numeral 3ro del artículo 20, sobre los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos, el derecho a la “iniciativa congresional y municipal”, así como la formulación de “peticiones a los poderes públicos para solicitar medidas de interés público”.

Ambos puntos pueden constituirse, sin duda, en una apertura hacia la gestión pública de intereses, el denominado lobbying, como mecanismo de participación política de la ciudadanía.

Por último los artículos 82 y 83 completan la alusión constitucional a la temática, postulando que dicha iniciativa legislativa se ejerce mediante la participación de no menos del 2% de los inscritos en el registro de electores y deja abierta la opción a una ley especial que establezca el procedimiento para la propuesta. De igual forma se estipula que quien ejerza dicha iniciativa tendrá derecho a sostener su propuesta ante la otra Cámara.

Con este articulado se abre paso, en la nueva Constitución, a la, tantas veces invocada, regulación del cabildeo ante las instituciones públicas. El famoso lobbying (gestión de intereses privados ante instituciones públicas), satanizado con intenciones non gratas por muchos promotores del arcaísmo estatal, debe ser limitado y diferenciado del tráfico de influencias.

Su control daría paso al necesario proceso de empoderamiento ciudadano, que vendría a potenciar los cambios que por tanto tiempo hemos esperado de los políticos y que sin duda son responsabilidad exclusiva de nosotros, los ciudadanos.