Por: José Carlos Nazario
En días pasados la FINJUS y Agripino Núñez Collado convocaron para tres foros con el objetivo de discutir el tema constitucional. En un principio vimos con cierto recelo dicho llamado, pues venía de los mismos sectores que, vendiéndose como los principales propulsores de los cambios institucionales, suplantan las instituciones para imponer la democracia de aposento. No creemos que sea coincidencia, que en los momentos críticos de la vida pública, a la hora de concertar, siempre salgan gananciosas las posturas más conservadoras. Tras la invitación se produjo el pronunciamiento de los presidentes de ambas Cámaras del Congreso, señalando que cualquier cónclave ajeno al Legislativo supone usurpación de funciones.
No llegamos a tan radical postura. Sin embargo, consideramos interesante evaluar la convocatoria “pública” para participar en los recintos de la academia pontificia discutiendo la Constitución de todos.
Verificar si realmente se trata de una invitación a una discusión abierta, o si, por el contrario, como confirman algunos, requiere invitación, sería bastante pertinente. Sucede que nos han querido acostumbrar a que la democracia se profundiza con la suma de los “costelitos” que convocan amigos de intereses non sanctos.
Nada más ajeno a la realidad. Nada más lejos de la participación ciudadana que el hecho de que aquellos, que perciben, en un mes, más de lo que el dominicano promedio gana en todo el año, se reúnan a decidir nuestro futuro.
Lo lamentable es que los sectores alternativos que, por su triste oposición a todo, no se han interesado en el estudio de las propuestas constitucionales, no hayan exigido que se discuta una Carta Magna que no nos será ajena, “en cada colmadón”, en cada esquina.
Hagamos valer nuestra opinión, hagamos escuchar nuestra voz, sabiendo que las vistas públicas son el mejor escenario para hacerlo. Discutamos todos, en la escuela, la universidad, el trabajo, en casa, la junta de vecinos, en el gremio, el sindicato, en todas partes. Pero no nos dejemos envolver. Al parecer, nos quieren confundir foro con forúnculo, quizás lleguemos a creer que consenso es igual a complicidad.
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