miércoles, 15 de octubre de 2008

Día de luto, no de fiesta


Por: Millizen Uribe

Así debería ser declarado el 12 de octubre, pues su denominación como día de la raza se queda corta ya que la ausencia de las palabras exterminio e indígena dejan la idea incompleta por demás. Por eso, y con fines de dejar clara y bien sentada la memoria histórica, se hace preciso recordar que un día como este más que el encuentro de dos culturas marcó el inicio del exterminio de una.

Y es que ¿Cómo ignorar que Cristóbal Colón vino a estas tierras con el objetivo de aumentar sus riquezas y las de la corona española?

¿Cómo celebrar una llegada que más tarde se tradujo en explotación, torturas, vejaciones y, finalmente, casi el exterminio total de la raza indígena que habitaba las tierras de América?

¿Cómo celebrar el irrespeto, el menosprecio de la cultura indígena y la imposición de una lengua, una raza y una religión ajena a ellos?

Es precisamente por estas razones que nunca voy a entender ¿por qué en este país hay un faro a colón, y no uno a Duarte?

¿Por qué recibimos cada 12 de octubre con alegría y no con tristeza?

¿Por qué los textos de los libros de historia de primaria continúan diciendo que Colón descubrió América, algo que los maestros repiten sin el mínimo nivel de criticidad?

Y planteo estas preguntas sin fines de desempolvar odios y resentimientos históricos, sino más bien para conocer, y en otros casos recordar la verdad, que ella nos haga libres y nos impida cambiar nuestro oro por esos espejitos que todavía hoy día traen manos foráneas.

Y es que la llegada de ideas, proyectos de islas artificiales y tratados comerciales del exterior dan la impresión de que en muchos países extranjeros impera la idea de que “aquí hay indios”.

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