lunes, 6 de octubre de 2008

“Egos revueltos”


Por: José Carlos Nazario

Continúa la cháchara dicharachera. Se exaltan los egos, como siempre, en un país que viene de una tradición autocrática carente de autocrítica. Personajes de distintos bandos discuten la necesidad de esto o de aquello, siempre resplandeciendo lo personal sobre lo institucional. La vida pública es eso, un gran plato de “egos revueltos”. Por un lado, nos instan a apoyar a Wilton Guerrero, por otro, se le descalifica. ¿Y lo que denuncia?

No nos damos cuenta; somos parte de un juego peligroso que termina arropando al más crítico, al más conceptualmente versado. Arrastrados hacia la unidad, bajo un discurso ausente de verdades, vamos como rebaño, detrás de cualquier pastor sin mirar la sangre que destilan sus colmillos de lobo. Sin alarmarnos.

La “Constitución del Presidente” pretende desterrar esta tradición que data de los tiempos de Santana. Sin embargo se requiere un esfuerzo de los dominicanos y dominicanas, para que dejemos de preguntar por Leonel Fernández cada vez que nos pica un mosquito, se suspende la energía eléctrica o matan a siete en Paya.

Hace falta que dejemos de llamar en apoyo a Huchi, a Nuria, a Wilton, para proclamar el respaldo a la libertad de expresión, al cumplimiento de las leyes. Superar el ‘yo’ es parte del desarrollo democrático de las naciones. Eliminar los egos inflamados y omniscientes es el primer paso.

La democracia moderna va más allá del derecho al voto. No podemos seguir bajo la misma cultura impuesta por los hateros en el siglo XIX y continuada por tantos déspotas ilustrados y sin lustre. Comencemos a empoderar, a superar ese ‘yo’ y agrupar el nosotros para convertirlo en futuro, como ciudadanos, frente a instituciones. Solo así lograremos hacer del pseudo-Estado dominicano una democracia genuina, que nos cuente (y no cuentos) a la hora de tomar decisiones.

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