sábado, 24 de marzo de 2007

República Dominicana: ¿Camino a la modernidad?


Por: Millizen Uribe

Hay palabras cuya repetición constante provoca la pérdida de su sentido. Modernidad, desarrollo y progreso son algunas de ellas. Su uso pareciese un modismo al que recurren economistas, sociólogos, psicólogos, periodistas y, por supuesto, los gobernantes para explicar y hasta justificar acciones que no siempre tienen justificación.
Por esto cabe preguntarse ¿Qué es realmente la modernidad? Y ¿Qué implican el desarrollo y el progreso? Al revisar la teoría de la modernización tenemos que temporalmente hablando, la modernidad puede ser entendida como la época histórica que abarca desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días.

Está definida por características políticas, económicas, sociales y culturales como el paso del feudalismo al capitalismo, afianzamiento de los Estados nacionales, crítica a valores morales, intelectuales y religiosos, estilo de vida más libre y abierto, apertura a la belleza de la vida y la naturaleza.

De su lado, la modernización es el proceso de tecnificación e industrialización que se sigue para llegar a la modernidad, que representa el estadio final.

La meta de la modernización es el desarrollo. Y el desarrollo se entiende como: “una condición social dentro de un país en la cual las necesidades básicas y auténticas de su población, al menos de la gran mayoría, se satisfacen”.

Es así como la existencia de desarrollo en un país se determina por las siguientes condiciones y en el siguiente orden:

1. Acceso a servicios básicos como alimentación, salud, educación y vivienda.

2. Respeto a los derechos humanos, creencias y tradiciones.

3. Oportunidades de empleo

4. Distribución y redistribución de las riquezas nacionales.

5. Utilización de la tecnología.

6. Respeto al medio ambiente.

La determinación de la existencia de desarrollo, progreso y modernidad dependerá en primera instancia más del acceso a servicios básicos, como alimentación, salud, educación y vivienda por parte de la población, que de la ejecución de grandes megaproyectos que al colocarse en un primer plano sólo resuelven problemas de minorías.

La modernización es necesaria. El ser humano merece llegar a ella. Pero perseguirla mediante discursos infundados y distribución de computadoras a niños que no tienen que comer es perder el tiempo o llegar a un camino falso.

Si realmente queremos que nuestros países se modernicen y logren un estadio superior busquémoslo de la mano de la educación, la salud, la lectura y la formación de ciudadanas y ciudadanos críticos y reflexivos.

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