viernes, 2 de mayo de 2008

Junot Díaz

Por: José Carlos Nazario

Escribir es la empresa de quien se atreve a sobreponerse a la muerte, dicen algunos. Aún sin adscribirnos a estos designios fatalistas podemos decir que hay quienes logran elevarse y vencer la mortalidad, simplemente haciendo lo que les da la gana. El escritor debe tener mucho de esto.


Dejándose llevar por fuerzas internas, para muchos sobrenaturales, quien incursiona en la literatura es un esclavo. “Impulsado por demonios” decía Faulkner, el escritor es un hijo del sufrimiento cuya satisfacción, única y excluyente, consiste en la concepción de su obra, saborear la gloria intima de la creación.


Pocos han sido los dominicanos vivos que han logrado encontrar ese rincón recóndito de sus vidas para ubicarse en el y desde allí, escribir desgarradores textos que merezcan la grandeza de lo pequeño: La emoción o el desagrado, la sonrisa, el placer individual de quien disfruta o padece su lectura.


Junot Díaz ha logrado despertar el interior de muchos de sus lectores, aquello que los creyentes llaman alma; lo hizo con Drawn y ahora, de forma pasmosa lo ha logrado con The Brief Wondrous Life of Oscar Wao. Su capacidad de refugiarse en lo oscuro para emerger hacia la luz, eclipsándola, lo ha hecho merecedor del Premio Pulitzer. Sintamos orgullo por este talentoso ser humano al que el azar hizo nacer en suelo dominicano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario