Por: Guillermo Peña Capellán
República Dominicana estaba repleta de hombres ejemplares que se exiliaron o reanunciaron a cargos públicos porque tenían dignidad y decoro, porque se resistieron a las intervenciones norteamericanas, porque se negaron a colaborar con los abusos de déspotas en el poder, porque nunca compartieron participar, ni silenciar la corrupción administrativa de aquel entonces.
Hoy, gran parte de los funcionarios públicos carecen de autenticidad, porque sus palabras están muy lejos de sus acciones, porque no solamente silencian la corrupción sino que participan burdamente en ella, porque no resisten las presiones de organismos internacionales, mas bien son serviles a ellos.
Ahora bien, es importante subrayar que este triste panorama vivido por los dominicanos y dominicanas en las últimas décadas, no siempre fue así. En la historia dominicana se registran presidentes ejemplares, y precisamente en éstos tiempos es necesario recordarlos.
Algunos de ellos fueron: Ulises Francisco Espaillat y Francisco Gregorio Billini.
Ulises Francisco Espaillat, en 1876 fue elegido Presidente de la República, "suprimió las regalías y dádivas que por costumbre y en inmoral acción, entregaban los presidentes a aquellos jefes y oficiales que habían colaborado en su ascenso al poder. La moralidad y honradez de este ilustre hombre fueron ejemplos mientras duró su presidencia. Al abandonar el solio presidencial dijo: "Yo creí de buena fe que lo que más aquejaba a la sociedad de mi país era la sed sumamente moral y regeneradora; pero otra sed aún más terrible la devora: la sed de oro." En honor a el se conmemora el Día Nacional de la Ética Ciudadana, Decreto (252-05)."
Francisco Gregorio Billini, en 1884 fue elegido Presidente de la República, renunció tras negarse a limitar la libertad de imprenta. "El 16 de mayo de 1885 Francisco Gregorio Billini presentó renuncia a su alta investidura pronunciando un admirable discurso que le honra y enaltece como una de las grandes figuras cívicas de la historia dominicana. En uno de sus párrafos decía: "Cuando subí las gradas del solio para regir los destinos de la Patria, aunque pisé con firme planta hasta el último escalón, desconfié de mi gloria; porque traía el deseo de hacer mucho en bien de la República. Hoy, habiendo hecho muy poco, dadas las circunstancias, me parece que este descenso me enaltece: desciende mi personalidad vana y efímera para elevarse la República grande inmortal. Creo dar ejemplo resignando el mando espontáneamente, y eclipsándome en las sombras del hogar sin mezquinas aspiraciones para el porvenir". Cuenta una anécdota que al día siguiente de abandonar el solio presidencial mandó donde un familiar y amigo a que le prestara veinte pesos, para cubrir sus más apremiantes necesidades. "
Presidentes ejemplares hemos tenido en la historia dominicana, casos como éstos son referentes históricos para la juventud dominicana que tiene otra visión de la política. No nos lamentemos del pasado, construyamos un presente y un futuro mejor transmitiendo éstas ideas a quienes creen en una mejor nación.
República Dominicana estaba repleta de hombres ejemplares que se exiliaron o reanunciaron a cargos públicos porque tenían dignidad y decoro, porque se resistieron a las intervenciones norteamericanas, porque se negaron a colaborar con los abusos de déspotas en el poder, porque nunca compartieron participar, ni silenciar la corrupción administrativa de aquel entonces.
Hoy, gran parte de los funcionarios públicos carecen de autenticidad, porque sus palabras están muy lejos de sus acciones, porque no solamente silencian la corrupción sino que participan burdamente en ella, porque no resisten las presiones de organismos internacionales, mas bien son serviles a ellos.
Ahora bien, es importante subrayar que este triste panorama vivido por los dominicanos y dominicanas en las últimas décadas, no siempre fue así. En la historia dominicana se registran presidentes ejemplares, y precisamente en éstos tiempos es necesario recordarlos.
Algunos de ellos fueron: Ulises Francisco Espaillat y Francisco Gregorio Billini.
Ulises Francisco Espaillat, en 1876 fue elegido Presidente de la República, "suprimió las regalías y dádivas que por costumbre y en inmoral acción, entregaban los presidentes a aquellos jefes y oficiales que habían colaborado en su ascenso al poder. La moralidad y honradez de este ilustre hombre fueron ejemplos mientras duró su presidencia. Al abandonar el solio presidencial dijo: "Yo creí de buena fe que lo que más aquejaba a la sociedad de mi país era la sed sumamente moral y regeneradora; pero otra sed aún más terrible la devora: la sed de oro." En honor a el se conmemora el Día Nacional de la Ética Ciudadana, Decreto (252-05)."
Francisco Gregorio Billini, en 1884 fue elegido Presidente de la República, renunció tras negarse a limitar la libertad de imprenta. "El 16 de mayo de 1885 Francisco Gregorio Billini presentó renuncia a su alta investidura pronunciando un admirable discurso que le honra y enaltece como una de las grandes figuras cívicas de la historia dominicana. En uno de sus párrafos decía: "Cuando subí las gradas del solio para regir los destinos de la Patria, aunque pisé con firme planta hasta el último escalón, desconfié de mi gloria; porque traía el deseo de hacer mucho en bien de la República. Hoy, habiendo hecho muy poco, dadas las circunstancias, me parece que este descenso me enaltece: desciende mi personalidad vana y efímera para elevarse la República grande inmortal. Creo dar ejemplo resignando el mando espontáneamente, y eclipsándome en las sombras del hogar sin mezquinas aspiraciones para el porvenir". Cuenta una anécdota que al día siguiente de abandonar el solio presidencial mandó donde un familiar y amigo a que le prestara veinte pesos, para cubrir sus más apremiantes necesidades. "
Presidentes ejemplares hemos tenido en la historia dominicana, casos como éstos son referentes históricos para la juventud dominicana que tiene otra visión de la política. No nos lamentemos del pasado, construyamos un presente y un futuro mejor transmitiendo éstas ideas a quienes creen en una mejor nación.
Datos obtenidos en: Héroes y Próceres Dominicanos y Americanos -P . 125- y en:
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