sábado, 21 de febrero de 2009

Muchachas como Elizabeth


Por: Millizen Uribe

Ella vive bien, por lo que, de acuerdo a la regla general, poco debería importarle eso de justicia social. Ella podría dedicarse a vivir su propia vida sin importarle un comino eso de bienestar común. Pero no, a Elizabeth Mateo le interesó su país. Le molestaron los casos de corrupción y le dolió la impunidad.

Por eso, en vez de quedarse de brazos cruzados, presenciando por televisión como la corrupción se traga al país, Elizabeth quiso hacer algo. Así, decidió, conjuntamente con un grupo de también inquietos jóvenes, formar una organización juvenil de ideales patrióticos, el cual creativamente denominaron: “Toy jarto…pero creo en mi país”.

Desde el mismo, Elizabeth y los demás chicos y chicas expresaban verdades como: “TOY JARTO/A de que se nos enseñe que es mejor ser corrupto que tener un trabajo digno”.

“TOY JARTO/A de la indiferencia de los gobernantes hacia las verdaderas necesidades sociales”.

“TOY JARTO/A de que a los corruptos como Vivian Lubrano y los del Plan Renove se les indulte por compasión, cuando no mostraron ellos compasión alguna cuando cometían sus actos delictivos”.

“TOY JARTO/A de tener Presidentes que constantemente violan la Constitución de la República y la modifican como un traje hecho a la medida”.“

Pero de lo que más TOY JARTO/A es de que las autoridades tomen nuestro país de relajo y que sean partícipes de actos de corrupción.

Precisamente por esto, por canalizar el sentimiento popular de rechazo a la corrupción, por decir en voz alta lo que muchos decían en voz baja, Elizabeth Mateo fue despedida.

Pero no de cualquier trabajo y mucho menos de una singular oficina, sino del órgano que está llamado justamente a salvaguardar la justicia y la libertad de expresión: La Suprema Corte de Justicia. ¿Increíble no? Pero cierto

Mas, como Elizabeth no es una joven cualquiera y mucho menos una ciudadana común, de esas que todo lo callan y todo lo permiten, aunque fue invitada a abandonar sus ideales su respuesta fue un rotundo NO, pues Elizabeth también está jarta del chantaje.

Su camino es difícil, ya imaginamos la angustia que la valiente joven ha de padecer, pero desde este rinconcito aprovecho para decirle que no está sola y que en el camino de la rebeldía, de la inquietud, del querer hacer algo… ella cuenta con muchas personas que al igual que ella

“Estamos jartos…pero creemos en nuestro país”. A continuación un escrito que Elizabeth dirigió a todos ustedes.

A LOS DOMINICANOS Y DOMINICANAS EN TODAS PARTES DEL MUNDO:"LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA VIOLENTÓ MI DERECHO A LA LIBRE EXPRESION Y QUIERO PROTEGER EL TUYO".

Este es mi testimonio como ciudadana y ex empleada de la Suprema Corte de Justicia, de la cual fui separada de mis funciones el pasado viernes 6 de enero del 2009 por pertenecer a un movimiento cívico, de conciencia ciudadana, llamado "TOY JARTO PERO CREO EN MI PAÍS".

Soy una joven abogada preocupada, como muchos otros, por el clima de corrupción e impunidad que opera en República Dominicana, y esa preocupación me llevó a formar parte de un movimiento de ideales patrióticos, que lucha por los derechos ciudadanos y por el respeto a las leyes.Para mi sorpresa, y con mucha decepción, el más alto tribunal de nuestro país, cabecera del Poder Judicial, guardiana de la Ley Constitucional Dominicana, ha calificado mis acciones, amparadas por la Constitución, como desleales e incompatibles con la institución.

Como profesional en ciencias jurídicas entiendo y tengo la plena conciencia de que los ciudadanos no solo estamos facultados a ejercer nuestros derechos ciudadanos y sociales, sino que estamos obligados a reclamarlos y exigirlos cuando éstos son vulnerados y debemos cuestionar a aquellos que lo hacen; y que la Suprema Corte de Justicia, como cabeza del Poder Judicial, debe proteger y respetar tales prerrogativas, en lugar de llegar a esparcir una intolerancia que no se corresponde con la misión de la institución, que es proteger los derechos de los ciudadanos, no constreñirlos.

Si las distintas instituciones que conforman al Estado Dominicano, para mi caso particular la Suprema Corte de Justicia, entienden que sus deberes institucionales se encuentran por encima de los derechos fundamentales de todo ciudadano y ciudadana, es que definitivamente ha llegado el momento de propiciar un nuevo liderazgo que impulse un cambio de mentalidad para que con ello, se inicien nuevas y buenas prácticas.

Es que definitivamente debemos abrir los ojos y cuestionar el Estado en el que vivimos.Hago esta declaración porque quiero proteger a otros ciudadanos y ciudadanas que también poseen un empleo en el Estado. Mi propósito no es la reposición en mis labores, sino la protección del derecho a la libre expresión de todos nosotros. Lo que me ha sucedido a mí es un paradigma con el que tenemos que romper.

Todos los empleados públicos trabajan para el Estado y el Estado tiene dolientes, sus ciudadanos, que somos cada uno de nosotros. Por tanto, no dejemos que las órdenes nos lleven a violentar derechos; que los intereses nos hagan violentar las leyes; que los deberes institucionales se superpongan por encima de nuestra dignidad y derechos fundamentales, y cuando eso suceda cuestiónenlos y por sobre todo no callen.

No tengo ninguna instancia judicial a la cual recurrir, porque la instancia que se supone garante de mi derecho constitucional ha sido quien ha promovido su negación por medio de una intolerancia ilimitada. Hoy, mi derecho a la libre expresión fue violentado, mañana puede ser el tuyo. No lo permitas.


Elizabeth Mateo Pérez

Ciudadana Coordinadora General Movimiento Cívico Toy Jarto

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