Por: Millizen Uribe
¿Han escuchado la frase de: “Si me engaña una vez sinvergüenza es, si me engaña dos sinvergüenza soy?”, pues yo estoy muy de acuerdo con ella.
Es por esto que ante la algarabía que se hizo con las consultas populares permanecí totalmente escéptica pues ya yo sabía por dónde venían.
Y miren que el tiempo no me llamó a engaño, pues en definitiva después de que el gobierno movió cielo y tierra consultando a las personas acerca de cuál era su mecanismo favorito para reformar la constitución ahora quiere hacer lo que se le venga en gana.
Esto me recuerda la anécdota que me hizo un amigo de que un maestro le pidió a un campesino que conjugará el verbo participar y lo hizo de esta manera: “Yo participo, tu participas, él participa, ella participa, nosotros participamos, ellos deciden”.
Y es que con este tema las autoridades han dado muestra de un gran irrespeto a la voluntad popular, pues aunque en la consulta el 62 % de los participantes señalaron que quieren que la reforma constitucional se haga mediante Asamblea Constituyente, se insiste en utilizar como mecanismo La Asamblea Revisora.
Las razones de esta decisión están más claras que el agua. Los políticos quieren continuar coactando el poder y se niegan a dejar que el pueblo, el verdadero y absoluto soberano, haga uso del poder que sólo el pueblo posee y que al pueblo pertenece.
Es por esto que quieren que, una vez más, la modificación de la Carta Magna se haga tras una reunión de aposento, y no al aire libre, en sesiones en las que el pueblo pueda ventilar sus inquietudes.
Sin embargo dejaré este articulo hasta aquí porque no quiero abundar mucho de este tema, ya que considero su tratamiento en este momento como una especie de caramelo envenenado, que ha sido entregado a nosotros, los niños, para una vez más entretenernos con algo, mientras el nivel de vida en el país sigue empeorando y el Presidente teorizando.
¿Han escuchado la frase de: “Si me engaña una vez sinvergüenza es, si me engaña dos sinvergüenza soy?”, pues yo estoy muy de acuerdo con ella.
Es por esto que ante la algarabía que se hizo con las consultas populares permanecí totalmente escéptica pues ya yo sabía por dónde venían.
Y miren que el tiempo no me llamó a engaño, pues en definitiva después de que el gobierno movió cielo y tierra consultando a las personas acerca de cuál era su mecanismo favorito para reformar la constitución ahora quiere hacer lo que se le venga en gana.
Esto me recuerda la anécdota que me hizo un amigo de que un maestro le pidió a un campesino que conjugará el verbo participar y lo hizo de esta manera: “Yo participo, tu participas, él participa, ella participa, nosotros participamos, ellos deciden”.
Y es que con este tema las autoridades han dado muestra de un gran irrespeto a la voluntad popular, pues aunque en la consulta el 62 % de los participantes señalaron que quieren que la reforma constitucional se haga mediante Asamblea Constituyente, se insiste en utilizar como mecanismo La Asamblea Revisora.
Las razones de esta decisión están más claras que el agua. Los políticos quieren continuar coactando el poder y se niegan a dejar que el pueblo, el verdadero y absoluto soberano, haga uso del poder que sólo el pueblo posee y que al pueblo pertenece.
Es por esto que quieren que, una vez más, la modificación de la Carta Magna se haga tras una reunión de aposento, y no al aire libre, en sesiones en las que el pueblo pueda ventilar sus inquietudes.
Sin embargo dejaré este articulo hasta aquí porque no quiero abundar mucho de este tema, ya que considero su tratamiento en este momento como una especie de caramelo envenenado, que ha sido entregado a nosotros, los niños, para una vez más entretenernos con algo, mientras el nivel de vida en el país sigue empeorando y el Presidente teorizando.
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