martes, 17 de marzo de 2009

Paréntesis dictatorial


Por: Crystal Fiallo

Tanto hablar de democracia y todavía hay quienes no tienen muy claro el concepto. Sé que no es fácil retener tanta teoría y tantos autores, pero por lo menos la esencia del concepto debe ser el desayuno de todo ciudadano que pertenece a un estado democrático. La República Dominicana, contrario a lo que muchos/as puedan debatir, es una ‘Democracia’.

El concepto de democracia nace en la antigua Grecia, mucho antes de que se aboliera incluso la esclavitud. Pericles (líder Griego, propulsor de las artes en Grecia) habló de que la forma de gobierno de la vieja Grecia era llamada democracia porque su administración estaba en manos del pueblo como un todo, y no en manos de algunos. Esa realidad, adecuada a la nción de democracia en la actualidad, es incoherente.

Si lo analizamos en el contexto actual podríamos gritar (en buen dominicano): “Pericles jablador”; ya que, en esa época había esclavos, los extranjeros y mujeres no participaban, por lo tanto el poder pertenecía a la élite.

Ahora bien, esa es una crítica basada en un contexto actual, donde la democracia la visualizamos como nos la han impuesto desde el lado oeste. Hablar de democracia en un artículo es un deseo un tanto ambicioso, pero por lo menos toquemos unos cuantos elementos fundamentales.

La democracia es un arreglo político que pretende evitar atrocidades, barbaries, porque se supone que es la voluntad del pueblo. Algunos lo pueden ver como un proceso, otros como un sistema; hay quienes incluso lo visualizan como un método; pero lo cierto es que busca evitar gobiernos impopulares y que supone el ejercicio de mecanismos de participación ciudadana tales como el “voto”.

Los derechos, las libertades y los mecanismos para proteger estos, son fundamentales en una democracia real.

Durante la primera parte del siglo XX se discutía si la democracia era la mejor opción y en la segunda parte del mismo siglo se debatían las condiciones estructurales de este “sistema”. En la actualidad, la discusión se basa más los diferentes significados, descripciones e implementaciones de la democracia.

Todos los caminos conducen a que todo depende del contexto social, económico y cultural para poder implantar un “método o un sistema”. Cada modelo se ajusta a las realidades, y si no, lo ajustamos nosotros.

Autores han señalado el hecho de que, en una economía de mercado (capitalismo) no pueda sobrevivir la democracia pues la esencia de uno y otro sistema chocan en un sin número de aspectos fundamentales para garantizar un clima democrático. Pero ese es un tema mucho más extenso, por lo que no podré desarrollarlo.

La República Dominicana, por años ha sido una democracia representativa; aquellos que elegimos se convierten en nuestros portavoces. Al elegirlos, confiamos en que ellos harán un buen trabajo y de que respetaran nuestras libertades mientras no perjudiquemos a los demás.

La ciudadanía ha expresado no estar contenta con ciertos actos administrativos, y los que no han alzado su voz es porque están demasiado distraídos tratando de sobrevivir, no porque no se hayan dado cuenta.

¿Quién respeta a Elizabeth Mateo? Una joven abogada, ciudadana que pertenece al mismo estado democrático al que tú y yo pertenecemos, a la hora de ser descargada de sus funciones en la Suprema Corte de Justicia por expresar sus ideas y no ser indiferente frente a las atrocidades que adornan nuestro panorama de impunidad.

Este paréntesis dictatorial no es más que otro punto negro en todos los logros democráticos que ha alcanzado la República Dominicana después de tantos años de dictadura. Cómo es posible que Elizabeth no pueda pertenecer a un grupo, sea cual sea, que disienta de las actuaciones burocráticas y al mismo tiempo servir al tren judicial de su nación. Es su derecho como dominicana, asociarse a cualquier grupo y expresar su opinión de manera libre y sin coerción alguna. ¿Volvimos atrás?

Zamarro bien definió la democracia como un régimen político donde la existencia del conflicto es la base fundamental de la política; donde los derechos van reforzándose y evolucionando. Cuando este menciono la palabra “conflicto” se refería a la divergencia de ideas: posiciones encontradas…

Si todos/as pensáramos, actuáramos y reaccionáramos de la misma manera, las luchas y la institucionalidad no tendrían sentido. Se lo que siente Elizabeth, porque lo he vivido. Ese sentimiento de abandono, ese vacío en el alma que te hace cuestionar tu lucha, esa falta de aliento hazla a un lado querida amiga.

Tenemos esperanzas de continuar por los rumbos de la verdadera democracia, pues así está escrito en nuestra hermosa (pero herida) carta magna. Apoyemos a esta joven, y digámosle NO a las arbitrariedades.

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