Basta irse al concepto original de lo que es la democracia para cambiar la percepción de que hoy día en República Dominicana vivimos en total y absoluta democracia.
Y es que en una breve revisión etimológica de este concepto nos encontramos con definiciones como estas: “Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo”.
“Es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes”. “Es una forma de convivencia social en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley”.
Después de leer estas conceptualizaciones me atrevo a preguntar en voz alta: ¿Cuál democracia? Y es que basta revisar las palabras subrayadas para darse cuenta de que en el país no hay tal democracia o que, en el mejor de los casos, está muy debilitada. Veámoslo por parte y siguiendo las características del concepto.
Dice que en este sistema: “la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva”. Sin embargo vemos como aquí en el país lo que imperan son las decisiones de los funcionarios y gobiernos de turno.
Ejemplo ¿Decidió la mayoría que era prioridad construir un Metro? ¿Decidió la mayoría que la Reforma Constitucional debía hacerse por Asamblea Revisora y no por Asamblea Constituyente? Dice que “las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante participación que le confieren legitimidad a los representantes”. Pero sabemos que aquí hay pocos mecanismos de participación, sino que esta se limita a acudir a las urnas cada cuatro años, pero no hay referéndums revocatorios ni otras herramientas de participación y expresión.
Además, ¿llegan al poder los funcionarios y “representantes” que el pueblo desea o aquellos que tienen más dinero para pagar más anuncios y ganar las elecciones? ¿Es legítimo un diputado o un senador que gane mediante un fraude o comprando adeptos, votos y cédulas? Dice que en la democracia: “todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley”.
Y yo me pregunto: ¿Aquí en dominicana vale lo mismo un rico que un pobre?, ¿Un religioso que un ateo? ¿Un hijo de un militar que uno de un pollero? Y sé que ante mi inquietud muchas dirán que antes cuando la dictadura de Trujillo era mucho peor, que hoy por lo menos uno puede hablar y tener espacios como este en los medios de comunicación.
Pero ¿creen ustedes que son todas las opiniones o ideas que se pueden decir en voz alta o ser publicadas en un medio? Sino tomen como ejemplo el caso del general Juan Tomas Taveras, articulista de este medio, quien fue preso por pensar diferente y atreverse a formular en voz alta una crítica.
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