Por: Guillermo Peña C.
Rusia declaró el año 2009 como el año de la juventud. Me hago eco de ello, no porque extrañe a la vieja Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sino porque pienso que la única esperanza que le queda a mi magnífico país, es que, las y los jóvenes nos decidamos ¡Ya! a construir “La Otra República Dominicana, la que merecemos”.
Se que es osado pretender construir un nuevo país frente a un escenario de crisis económica mundial, desesperanza, corrupción, impunidad e injusticias, pero históricamente sólo en momentos de crisis surgen grandes ideas y soluciones.
Por la gran depresión del 1929, surgió la Teoría Keynesiana, la cual se fundamentó en un modelo económico que se ejercía mediante una política fiscal de Estado. Keynes rompió con la teoría clásica de la mano invisible que lo regulaba todo.
Claro está, el contexto hoy es distinto, tenemos un mundo globalizado e interdependiente y plantear una vuelta a los proteccionismos y nacionalismos extremos, es en sí mismo un retroceso. Debemos ser más creativos e innovadores.
Las crisis son cíclicas y tienen culpables que deben ser sometidos a la justicia. La moraleja que nos dejó a las jóvenes generaciones aquella gran depresión, es que no puede haber borrón y cuenta nueva. Parece que no la hemos aprendido.
Insisto, si como jóvenes no jugamos nuestro rol histórico de cambiar la pedregosa ruta en la que nos llevan un pequeño grupo de politiqueros, mañana estaremos quejándonos de los mismos problemas de hoy elevados al cuadrado. ¡Ay que empoderarse!
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