Por: Guillermo Peña Capellán
Es una preocupación mundial la actitud indiferente de los y las jóvenes hacia la política. A gran parte de la juventud le importa poco lo que dicen y hacen los políticos. Muchos se consideran apolíticos.
El apolítico es una persona que manifiesta indiferencia o desinterés sobre la política, generalmente nunca vota, y no participa en la actividad política. El diccionario de la Real Academia Española lo define como ajeno a la política.
Prefiero sumarme a quienes piensan que nadie es apolítico, sino que pudiera ser apartidista. Y es que el hecho de estar en desacuerdo con la forma en que se ejerce la política, o en como los partidos políticos tradicionales hacen política, es precisamente una postura política, es un rechazo a lo establecido.
A pesar de que existen personas con éstas características, los políticos siguen con anticuadas retóricas, en vez de asumir la autocrítica para replantear nuevas formas de hacer política y así lograr sumar a este acrecentado sector.
Los políticos no se dan cuenta que el mundo ha cambiado, y que los únicos que no han cambiado son ellos. No se adecuan a las circunstancias de la actualidad, sino que generan disputas por cuestiones meramente insignificantes.
Ahora bien, es pertinente determinar cuales son las causas de esta actitud indiferente de la juventud hacia la política. ¿No será una de ellas porque el accionar de los políticos se divorcia de sus discursos? ¿La apatía no es motivada por la exclusión de la juventud en la toma de decisiones políticas? ¿O se sustenta en las mentiras y engaños de quienes dicen representarlos? Responda usted éstas preguntas.
De mi parte planteo que urge reivindicar la política. “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y digna después de la filosofía de ocupar las inteligencias nobles”, afirmó una vez nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte. La política se sustenta en ideas, propuestas y acciones para obtener o mantener el poder con el fin satisfacer necesidades ciudadanas, y el poder pertenece a éstos.
La nación dominicana anhela nuevos aires de democracia. Nesecitamos políticos que cumplan y hagan cumplir las leyes sin distinción. Con indiferencia política no lograremos la libertad que anhelamos, sino todo lo contrario, contribuimos a que todo permanezca igual o peor, le abrimos la puerta a una nueva dictadura política.
Una vez dijo Platón que “el castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos"
La juventud que es indiferente a la política pierde un espacio en la sociedad. Es ineludible tomar conciencia del concepto de ciudadanía para dejar de ser representantes del pasivismo.
Es una preocupación mundial la actitud indiferente de los y las jóvenes hacia la política. A gran parte de la juventud le importa poco lo que dicen y hacen los políticos. Muchos se consideran apolíticos.
El apolítico es una persona que manifiesta indiferencia o desinterés sobre la política, generalmente nunca vota, y no participa en la actividad política. El diccionario de la Real Academia Española lo define como ajeno a la política.
Prefiero sumarme a quienes piensan que nadie es apolítico, sino que pudiera ser apartidista. Y es que el hecho de estar en desacuerdo con la forma en que se ejerce la política, o en como los partidos políticos tradicionales hacen política, es precisamente una postura política, es un rechazo a lo establecido.
A pesar de que existen personas con éstas características, los políticos siguen con anticuadas retóricas, en vez de asumir la autocrítica para replantear nuevas formas de hacer política y así lograr sumar a este acrecentado sector.
Los políticos no se dan cuenta que el mundo ha cambiado, y que los únicos que no han cambiado son ellos. No se adecuan a las circunstancias de la actualidad, sino que generan disputas por cuestiones meramente insignificantes.
Ahora bien, es pertinente determinar cuales son las causas de esta actitud indiferente de la juventud hacia la política. ¿No será una de ellas porque el accionar de los políticos se divorcia de sus discursos? ¿La apatía no es motivada por la exclusión de la juventud en la toma de decisiones políticas? ¿O se sustenta en las mentiras y engaños de quienes dicen representarlos? Responda usted éstas preguntas.
De mi parte planteo que urge reivindicar la política. “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y digna después de la filosofía de ocupar las inteligencias nobles”, afirmó una vez nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte. La política se sustenta en ideas, propuestas y acciones para obtener o mantener el poder con el fin satisfacer necesidades ciudadanas, y el poder pertenece a éstos.
La nación dominicana anhela nuevos aires de democracia. Nesecitamos políticos que cumplan y hagan cumplir las leyes sin distinción. Con indiferencia política no lograremos la libertad que anhelamos, sino todo lo contrario, contribuimos a que todo permanezca igual o peor, le abrimos la puerta a una nueva dictadura política.
Una vez dijo Platón que “el castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos"
La juventud que es indiferente a la política pierde un espacio en la sociedad. Es ineludible tomar conciencia del concepto de ciudadanía para dejar de ser representantes del pasivismo.
que le dices a aquel que si esta interesado, pero se niega a participar porque no hay propuestas dignas ni maneras de incursionar honradas en un sistema politico sustentando en la ignorancia de la poblacion y utilizado como via de enriquecimiento ilegitimo...
ResponderEliminarMas o menos por la linea del comentario anterior pienso que no existen jovenes apoliticxs, nadie lo es, las feministas decimos "lo personal es politico" ...tampoco creo en la apatia juvenil a lo politico, sino que creo en la antipatia, eso si, algunxs nos alejamos! creo en la ANTIPATIA AL MODELO DE ESTADO ACTUAL, espero que esa antipatia se transforme en irritacion colectiva y luego en accion, emprendimiento conjunto, ... espero paciente...
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