miércoles, 17 de mayo de 2017

¡Justicia!


Por: Guillermo Peña Capellán

La sociedad dominicana anhela un sistema de justicia que condene la corrupción e impunidad que hemos aguantado por siglos.  Como dijo Juan Pablo Duarte: ¨El buen dominicano tiene hambre y sed de justicia¨

El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) debe llenar las expectativas de lo que demanda hoy el país para lograr superar los niveles de desconfianza en los fiscales y los jueces. 

Según los resultados del Barómetro de las Américas del Proyecto Opinión Pública para América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) han descendido 10 puntos porcentuales la confianza en que los tribunales puedan realizar un juicio justo, es decir de un 50,6 a un 40,1. de 2008 al 2014.

En el sistema judicial en general la confianza se redujo de 50,1 en 2008 a 38,5 en 2014, y la confianza en que el sistema judicial castigaría al culpable de un delito ha caído de 50,6 en 2008 a 43,9 en 2014 según el mismo estudio.

El legislador perremeísta, miembro del (CNM) Jose Ignacio Paliza, ha advertido que la sociedad dominicana está muy pendiente de la escogencia de los jueces de las altas cortes, debido a la sed de justicia que impera en estos momentos. El país sigue demandando que la justicia actué como un verdadero órgano independiente.

La ciudadanía dominicana espera juezas y jueces de carrera o no, pero íntegros, democráticos y progresistas para que impartan justicia apegados a los derechos humanos y a los principios que rigen un Estado Social y Democrático  de Derecho como establece el artículo 7 constitucional.

¿Hacia dónde va un país que no cree en su sistema judicial? ¿Si el CNM no selecciona juezas o jueces dignos y expertos en sus temas, puede cambiar la percepción de la ciudadanía sobre el sistema judicial dominicano?

Cuando no se cree en las instituciones puede pasar cualquier cosa. Es una oportunidad histórica para el CNM seleccionar jueces democráticos que eleven la confianza en el sistema judicial.

Con los vientos reeleccionistas se avecina una crisis política e institucional a mayor escala, y es sobre la judicatura del Tribunal Superior Electoral (TSE), del Tribunal Constitucional y de la Suprema Corte de Justicia que recae la débil estabilidad democrática electoral que tenemos.


Un país que no cree en su sistema de justicia no tiene futuro. La sociedad dominicana quiere juezas y jueces que impartan justicia por el fin de la impunidad.

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