Por: Guillermo Peña Capellán
Duarte, gracias por responderme el e-mail del año pasado mediante Rafael Santana Viñas (Colaborador Juvenil del Instituto Duartiano).
Te escribo de nuevo en el mes de la Patria para contarte como sigue República Dominicana. Lamentablemente, la política dominicana sigue en un atolladero. El político triunfador de hoy es el que tiene más dinero para comprar conciencias. Las ideas y las propuestas para cambiar la calidad de vida de los dominicanos han sido sustituidas por dádivas y clientelismos de los candidatos.
La sociedad dominicana está sumergida en actos de corrupción que quedan impunes. Ahora resulta que se premia y se aplaude al que roba el erario público porque se hizo de lo suyo y no fue pendejo. Los principios éticos y morales se recuerdan como cosas del pasado, de aquellos tiempos.
Lo peor de todo es patricio que las desigualdades sociales siguen en aumento, la calidad de la educación es pésima y no hay voluntad de invertir dinero en ella porque no genera capital político. Comprar un libro es un lujo que pocos se pueden dar.
Somos el país que paga la energía eléctrica más cara del mundo y la tenemos por pocas horas.
Somos un país con muchos recursos naturales, pero en cuantiosos hogares no se refleja esto porque no llega el agua potable.
Somos uno de los países de Latinoamérica que más ha crecido económicamente en los últimos años, pero decrecemos en desarrollo humano.
Y que te digo de la juventud. Bueno, gran parte de ella sólo piensa en emigrar porque aquí no tiene oportunidades de progresar, a menos que tenga una cuña política con el gobierno de turno.
Duarte, esa es la actualidad nacional en síntesis. No quiero que te preocupes y sufras cuando leas este e-mail, mi intención es informarte sobre los acontecimientos de Quisqueya para pedirte nuevos consejos sobre cómo podemos refundar la república, debido a que hay jóvenes y no tan jóvenes que queremos ser nuevos y nuevas trinitarias, que aún creemos en una República Dominicana con más oportunidades y mejor calidad de vida.
Te pido encarecidamente que reflexiones lo que te he contado para que nos ayudes sugiriéndonos cómo podemos organizarnos mejor para ser más efectivos y efectivas en la lucha democrática y transformadora.
Agradeciendo de antemano tu respuesta.
Con altas consideraciones de aprecio y estima.
Se despide,
El mismo dominicano preocupado.
Te escribo de nuevo en el mes de la Patria para contarte como sigue República Dominicana. Lamentablemente, la política dominicana sigue en un atolladero. El político triunfador de hoy es el que tiene más dinero para comprar conciencias. Las ideas y las propuestas para cambiar la calidad de vida de los dominicanos han sido sustituidas por dádivas y clientelismos de los candidatos.
La sociedad dominicana está sumergida en actos de corrupción que quedan impunes. Ahora resulta que se premia y se aplaude al que roba el erario público porque se hizo de lo suyo y no fue pendejo. Los principios éticos y morales se recuerdan como cosas del pasado, de aquellos tiempos.
Lo peor de todo es patricio que las desigualdades sociales siguen en aumento, la calidad de la educación es pésima y no hay voluntad de invertir dinero en ella porque no genera capital político. Comprar un libro es un lujo que pocos se pueden dar.
Somos el país que paga la energía eléctrica más cara del mundo y la tenemos por pocas horas.
Somos un país con muchos recursos naturales, pero en cuantiosos hogares no se refleja esto porque no llega el agua potable.
Somos uno de los países de Latinoamérica que más ha crecido económicamente en los últimos años, pero decrecemos en desarrollo humano.
Y que te digo de la juventud. Bueno, gran parte de ella sólo piensa en emigrar porque aquí no tiene oportunidades de progresar, a menos que tenga una cuña política con el gobierno de turno.
Duarte, esa es la actualidad nacional en síntesis. No quiero que te preocupes y sufras cuando leas este e-mail, mi intención es informarte sobre los acontecimientos de Quisqueya para pedirte nuevos consejos sobre cómo podemos refundar la república, debido a que hay jóvenes y no tan jóvenes que queremos ser nuevos y nuevas trinitarias, que aún creemos en una República Dominicana con más oportunidades y mejor calidad de vida.
Te pido encarecidamente que reflexiones lo que te he contado para que nos ayudes sugiriéndonos cómo podemos organizarnos mejor para ser más efectivos y efectivas en la lucha democrática y transformadora.
Agradeciendo de antemano tu respuesta.
Con altas consideraciones de aprecio y estima.
Se despide,
El mismo dominicano preocupado.
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