Por: Guillermo Peña Capellán
En las redes sociales se ha vuelto popular el hashtag o etiqueta #TrujilloVenAVer, y recientemente una opinión del destacado productor de televisión, Rene Brea, sorprendió mucho, por decir que: “Hay cosas del gobierno de Trujillo que se deben recuperar. Que la corrupción, la estabilidad económica, el problema de la inmigración haitiana y la delincuencia eran menores en la época que gobernó el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina en comparación con la actual gestión del presidente Danilo Medina”.
Estos dos hechos, que guardan relación respecto a la figura de un dictador, deben ponernos a reflexionar como sociedad y especialmente a inicios de este año 2016. Un año electoral que plantea un panorama difícil desde el punto de vista institucional y democrático.
Trujillo, no es un referente positivo para el país. Fue un dictador, violador y abusador. No es cierto que debemos recuperar cosas de su sangriento gobierno. Es falso el argumento de que había menos delincuencia y corrupción. Lo que pasaba era que el gran corrupto, el gran delincuente, era Trujillo. Fue el hombre más rico del país en aquella época y ese dinero no lo hizo de manera honesta. Era dinero del Estado dominicano. Hoy por hoy, muchas de esas propiedades estatales la tienen familias de apellidos de renombre del país. Dinero y propiedades que también deberían preocuparnos como sociedad.
Trujillo, tenía el control total del país y lo manejaba como si fuera su finca personal. Por eso realizó una matanza de haitianos en el año 1937, en la cual el Estado dominicano fue condenado internacionalmente y tuvo que pagar una indemnización. Que tristemente fue de centavos por cabeza. ¿A si debe acabarse con el problema de la inmigración hatiana?
El país no necesita un Trujillo. No promovamos el hashtag o etiqueta #TrujilloVenAVer. Usemos: #DuarteVenAVer #MaríaTrinidadVenAver #LuperónVenAVer #MinervaVenAVer #ManoloVenAver #MamáTingóVenAVer #CaamañoVenAVer, #BoschVenAVer y así sucesivamente cientos de nombres de mujeres y hombres que son y
serán ejemplos para el país.
En este 2016 reflexionemos lo siguiente: No necesitamos una dictadura para que el país mejore. Necesitamos autoridades, no autoritarismo. Necesitamos seguridad ciudadana, no intercambios de disparos. Necesitamos una democracia real. Necesitamos respeto y aplicación de las leyes. Necesitamos una economía social y solidaria. Necesitamos ciudadanía consciente, que no vote por corruptos. Necesitamos políticas públicas sociales progresistas. Nunca, nunca un Trujillo. Conozcamos la historia.
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