Por: Guillermo Peña Capellán
¿Quién ganará las elecciones? ¿Habrá segunda vuelta? Son las
dos grandes interrogantes que se definirán el 15 de mayo del 2016.
Concurrimos a un nuevo torneo electoral sin una Ley de
Partidos Políticos y sin una nueva Ley Electoral que regule a los partidos
políticos. La elite política de los partidos tradicionales no tuvo voluntad
política para aprobarla. Y no lo hizo
porque simplemente no quería limitaciones para su financiamiento. EL PLD no
quiso como tampoco el PRD, hoy PRM, no quiso aprobarla en su momento de mayoría
congresional.
Las consecuencias de no tener instrumentos legales que regulen
de manera estricta a los partidos políticos y las elecciones serán las
siguientes: un aumento del dinero del narcotráfico en las campañas, la
utilización de los recursos del Estado del gobierno y de la oposición (recordemos
que la oposición tiene Diputados y Alcaldes), más campañas negativas y sucias
del partido de turno y de la oposición, publicación de encuestas falsas, una
acentuación de los insultos y las descalificaciones personales, falta de debate
de propuestas, y finalmente se percibirá un acrecentado transfuguismo político
y clientelismo que es el sustento de estos viejos partidos.
El uso y abuso de los recursos del Estado para favorecer la
reelección presidencial ahora es que viene de a duro. Hipólito los utilizó en el 2004 y perdió, Leonel
los utilizó en el 2008 y ganó, y ahora Danilo también lo está utilizando.
¿Podrá vencer el Estado de nuevo?
Los escenarios
electorales a cuatro meses de las elecciones ya están claros. Igual que en las
elecciones pasadas, el 90% de los votos se va a concentrar en la coalición
PLD-PRD y en la coalición PRM-PRSC. El 10% restante se repartirá en los
partidos minoritarios Alianza País, Opción Democrática-APD, FNP y PQDC. El gran debate es si habrá o no segunda
vuelta.
El PLD tiene
un candidato-presidente con buena popularidad a pesar de que ha bajado según
encuestas, y cuenta con los recursos del Estado para obtener el voto
clientelar. En cambio los candidatos de la oposición se encuentran divididos y
con pocos recursos.
Es muy difícil
que el PLD pierda las elecciones, pero todavía existe la duda de si podrá o no
la coalición PRM-PRSC y los partidos Alianza País, Opción Democrática-APD, FNP
y PQDC fragmentar el voto para provocar una segunda vuelta electoral. El voto
en contra del PLD se va a concentrar mayoritariamente en el PRM-PRSC. La
pregunta es si ese voto podrá forzar la segunda vuelta.
Visto estos
dos bloques antagónicos PLD-PRD vs. PRM-PRSC es muy difícil que un tercer
bloque pueda lograr un 10%. Por eso Alianza País y Opción Democrática-APD deben
aliarse para aunar esfuerzos en un bloque progresista, y la FNP y PQDC también
deben aliarse para formar un bloque conservador.
Las
elecciones del 2016 no serán muy diferentes a las 2012. EL PLD y el PRM
seguirán dominando el escenario electoral, pero con menos votos. Todavía falta
mucho por hacer para lograr una ruptura con la partidocracia corrupta y
clientelar. Sigamos construyendo ciudadanía…