domingo, 13 de abril de 2014

Duarte, Haití y la nación dominicana

Por: Guillermo Peña Capellán[i]

En este Bicentenario de Juan Pablo Duarte es preciso aclarar el pensamiento de nuestro Padre de la Patria sobre el pueblo haitiano y su concepto sobre la nación dominicana. A esos fines nada mejor para iniciar este escrito que citar sus propias palabras cuando en el año 1838 le dijo a José María Serra lo siguiente:

“Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento en que, recorriendo las páginas de su historia, lo encuentro luchando desesperadamente contra poderes excesivamente superiores, y veo como los vence y como sale de la triste condición de esclavo para constituirse en nación libre e independiente. Le reconozco poseedor de dos virtudes eminentes, el amor a la libertad y el valor; pero los dominicanos, que en tantas ocasiones han vertido gloriosamente su sangre, ¿Lo habrán hecho para sellar la afrenta de que en sus sacrificios le otorguen sus dominadores la gracia de besarles la mano? ¡No más humillación! ¡No más vergüenza! Si los españoles tienen su monarquía española, y Francia la suya francesa; si hasta los haitianos han construido la República Haitiana, ¿Por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a España, ya a los mismos haitianos, sin pensar construirse como los demás? ¡No, mil veces! ¡No más dominación! ¡Viva la República Dominicana!”.[ii]

¿Qué quería decir Juan Pablo Duarte al pronunciar estas palabras? Lo primero, es que quería resaltar su admiración al pueblo haitiano que ama la libertad, y en ese sentido, les reconoce la virtud del valor porque luchan desesperadamente contra poderes excesivamente superiores y los vencen. Duarte dice esto porque sabe que el ejército nacional haitiano fue el primer ejército de América que con mucho valor luchó y venció al ejército del emperador francés Napoleón Bonaparte.

Duarte está claro en que los verdaderos culpables de la pobreza y desgracia haitiana son esos poderes excesivamente superiores. Son aquellos que hoy en ciencia política denominamos élite política-económica conservadora y poderes fácticos. Esos poderes tanto haitianos como dominicanos están representados en esa oligarquía siniestra y traidora, como les llamó Duarte, la cual, los explota, esclaviza y los mantiene dependientes de sus migajas, violando sus derechos fundamentales, en vez de promover su desarrollo humano, económico, político y social.  

Juan Pablo Duarte destaca que a pesar del abuso de aquella élite, el pueblo haitiano no se rinde y lucha por su libertad. Y si bien pierde algunas batallas, porque no es fácil luchar contra sectores políticos y económicos excesivamente superiores; ese pueblo haitiano que luchó contra la esclavitud, hasta lograr ser el primer país de América en conquistar su independencia, alza su voz y los enfrenta a sangre, fuego, sudor y lágrimas.

Eso mismo aplica para el pueblo dominicano, que es igualmente explotado por esa oligarquía dominicana que promueve el odio anti-haitiano con un falso nacionalismo discriminatorio que hace silencio frente a las injusticias sociales. Y digo falso nacionalismo porque es importante aclarar que: ni nacionalismo ni patriotismo es sinónimo de xenofobia, racismo, discriminación, apartheid o genocidio civil.

Nacionalismo y patriotismo
El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico que parte de que el ciudadano libre tiene un sentimiento de pertenencia e identidad con una nación que está compuesta por elementos comunes como la lengua, cultura, idioma, etnia o historia. La Revolución Francesa y Española se fundamentaron en la exaltación de la nación contra la monarquía absoluta. La mexicana también promovió el Estado-Nación contra el ferviente imperialismo de EE.UU. La dominicana también. Y así, podemos citar varios procesos de independencia nacional latinoamericanos, africanos, europeos y asiáticos.

Puede existir Nación sin Estado: como por ejemplo, sucede en España con Cataluña que se considera una nación, e incluso tiene autonomía, bandera y escudo; y sus nacionales no se consideran españoles, sino catalanes. Lo mismo ocurre con los vascos quienes de igual forma aspiran ser una nación y Estado independiente de España.

Por otro lado, el patriotismo, es un sentimiento, pensamiento y actitud a favor de su patria natal o adoptiva a la que una persona se siente unida por determinados valores, afectos, cultura, identidad o etnia. Que no es lo mismo que el chovinismo, que es defender en exceso e irracionalmente la patria. Como bien dijo Duarte: “Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la ley suprema es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera. Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin honor”[i], y como expresó alguna vez José Martí: “Patria es humanidad. La patria necesita sacrificios, es ara, no pedestal”.

El ideal de nación de Juan Pablo Duarte no era por el odio anti-haitiano ni por discriminación. Duarte simplemente entendía que los dominicanos éramos una nación diferente a la haitiana, francesa, española y estadounidense. Esto así porque tenemos una cultura, idioma y religión diferente. Que aunque tenemos influencia española, africana, haitiana, francesa y hasta estadounidense, somos una mezcla pero no somos una de ellas en específico.

Los haitianos en el contexto del año 1844 hablaban francés, eran mayormente negros y practicaban el vudú. En cambio, los habitantes de la parte Este de la isla eran generalmente mulatos, católicos y hablaban español. Es decir, éramos; y somos hoy dos naciones diferentes, pero esto no implica odiarnos, discriminarnos o violar derechos humanos, sino respetarnos mutuamente como naciones.

El Padre de la Patria creía firmemente en la nación dominicana, por eso en su proyecto de constitución en el art. 6 establece “Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la ley suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera[ii]. Destacamos el subrayado con el objetivo de demostrar que Duarte creía en la nación dominicana, no por odio anti-haitiano, anti-francés o anti-español, sino porque entendía que merecíamos ser una República y un país independiente.

Otro punto a destacar de nuestro fundador de la República en este art. 6, es que concibe la supremacía constitucional apegada a una independencia total que no permite aceptar intervención de país extranjero porque considera la autodeterminación de los pueblos como respeto a la voluntad popular. Además insiste en que no cree en ningún tipo de protectorado, sea francés, español o estadounidense como podemos ver en sus siguientes palabras:

“Si me pronuncié dominicano independiente desde el 16
de julio de 1838, cuando los nombres de la Patria, Libertad,
Honor Nacional se hallaban proscritos como palabras
infames; si después del año 1844 me pronuncié contra el
protectorado francés decidido por esos facciosos y la cesión a
esta potencia de la península de Samaná, mereciendo por
ello todos los males que sobre mí han llovido; si después de
veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi Patria
a protestar con las armas en la mano contra la anexión
a España, llevada a cabo a despecho del voto nacional por la
superchería de ese bando… no es de esperarse que yo deje de
protestar (y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y
protestaré siempre, no digo contra toda anexión de mi Patria
a la de Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia
de la tierra”.[iii]
La historia dominicana vs la haitiana
Los libros de textos de historia dominicana tergiversan, manipulan y hasta fomentan el odio en muchos hechos y acontecimientos históricos ocurridos en el país, y la historia sobre la independencia dominicana de Haití no escapa a esto. Muchos desconocen, por ejemplo, que Duarte y los trinitarios se unieron a los haitianos al movimiento político La Reforma, que buscaba derrocar al autoritario presidente haitiano Jean Pierre Boyer. Esta es una muestra más de las convicciones democráticas y de libertad de Duarte y los trinitarios con el pueblo haitiano.

Como señala la destacada historiadora Mu-Kien Adriana Sang:  el sentimiento de Duarte de crear una República Dominicana libre, independiente y soberana de toda dominación extranjera, se sustentaba en un sentimiento netamente liberal, que abogaba por la libertad absoluta como principio y se inspiraba en los movimientos nacionalistas del siglo XIX, y no en sentimientos en contra de Haití.  Defendía el derecho que tenía cada nación que forma la isla de construir sus destinos.  El derecho a la autodeterminación era sagrado en el pensamiento duartiano”[iv]. Este pensamiento duartiano netamente liberal, contrasta con el conservadurismo que asumen ciertos grupos que fomentan un odio anti-haitiano que Duarte nunca tuvo. Duarte, continúa diciendo Mu-Kien Adriana Sang: “No animaba el sentimiento antihaitiano, aunque sí abogaba por la soberanía y la libre elección del camino a elegir. Decía, si el pueblo haitiano pudo elegir su destino, los dominicanos también tenían el mismo derecho”. Como dice una frase por ahí, “la historia la escriben los vencedores, no los vencidos”, por ello, es justo desmontar ese Duarte conservador que sectores de derecha y hasta de izquierda promueven.  No hacerlo es mentir sobre nuestro padre de la patria. Los documentos históricos están ahí.

Poemas de Duarte
A continuación, estos dos poemas de Duarte, que reflejan su pensamiento sobre Pedro Santana y  las razas (Concepto último que hoy la biología y antropología descarta porque ha quedado demostrado científicamente que no existen varias razas, sino que la raza humana es una, que es el Homo Sapiens Sapiens). 

En el poema sobre la unidad de las razas, Duarte, reconoce que la nación dominicana es una mezcla de morenos, blancos, cobrizos y cruzados, y hace un llamado a la unidad y a la osadía para salvar la patria de viles tirarnos. Esa unidad nacional, que no discrimina por color de piel, y que finalmente, levanta la bandera de la osadía, para que nos atrevamos a defender la Patria de tiranos como Santana, que con el apoyo de sectores hacendados de la oligarquía dominicana sembraban el odio y la discriminación racial.

Por otro lado, el poema dedicado a Pedro Santana es claro. Lo identifica como un traidor fementido. Es un personaje que al igual que muchos no merece el respeto de quienes nos consideramos dominicanos porque anexó la República a España; quien nunca creyó en el ideal de independencia nacional, por lo que debe ser sacado del Panteón Nacional.

Santana.
Ingrato, Hincha es tu suelo que producir no ha sabido sino un traidor fementido que habrá de serle fatal. Y tú, Prado, que aposentas verdugo tan inhumano, ¡ay!... que por siniestra mano, sembrado te veas de sal.[v]
Unidad de las razas
“Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos”



[i] Duarte, Rosa, “Apuntes”. Pp.223. 2006.
[ii] El subrayado es del autor. Destacamos las palabras dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera con el objetivo de demostrar que Duarte creía en la nación dominicana, no por odio anti-haitiano , anti-francés o anti-español, sino porque entendía que merecíamos ser una República y un país independiente.
[iii] Duran, Alfau, “Ideario de Duarte”,pp. 15-16.
[iv] Sang, Mu-Kien, Adriana, “Duarte y Haití”, artículo, Periódico Hoy, http://hoy.com.do/duarte-y-haiti/
[v] Inoa, Orlando, “Biografía de Juan Pablo Duarte”, pp.126. 2008.

[i] El autor es abogado y politólogo.
[ii] Serra, José María, “Apuntes para la historia de Los Trinitarios”, El Eco de la Opinión, 1987. (Reproducido como folleto con igual título: Santo Domingo, Imp. J.R.Vda. Garcia,1915)