Por: Guillermo Peña Capellán[i]
En este Bicentenario de Juan Pablo Duarte es preciso aclarar
el pensamiento de nuestro Padre de la Patria sobre el pueblo haitiano y su
concepto sobre la nación dominicana. A esos fines nada mejor para iniciar este
escrito que citar sus propias palabras cuando en el año 1838 le dijo a José
María Serra lo siguiente:
“Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento en que,
recorriendo las páginas de su historia, lo encuentro luchando desesperadamente
contra poderes excesivamente superiores, y veo como los vence y como sale de la
triste condición de esclavo para constituirse en nación libre e independiente.
Le reconozco poseedor de dos virtudes eminentes, el amor a la libertad y el
valor; pero los dominicanos, que en tantas ocasiones han vertido gloriosamente
su sangre, ¿Lo habrán hecho para sellar la afrenta de que en sus sacrificios le
otorguen sus dominadores la gracia de besarles la mano? ¡No más humillación!
¡No más vergüenza! Si los españoles tienen su monarquía española, y Francia la
suya francesa; si hasta los haitianos han construido la República Haitiana,
¿Por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a España,
ya a los mismos haitianos, sin pensar construirse como los demás? ¡No, mil
veces! ¡No más dominación! ¡Viva la República Dominicana!”.[ii]
¿Qué quería decir Juan Pablo Duarte al pronunciar estas
palabras? Lo primero, es que quería resaltar su admiración al pueblo haitiano
que ama la libertad, y en ese sentido, les reconoce la virtud del valor porque
luchan desesperadamente contra poderes excesivamente superiores y los vencen. Duarte
dice esto porque sabe que el ejército nacional haitiano fue el primer ejército
de América que con mucho valor luchó y venció al ejército del emperador francés
Napoleón Bonaparte.
Duarte está claro en que los verdaderos culpables de la
pobreza y desgracia haitiana son esos poderes excesivamente superiores. Son aquellos
que hoy en ciencia política denominamos élite política-económica conservadora y
poderes fácticos. Esos poderes tanto haitianos como dominicanos están
representados en esa oligarquía siniestra y traidora, como les llamó Duarte, la
cual, los explota, esclaviza y los mantiene dependientes de sus migajas,
violando sus derechos fundamentales, en vez de promover su desarrollo humano,
económico, político y social.
Juan Pablo Duarte destaca que a pesar del abuso de aquella
élite, el pueblo haitiano no se rinde y lucha por su libertad. Y si bien pierde
algunas batallas, porque no es fácil luchar contra sectores políticos y
económicos excesivamente superiores; ese pueblo haitiano que luchó contra la
esclavitud, hasta lograr ser el primer país de América en conquistar su
independencia, alza su voz y los enfrenta a sangre, fuego, sudor y lágrimas.
Eso mismo aplica para el pueblo dominicano, que es
igualmente explotado por esa oligarquía dominicana que promueve el odio anti-haitiano
con un falso nacionalismo discriminatorio que hace silencio frente a las injusticias
sociales. Y digo falso nacionalismo porque es importante aclarar que: ni nacionalismo
ni patriotismo es sinónimo de xenofobia, racismo, discriminación, apartheid o
genocidio civil.
Nacionalismo y patriotismo
El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico que
parte de que el ciudadano libre tiene un sentimiento de pertenencia e identidad
con una nación que está compuesta por elementos comunes como la lengua,
cultura, idioma, etnia o historia. La Revolución Francesa y Española se fundamentaron
en la exaltación de la nación contra la monarquía absoluta. La mexicana también
promovió el Estado-Nación contra el ferviente imperialismo de EE.UU. La
dominicana también. Y así, podemos citar varios procesos de independencia nacional
latinoamericanos, africanos, europeos y asiáticos.
Puede existir Nación sin Estado: como por ejemplo, sucede en
España con Cataluña que se considera una nación, e incluso tiene autonomía,
bandera y escudo; y sus nacionales no se consideran españoles, sino catalanes.
Lo mismo ocurre con los vascos quienes de igual forma aspiran ser una nación y
Estado independiente de España.
Por otro lado, el patriotismo, es un sentimiento,
pensamiento y actitud a favor de su patria natal o adoptiva a la que una
persona se siente unida por determinados valores, afectos, cultura, identidad o
etnia. Que no es lo mismo que el chovinismo, que es defender en exceso e
irracionalmente la patria. Como bien dijo Duarte: “Siendo la Independencia
Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la ley suprema es y
será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda
dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera. Vivir sin
Patria es lo mismo que vivir sin honor”[i],
y como expresó alguna vez José Martí: “Patria es humanidad. La patria necesita
sacrificios, es ara, no pedestal”.
El ideal de nación de Juan Pablo Duarte no era por el odio
anti-haitiano ni por discriminación. Duarte simplemente entendía que los
dominicanos éramos una nación diferente a la haitiana, francesa, española y
estadounidense. Esto así porque tenemos una cultura, idioma y religión
diferente. Que aunque tenemos influencia española, africana, haitiana, francesa
y hasta estadounidense, somos una mezcla pero no somos una de ellas en
específico.
Los haitianos en el contexto del año 1844 hablaban
francés, eran mayormente negros y practicaban el vudú. En cambio, los
habitantes de la parte Este de la isla eran generalmente mulatos, católicos y
hablaban español. Es decir, éramos; y somos hoy dos naciones diferentes, pero
esto no implica odiarnos, discriminarnos o violar derechos humanos, sino
respetarnos mutuamente como naciones.
El Padre de la Patria creía firmemente en la nación
dominicana, por eso en su proyecto de constitución en el art. 6 establece “Siendo
la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la
ley suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como
Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención
e influencia extranjera”[ii]. Destacamos
el subrayado con el objetivo de demostrar que Duarte creía en la nación
dominicana, no por odio anti-haitiano, anti-francés o anti-español, sino porque
entendía que merecíamos ser una República y un país independiente.
Otro punto a destacar de nuestro fundador de la
República en este art. 6, es que concibe la supremacía constitucional apegada a
una independencia total que no permite aceptar intervención de país extranjero
porque considera la autodeterminación de los pueblos como respeto a la voluntad
popular. Además insiste en que no cree en ningún tipo de protectorado, sea
francés, español o estadounidense como podemos ver en sus siguientes palabras:
“Si me pronuncié dominicano independiente
desde el 16
de julio de 1838, cuando los nombres de la
Patria, Libertad,
Honor Nacional se hallaban proscritos como
palabras
infames; si después del año 1844 me
pronuncié contra el
protectorado francés decidido por esos
facciosos y la cesión a
esta potencia de la península de Samaná,
mereciendo por
ello todos los males que sobre mí han
llovido; si después de
veinte años de ausencia he vuelto
espontáneamente a mi Patria
a protestar con las armas en la mano contra
la anexión
a España, llevada a cabo a despecho del
voto nacional por la
superchería de ese bando… no es de
esperarse que yo deje de
protestar (y conmigo todo buen dominicano)
cual protesto y
protestaré siempre, no digo contra toda
anexión de mi Patria
a la de Estados Unidos, sino a cualquiera
otra potencia
de la tierra”.[iii]
La historia dominicana vs la haitiana
Los libros de textos de historia dominicana tergiversan,
manipulan y hasta fomentan el odio en muchos hechos y acontecimientos
históricos ocurridos en el país, y la historia sobre la independencia
dominicana de Haití no escapa a esto. Muchos desconocen, por ejemplo, que
Duarte y los trinitarios se unieron a los haitianos al movimiento político La
Reforma, que buscaba derrocar al autoritario presidente haitiano Jean Pierre
Boyer. Esta es una muestra más de las convicciones democráticas y de libertad
de Duarte y los trinitarios con el pueblo haitiano.
Como señala la destacada historiadora Mu-Kien Adriana Sang: “el sentimiento de Duarte de crear una
República Dominicana libre, independiente y soberana de toda dominación
extranjera, se sustentaba en un sentimiento netamente liberal, que abogaba por
la libertad absoluta como principio y se inspiraba en los movimientos
nacionalistas del siglo XIX, y no en sentimientos en contra de Haití.
Defendía el derecho que tenía cada nación que forma la isla de construir sus
destinos. El derecho a la autodeterminación era sagrado en el pensamiento
duartiano”[iv]. Este pensamiento duartiano
netamente liberal, contrasta con el conservadurismo que asumen ciertos grupos
que fomentan un odio anti-haitiano que Duarte nunca tuvo. Duarte, continúa
diciendo
Mu-Kien Adriana Sang: “No animaba el
sentimiento antihaitiano, aunque sí abogaba por la soberanía y la libre
elección del camino a elegir. Decía, si el pueblo haitiano pudo elegir su
destino, los dominicanos también tenían el mismo derecho”. Como dice una frase
por ahí, “la historia la escriben los vencedores, no los vencidos”, por ello, es
justo desmontar ese Duarte conservador que sectores de derecha y hasta de
izquierda promueven. No hacerlo es
mentir sobre nuestro padre de la patria. Los documentos históricos están ahí.
Poemas de Duarte
A
continuación, estos dos poemas de Duarte, que reflejan su pensamiento sobre
Pedro Santana y las razas (Concepto
último que hoy la biología y antropología descarta porque ha quedado demostrado
científicamente que no existen varias razas, sino que la raza humana es una,
que es el Homo Sapiens Sapiens).
En el poema sobre la unidad de las razas, Duarte,
reconoce que la nación dominicana es una mezcla de morenos, blancos, cobrizos y
cruzados, y hace un llamado a la unidad y a la osadía para salvar la patria de
viles tirarnos. Esa unidad nacional, que no discrimina por color de piel, y que
finalmente, levanta la bandera de la osadía, para que nos atrevamos a defender
la Patria de tiranos como Santana, que con el apoyo de sectores hacendados de
la oligarquía dominicana sembraban el odio y la discriminación racial.
Por
otro lado, el poema dedicado a Pedro Santana es claro. Lo identifica como un
traidor fementido. Es un personaje que al igual que muchos no merece el respeto
de quienes nos consideramos dominicanos porque anexó la República a España;
quien nunca creyó en el ideal de independencia nacional, por lo que debe ser
sacado del Panteón Nacional.
Santana.
Ingrato,
Hincha es tu suelo que producir no ha sabido sino un traidor fementido que
habrá de serle fatal. Y tú, Prado, que aposentas verdugo tan inhumano, ¡ay!...
que por siniestra mano, sembrado te veas de sal.[v]
Unidad de
las razas
“Los
blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la
patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos”
[i] Duarte, Rosa, “Apuntes”. Pp.223. 2006.
[ii] El subrayado es del autor. Destacamos las palabras dominación,
protectorado, intervención e influencia extranjera con el objetivo de demostrar
que Duarte creía en la nación dominicana, no por odio anti-haitiano ,
anti-francés o anti-español, sino porque entendía que merecíamos ser una
República y un país independiente.
[iii] Duran, Alfau, “Ideario de Duarte”,pp. 15-16.
[iv] Sang, Mu-Kien, Adriana, “Duarte
y Haití”, artículo, Periódico Hoy, http://hoy.com.do/duarte-y-haiti/
[v] Inoa, Orlando, “Biografía de
Juan Pablo Duarte”, pp.126. 2008.
[i] El autor es abogado y politólogo.
[ii] Serra, José María, “Apuntes
para la historia de Los Trinitarios”, El
Eco de la Opinión, 1987. (Reproducido como folleto con igual título: Santo
Domingo, Imp. J.R.Vda. Garcia,1915)