sábado, 21 de julio de 2007

La educación no tiene quien le escriba...


Por: Guillermo Peña Capellán

Permanece el desinterés en mejorar la situación de la escuela dominicana. La falta de voluntad política para resolver este problema, es la razón fundamental que explica el porqué de los deprimentes resultados arrojados en el Informe de Progreso Educativo de Centroamérica y la República dominicana del 2007.

La educación dominicana saco malas notas nueva vez. “El gasto público en este campo sigue siendo especialmente bajo en República Dominicana…”, dice el Informe.

En ese mismo sentido se expresa la Comisión Centroamericana para la Reforma Educativa, recomendando que se destine el 5% del PIB (Producto Interno Bruto) a los fines de mejorar la educación. Sin embargo, en nuestro país se consigna sólo el 2% del PIB, a pesar de que la Ley General de Educación establece un 4%.

Asimismo, el Informe destaca algunos logros alcanzados desde la creación de la comisión hasta el 2007, pero en sentido general “los aprendizajes y el nivel de escolaridad de la población siguen siendo bajos y los recursos no son suficientes para garantizar una educación de calidad para todos”. Si en verdad se quiere progresar, las autoridades deben hacer conciencia de que se necesita destinar mayor presupuesto para la educación.

Las grandes debilidades en la educación se reflejan al tiempo en que la República Dominicana realiza acuerdos comerciales con países de Centroamérica. En la mayoría de los países de Centroamérica ha crecido la incorporación de niños a los niveles primarios, en cambio el 13% de los niños no asiste a la escuela en la República Dominicana. El informe arroja además, que, “estas fallas ponen la región en una seria desventaja en el contexto internacional y limitan el desarrollo de nuestros países y de sus ciudadanos”

En los pueblos se empeora el asunto. El año pasado el 95% de los estudiantes de la provincia Pedernales reprobó los exámenes de las pruebas nacionales.

Necesitamos mejorar la educación para reducir la corrupción, poder competir en el mercado internacional, y sobre todo para crear el verdadero progreso de nuestra gente.

miércoles, 11 de julio de 2007

¿Papeleta matará a conciencia?


Por: Millizen Uribe

Los resultados electorales de las primarias de los partidos Revolucionario Dominicano, Reformista Social Cristiano y de la Liberación Dominicana perfilan que las elecciones presidenciales del 2008 no serán más que una guerra de papeletas.

Esto lo confirma el que las tres convenciones hayan sido ganadas, precisamente por los candidatos con mayor disponibilidad de recursos y lo ratifica ciertas conductas exhibidas durante la campaña.

En el caso del ingeniero Miguel Vargas Maldonado, candidato del PRD, sus mismos compañeros de partido, pertenecientes a la corriente unitaria, a través del slogan “Vergüenza contra Dinero” expresaban que su único atributo era la fortuna económica. De hecho, estos atribuyeron la victoria del MVP a que el dinero corrió a raudales.

Similar es el caso del Excelentísimo Presidente de la República y candidato del PLD, doctor Leonel Fernández, cuya candidatura fue rechazada por los seguidores de Danilo Medina con el argumento de que se basaba en el clientelismo político y el uso de los recursos del Estado.

Por último, pero no menos clientelista, es la candidatura del candidato del PRSC y “protegido de la Virgen de la Altagracia”, Amable Aristy Castro, quien durante la campaña dejó bien claro que el dinero era la herramienta principal para agenciarse el voto de los demás.

Desde muy temprano muchas personas entendían que Amable ganaría la candidatura colorada debido a los recursos económicos con que cuenta y su capacidad para repartirlos.

De hecho, en ocasiones como el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, el mismo Amable validó el "amarre" y las dádivas como un “aspecto esencial de la política”.

Así, con tres candidatos con dinero “por pipá”, está claro que el próximo Presidente de la República no será quien en base a trayectoria, discurso y un buen obrar convenza a la mayoría del electorado, sino aquel que gane la guerra de las papeletas.

Y será el clientelismo la base para convencer a este pueblo que aunque cada día desconfía más de estos tres partidos, cada vez tiene más necesidades económicas que los candidatos intentarán aprovechar

Ahora bien, ¿Entrará el pueblo dominicano al mercado de conciencia y venderá su voto al mejor postor? ¿O acaso mantendrá su dignidad de quisqueyano? ¡Esta es la cuestión!